Steve Hackett: “No creo que de la talla para tocar flamenco”
Ya sea como una leyenda indiscutida del prog, como un pionero de la guitarra eléctrica o como el último remanente de una era de Genesis que la banda madre parece empeñada en ignorar, Steve Hackett parece ser un hombre en una permanente cruzada por abrirse a nuevas fronteras.
Esta vez con un sello español, Hackett nos sorprende con un trabajo acústico e instrumental que solo sirve como una prueba más de su envidiable electividad a la hora de lanzarse a crear nueva música.
Un nuevo trabajo como ningún otro
Como español me siento honrado de que tu próximo trabajo se llame ‘Under a Mediterranean Sky’, que contiene temas como “Andalusian Heart”. Egipto, Francia, España… Háblanos un poco de los viajes detrás de este concepto.
Oh, han sido muchos viajes con los que he podido explorar muchas culturas distintas. Al final no es tanto hablar de los lugares sino de las culturas. Cada vez que viajas a un país, puedes esperar un comportamiento de las gentes. Unos son más hostiles con los turistas, mientras que otros los reciben con los brazos abiertos, hay culturas que has de pasar años estudiando para entenderlas plenamente, a otras les bastan unos días. Creo que todas las culturas mediterráneas están unidas por un algo, un factor imposible de explicar que se comparte desde España hasta Líbano, y para el que he querido emplear la música.
Pese a todo, éste ha sido un trabajo hecho en casa por las circunstancias. Ha sido un reto para mí, y es que con mi edad cuesta ponerse a hacer cosas nuevas. Al final la tecnología y el propio equipo que tenía en casa me han permitido sacar un disco desde el sofá, y aunque es algo que preferiría no tener que repetir, si que supone una victoria a esta horrible pandemia.
Por lo demás estoy muy contento de que como español te sientas honrado, por qué no te voy a mentir, ahora enseguida te dicen que estás haciendo apropiación cultura, cuándo en realidad solo soy un señor mayor que nació en el frío Pimlico que está enamorado de vuestra cultura y paisajes. Mi corazón pertenece al mediterráneo.
En España por cultura estamos muy ligados a la guitarra española, principalmente a través del flamenco. ¿Te ha servido nuestro país de inspiración?
Lo ha sido toda mi vida. Lo fue desde que cogí una guitarra, y cuándo entré en Genesis me permitió hacer cosas que en aquel entonces nadie hacía No soy un guitarrista de flamenco clasificado, ni mucho menos, y francamente, no creo que, de la talla para tocar flamenco, pero he intentado hacerlo lo mejor posible. Creo que es inherente al ciclo vital de cualquier músico querer profundizar en tus influencias, y este trabajo es un reflejo de las ganas que siempre he tenido de sumergirme en el sonido de la guitarra española.
Pese a todo, he intentado incorporarlo a mi estilo en la medida de los posible. Al final del día es un disco de Steve Hackett, porqué estoy seguro de que, si la gente quiere escuchar un buen trabajo de flamenco, optarán por los cientos de buenas bandas que hay en España. Antes hablaba de la cultura, y en este trabajo las culturas gitanas y españolas son de una importancia inconmensurable. Algo que me encanta de vuestro país, es que no es muy distinto a Gran Bretaña, en el sentido de que bajo una misma bandera hay tantos tintes y variantes que es como viajar a muchos lugares sin salir de casa.
Es un trabajo instrumental. ¿Busca esta decisión una proyección más ambiental, como si estuviéramos en verdad bajo un cielo mediterráneo, o por lo contrario la guitarra ocupará un rol activo como si fuera una voz?
Es una pregunta muy compleja, pero intentaré dale una respuesta sencilla. Soy un gran fan de la guitarra española, pero también de las orquestras y otros instrumentos tradicionales iraquíes y demás instrumentos folklóricos de lugares tan variopintos como Grecia o Perú. Eso implica que la guitarra, si bien es la protagonista principal, no es ni mucho menos el único personaje de esta historia.
Es un trabajo muy abstracto. Te mentiría si te dijera que hay un mensaje super profundo detrás, pues lo que he querido es transmitir una sensación, que es algo que considero que se consigue mucho mejor con la música. Una vez más, Roger King se ha encargado de los arreglos orquestales, que es algo que se le da genial, pese a que técnicamente ninguno de los dos ha estudiado cómo hacer funcionar una orquestra. Se hizo en dos meses y en las circunstancias del coronavirus, y aunque habitualmente lo llamaría un milagro, creo que todos estábamos muy inspirados y sabíamos lo que queríamos conseguir.
Fue algo mágico, como una consecuencia de la celebración de estos lugares. La música simplemente fluyó a través de mí, y casi todo lo que hacía era exactamente lo que quería. Es como si Cervantes hubiera escrito el Quijote en su primer borrador. Soñaba con todos estos lugares sobre los que quería componer, sentía que no dejaban de hablarme. He bajado un tono entero la afinación de la guitarra, en algunos casos un semitono entero en la segunda cuerda para obtener una combinación muy interesante, rusa incluso.
Tampoco quiero ponerme muy técnico, porqué hablar de los tejemanejes de los guitarristas solo interesa a otros guitarristas, pero si puedo afirmarte que los cambios que he hecho han fluido de una forma muy natural, y creo que cuándo todo el mundo pueda escuchar el resultado final, entenderán el porqué.
Para ser el proyecto de un guitarrista, has terminado usando muchos instrumentos.
