El concierto de Iron Maiden en Power Trip tuvo un setlist espectacular como en el resto de la gira "The Future Past". Estos fueron los grandes momentos de la noche.

Iron Maiden actuaron ayer, 6 de octubre, en el festival Power Trip de Indio, California. Pese a tratarse de un gran festival y una ocasión especial debido al enorme cartel que había configurado el festival, Iron Maiden no se desviaron ni un ápice del setlist que habían estado interpretando en todos los conciertos de su actual gira «The Future Past«.

Iron Maiden, como viene siendo habitual en esta gira, centraron la mayor parte de su set en las canciones del disco clásico de 1986 «Somewhere in Time». Un disco que siempre ha sido bastante descuidado por la banda en sus repertorios, salvo las omnipresentes durante un tiempo «Heaven Can Wait» y «Wasted Years». Sin embargo, en el tour actual la banda ha hecho justicia a un disco majestuoso que, simplemente, apareció entre dos obras maestras como «Powerslave» y «Seventh Son of a Seventh Son«, disminuyendo proporcionalmente su impacto.

En su concierto en el Power Trip de Indio, California, la banda intercaló los temas de «Somewhere in Time» con los del nuevo disco, «Senjutsu». Y de regalo, el set habitual de clásicos infaltables de su discografía, con algún regalo añadido.

Los mejores momentos del concierto fueron varios, pero lo resumimos en cinco.

Las Joyas

¿Me refiero a «Alexander the Great»? No exclusivamente. «Caught Somewhere in Time», «The Prisoner», «Can I Play With Madness»… Sin duda esta gira ha sido un monumento al fondo de armario de Iron Maiden, cuyos B-Sides podrían ser el gran éxito de cualquier otro grupo.

No es ningún secreto que el gran atractivo de los últimos conciertos de la doncella ha sido la posibilidad de poder disfrutar de cortes que en algunos casos llevaban sin ver la luz desde el ’87, pudiendo demostrar que siguen funcionando igual de bien 35 años más tarde. En Power Trip subrayaron, pese a la pasividad de un sector del público americano que solo quiere chillar «Run To The Hills» y «Number of the Beast», que el fondo de armario de Iron Maiden va mucho más allá.

La Banda

Iron Maiden están a un nivel instrumental exquisito en una gira especialmente exigente con los músicos de la banda. No es lo mismo tocar «Two Minutes to Midnight» que «Alexander the Great», pero Iron Maiden, a juzgar por lo visto en Power Trip y en su reciente gira española, han alcanzado la excelencia interpretando complejos clásicos de una discografía compuesto siendo 37 años más jovenes con insultante facilidad. Pese a los problemas de salud de Nicko McBrain (con un derrame cerebral sufrido en enero que limito su movilidad del lado derecho y una espectacular recuperación a tiempo para la gira), Iron Maiden han mostrado que no hay obstáculo que se interponga en su camino.

La producción escénica

Si bien Iron Maiden llevan 25 años usando el mismo escenario, prácticamente, consiguen siempre sorprender en cada gira con elementos nuevos. En éste caso ha sido con la utilización de multitud de Eddies a lo largo del show. Lo que en una época era una única y celebrada aparición del mayúsculo Eddie / tio-en-zancos a lo largo del concierto (en Catalunya lo tenemos por la mano y se llama «gegants»), ahora se ha convertido en tres paseos a lo largo del show de diferentes Eddie con diferentes estéticas: un sumarai, un cyborg y yo que sé que era el otro. Súmale la futurista metralleta de pirotecnia de Bruce Dickinson, unos fondos que son puro arte y las llamaradas que bañan el escenario en «Hell on Earth» y tienes un concierto de lo más entretenido.

La magia de una banda cohesionada

Si algo tiene Iron Maiden es su capacidad de poner a saltar y a corear a decenas de miles de personas como si se tratara de un ritual pagano prohibido, algo que es mejor que hacer un pogo o que ponerse a remar. Cuándo tú setlist está blindado con temazos como «Fear of the Dark» o «The Trooper» es muy difícil no sumirse en ese trance, pero la actitud de la banda hace gran parte del trabajo.

Pasan los años, pero las experiencias siguen siendo las mismas, y al final cantar a todo pulmón una vocal a distintas escalas ofrece una satisfacción tan pura y sencilla que cuesta de entender para el que lo haya vivido. Aún cuando el grupo decide apostar por gemas ocultas, sabe sacarles el partido suficiente como para que sean inolvidables. Ver en el escenario a una banda que se sigue basando estrictamente en la calidad de su interpretación musical, lejos de la polémica estéril, del marketing y de la sobreexposición en las redes añade un extra de aprecio y admiración hacia toda la experiencia.

Bruce Dickinson comedido

Es notorio que Bruce Dickinson odia el clasismo de los conciertos en Estados Unidos y el progresivo envejecimiento e inacción de grandes sectores de fans que acuden a ver a la banda en el país. Acostumbrado a la hiperexcitación del público europeo y latinoamericano, Estados Unidos es una experiencia menos motivadora para un Dickinson que ha sido vocal al respecto en más de una ocasión. Pero pese a la separación del público de la manera más clasista del mundo y la media de edad del festival (mayoritariamente derivado de la necesidad de un alto poder adquisitivo para poder pagarse la experiencia), Dickinson consiguió ser comedido y evitar el comentario de turno.

El setlist de Iron Maiden

La banda interpretó las siguientes canciones:

  • Caught Somewhere in Time
  • Stranger in a Strange Land
  • The Writing on the Wall
  • Days of Future Past
  • The Time Machine
  • The Prisoner
  • Death of the Celts
  • Can I Play With Madness
  • Heaven Can Wait
  • Alexander the Great
  • Fear of the Dark
  • Iron Maiden
  • Hell on Earth
  • The Trooper
  • Wasted Years