Steve Vai comenzó a una edad temprana sus lecciones musicales para convertirse en guitarrista. Por aquel entonces, conoció a través de un amigo a un profesor que marcaría un antes y un después en su vida.

En una nueva entrevista con LifeMinute, Steve Vai echó la vista atrás para rememorar sus estudios de guitarra y quién fue su mayor influencia como profesor. De acuerdo con Vai, las lecciones aprendidas en su juventud de Joe Satriani lo marcaron en sus comienzos como artista, con lo cual no sería el músico que es hoy en día sin esa influencia. Vai comparte la experiencia de lo que supuso para él recibir clases de Satriani y comenzar su formación musical de mano del que considera un gran profesor.

Una formación de nivel

De acuerdo con Steve Vai: “no puedo ni imaginarme lo que mi vida sería sin él. Cuando tenía 12 años, un amigo mío, John Sergio, quien fue mi amigo toda la vida, fue también un gran mentor. Él me introdujo a toda esa música de la que no era consciente, el rock progresivo de los ’70. Él me llevó a mi primer concierto de Queen. Me llevó a su banda, fue la primera en la que estuve, cuando tenía 13 años.

Fue siempre un amigo muy querido. Tenía un gran gusto musical, y siempre estaba tocando la guitarra cuando tenía 12, y no lo creía, porque vivía a dos casas de distancia. Me decía: ‘si crees que yo soy genial, deberías ver a mi maestro de guitarra, Joe Satriani’. Me dio el número de Joe y empecé a tomar lecciones. Mis clases con Joe era todo lo que me importaba”.

De esta manera, un jovencísimo Steve Vai comenzó su formación musical de la mano de Joe Satriani, un profesor que marcó sus primeros años y que dejó una marcada huella: “Joe siempre estaba tranquilo, siempre estaba sólido, generoso y estricto. Era lo mejor porque era genial, y eso es lo que quieres en un profesor, te inspira con solo mirarlo. Hasta el día de hoy, la cosa que más… Hay demasiadas cosas. Y somos muy afortunados por haber estado tan unidos todos estos años.

Cuando le veía tocar, cuando tenía 12, 13, 14, 15, 16 años, todo lo que tocaba en el instrumento sonaba a música. Cuando salía de sus dedos, simplemente sonaba bien, como si tuviera alma. No era cualquier cosa sin sentido, como los ejercicios académicos y cosas así. A ver, hacíamos esas cosas, era parte del entrenamiento, por lo que siempre apreciaba eso. Aún así, es tan sólido y tan musical… Su oído interno musical está inspirado, y fue una inspiración toda mi vida”.