(Risas) ¡No es la primera vez que me pasa! Antes de ir a una gira, pienso: para esta canción quedaría bien este sonido, para la otra éste, y cuando quiero darme cuenta, somos doce artistas en el escenario (risas).
Lo que sí puedo garantizar es que todos los sonidos son reales, pero no suenan a la vez. Esto si que ha sido una victoria del covid, porqué si de mí hubiera dependido, al menos esta clase de arreglos si que los habría grabado en vivo. Lo que ha permitido es que todo suene muy preciso, así que al final no hay mal que por bien no venga. He contado con la colaboración de la filarmónica de Berlín para los arreglos más rimbombantes, que han hecho lo que quería, aunque estuviera a más de mil kilómetros de distancia, ¡son unos músicos increíbles! Aunque estoy seguro de que todo sonará mucho mejor con una banda en directo, con música viva y en vivo, el resultado final es mucho más increíble del que cabría esperar dadas las circunstancias.
En las escuelas de música españolas se te suele enseñar a tocar la guitarra española antes que la eléctrica. Se dice aquello de que, si sabes tocar la primera, la segunda es un juego de niños.
(Risas) ¡Ojalá en Inglaterra se enseñara así! Son instrumentos muy diferentes, y es una diferencia que va más allá del tipo de cuerdas o del sonido. Se sienten muy distintas entre tus manos, transmites tu energía de forma muy distinta, y aunque creo que forman parte de un todo más grande, la sencillez de una guitarra española provoca un efecto mucho más visceral, más auténtico. Es una lástima que los músicos de rock, sobre todo los más jóvenes, no le den la importancia que se merece. ¡Se sorprenderían!
Con un ojo siempre en Genesis
El Covid arrasó justo en medio de la gira en la que conmemorabas ‘Seconds Out’ y habida a cuenta que planeas retomarla, ¿crees que el planteamiento de las canciones de Genesis es compatible con la propuesta acústica de ‘Under a Mediterranean Sky’?
Cuando plantee este tour, quise tocar versiones enteras del ‘Seconds Out’, ya que en su día hubo varias canciones que se acortaron, lo que de por sí ya hacía que el show ya fuera más largo de lo que es en el disco. Si además le sumas que añado canciones propias, lo que te queda es un reto enorme. Pese a todo, no creo que el planteamiento de un directo de rock encaje con la propuesta de ‘Under a Mediterranean Sky’.
Francamente, es algo que varía muchísimo dependiendo del lugar en el que toques. En España creo que podría encajar, pero en muchos otros lugares no. Recuerdo que con Genesis en América nos gritaban mientras tocábamos las partes acústicas, y claro, no nos oíamos entre nosotros. Al final tampoco le puedes decir al público cómo disfrutar de un concierto, pero en el momento en que saboteas la actuación, sabes que no puede salir nada bueno.
Hablando de directos, hace poco sacaste tu show conmemorando ‘Selling Engand by the Pound’ en Hammersmith, producido nada más y nada menos que Steven Wilson. Lo cierto es que el directo se ve espectacular, ¿cuál ha sido el feedback de los fans?
Ha sido muy buena, creo que fue una ejecución muy original y excelsa del catálogo de Genesis. En mi caso los directos se venden mejor que mis trabajos en solitario, porqué toco el catálogo setentero de Genesis, y es algo que siempre me ha planteado el reto de querer añadirles un plus, de darles mi toque personal. Si quieres escuchar “Dancing With the Moonlit Knight” tal y como suena en el ‘Selling’, entonces lo más coherente es que te compres el ‘Selling’.
Por eso introduzco instrumentos nuevos, arreglos nuevos o directamente añado interludios que le aportan a la canción. Hay veces en los que no son del agrado de todo el mundo, como fue el actuar con una orquesta, pese a que creo que es lo más espectacular que he hecho en mi carrera. Por lo demás a los fans le ha encantado este directo, y una vez más Wilson ha hecho una excelente labor de producción. No te diré que es nuestro mejor lanzamiento en vivo, pero si que estoy muy orgulloso de que en cada gira logremos elevar a las canciones a la vez que buscamos nuevas formas de ejecutarlas después de casi cincuenta años.
Una gran sorpresa en el setlist fue la olvidada “Déjà Vu”. ¿Por qué se quedó fuera del ‘Selling’ en su día? ¿Cómo fue revisitarla tanto tiempo después?
En su momento no funcionó con Genesis. Como siempre hay muchos factores que entran en juego, pero el principal es justo de lo que hablábamos antes. Yo ahora puedo subirme al escenario con once músicos y hasta una orquesta y no hay ningún problema. El fan de Genesis lo ve y dice: “Solo es Steve revisitando los temas antiguos a su manera”. Como banda joven que tiene un calendario estrecho y muchos días de carretera por delante, has de crear un tipo de música que pueda recrearse en el escenario y dentro de este ritmo frenético.
Durante las sesiones del ‘Selling England by the Pund’ grabamos con muy poco tiempo, y se quedó fuera, pero siempre estuvo en mi corazón. Era una canción que requería una grabación y una ejecución muy concretas, posiblemente mucho más allá de lo que éramos capaces de hacer como banda por aquel entonces, sobre todo en directo. Recuerdo que Pete (Peter Gabriel) me llamó después de escucharla y estaba en éxtasis. Fue muy satisfactorio reencontrarte con una pieza así cuarenta y cinco años después.
Marc Fernández
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