El festival Leyendas del Rock tiene un bonito gesto con los organizadores del Resurrection Fest en las redes y no pasa inadvertido.

No es habitual ver muestras de hermandad en los festivales de rock en España. Habitualmente, la competencia feroz entre ellos para programar los mejores carteles da lugar a rivalidades eternas que llevan enquistadas desde hace lustros y que, sin duda, terminan perjudicando al consumidor. Sin embargo, en algunas ocasiones, sea entre bambalinas o en público, existen pequeñas muestras de respecto entre eventos que nos devuelven la fe en la humanidad.

Dos festivales distintos

El Leyendas del Rock decidió desmarcarse hace muchos años de la guerra festivalera que acaece en las últimas semanas de junio y las primeras de julio. En esas semanas se suelen concentrar todos los grandes festivales de metal de Europa, las giras de estadios y, en pocas palabras, los guantazos por conseguir las mejores programaciones y cabezas de cartel para que cada evento tenga su personalidad propia y consiga la atención del público. El Leyendas, que se celebra a principios o mediados de agosto, al calor de la última tanda de festivales europeos de metal como el Wacken Open Air, el Summer Breeze, el Bloodstock y otras citas de agosto con carteles más reposados y alejados del histrionismo de talonario de junio y julio, se ha convertido en una cita muy querida por el público español y que, precisamente por su diferente posicionamiento en el calendario de eventos tiene mucha menos presión sobre sus hombros que las citas de finales de junio.

Una muestra de empatía

Fue hace unos días, cuando el cartel completo del festival gallego Resurrection Fest se anunció en todos los medios, que el Leyendas del Rock tuvo un inesperado gesto de simpatía y empatía con el festival de Viveiro a través de las redes. Mientras la organización recibía comentarios poco favorables en las redes debido a su programación anunciada -liderada por Avenged Sevenfold y Bring Me The Horizon como máximos exponentes musicales orientados al clásico público del Resu pero completada con otros artistas como Alice Cooper o Accept, asociados al ‘metalpaquismo‘ clásico- , el director del Leyendas Del Rock publicó un post en X, la red anteriormente conocida como Twitter. Marcos Rubio, el histórico impulsor de la cita levantina y defensor del rock duro y el heavy metal en todas sus vertientes desde hace décadas, publicó una foto tomada en la entrada del Resurrection Fest acompañada del mensaje «Resurrection Fest, enhorabuena por el cartel, allá que vamos de nuevo». 

El breve mensaje y la foto de acompañamiento decían mucho: Rubio, conocedor de primera mano de lo complicado que es confeccionar un cartel de altura para un público tan complejo como el del rock y el metal, empatizaba con los organizadores del festival gallego ante el torrente de odio que algunos vomitaban en las redes porque el cartel no se ajustaba exactamente a sus gustos. En un año en el que muchas de las grandes bandas realizan sus giras propias de estadio o, directamente, no giran se ha vuelto más complicado que nunca cerrar un cartel a la altura de «los viejos buenos tiempos». Los tiempos en los que Rammstein o Iron Maiden tocaban en cualquier festival de nuestro país han pasado: les es mucho más rentable realizar giras de estadio. Por ende, la casuística se suma a la ya compleja deforestación de grandes nombres clásicos que viven las grandes citas festivales. En medio de todo ello, el gesto de Marcos Rubio y el Leyendas del Rock hacia sus compañeros organizadores gallegos cobraba más importancia que nunca: todos estamos en el mismo barco, sea cual sea nuestro nombre.

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