Palabras duras, pero tristemente realistas, las que emite el guitarrista de BLACK SABBATH cuando habla de su estado actual de salud.

En una reciente entrevista con el medio británico Mirror, Tony Iommi, guitarrista de BLACK SABBATH, hablaba de su vida en los tres últimos años después de que se le diagnosticara un linfoma.

Todo ello mientras que BLACK SABBATH anunciaban su vuelta con la formación “original” 35 años después, y publicara su disco de regreso “13”, con sus respectivos conciertos de presentación.

«Después de que se publicara el álbum nos fuimos de gira y tocamos 81 shows en 28 países. Realmente lo disfruté, pero fue difícil», confiesa Iommi.

Aunque la algarabía entre los seguidores de la banda inglesa no haya parada desde su reunión, todo lo que hay detrás con una enfermedad tan dura, se ve de otro modo: «Después de la enfermedad siempre estaba muy cansado. Cada seis semanas tenía que volar a casa para recibir tratamiento en el Hospital Parkway de Solihull, a las afueras de Birmingham. Yo estaba conectado a un gotero y me daban un anticuerpo para reparar las capas de las células cancerosas y parar su propagación. Después tenía que estar en casa durante dos o tres semanas de recuperación, antes de que pudiera unirme a la banda de nuevo».

Evidentemente, todo el universo BLACK SABBATH se tuvo que amoldar al estado de salud de Iommi: «Tuvimos que planificar toda la gira conforme a mi tratamiento.[…] Viajar mucho empeora las cosas, los vuelos afectan a mis glóbulos. Tenía ansiedad, temblores, todo tipo de cosas que nunca había tenido antes. Era tan malo que comencé a preocuparse si iba a estar bien. Después de que la gira terminara, me costó dos meses recuperarme.”

Recordemos que el último concierto de presentación de «13» fue el pasado 4 de julio de 2014, en el que BLACK SABBATH encabezaron un festival en pleno Hyde Park de Londres.

Después de ello, ha sido el momento de que Iommi recupere fuerzas, pero la salud es algo que escapa a su control: «Finalmente, terminé mi tratamiento con anticuerpos durante el verano. Fue bueno porque tengo más energía ahora, pero sigo sin saber si el tratamiento funcionó. Porque tuve dos operaciones diferentes al mismo tiempo, una en mi próstata y otra en los ganglios linfáticos, y el año pasado tuve muchos tratamientos de quimio y radiación. Cada día me pongo a buscar bultos o protuberancias. Cada vez que tengo un dolor en mi estómago pienso, ‘Oh Dios, es el cáncer’. Es horrible. Incluso sueño con ello. Pero esa es mi vida ahora».

“El cirujano me dijo que no espera que el cáncer desaparezca. Hay una probabilidad del 30 por ciento que ocurriera, pero lo más probable es que vaya a volver y que podría ser en cualquier momento. Ahora veo la vida de forma diferente. Podría estar aquí otros 10 años o tan sólo un año. No lo sé.»

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