El próximo 27 de octubre a las 20:00, DEVIN TOWNSEND tomará el escenario del Roundhouse londinense para realizar un espectáculo conocido como “The Retinal Circus”, con entradas agotadas desde hace meses y meses. La diferencia, en esta ocasión, es que Townsend hará partícipe a todo el mundo. La web Live Music Stage (http://www.livemusicstage.com/retinal-circus) emitirá en streaming el show de Devin Townsend, de más de tres horas de duración, por el módico precio de 9,93 Euros. En el show, Devin contará con un coro completo, actores de circo y teatro y realizará un exhaustivo repaso a todo su catálogo de canciones de los últimos veinte años. Será una oportunidad única, en la cual también aprovechará para presentar los temas de su último trabajo de estudio, “Epicloud”. Sergi Ramos charla extensamente con el músico para saber de qué va todo esto.

 

Los discos de Devin Townsend son asuntos habitualmente complejos. Aún así, mantienes un ritmo de edición muy digno. Cada año y medio tienes un nuevo trabajo en la calle. Con todo lo que giras ¿cuándo compones?

“Tiendo a ver la música más como un hobby que como un trabajo, por lo que suelo componer de una manera u otra de modo constante. A menudo tengo una guitarra a mano para plasmar una idea y sino me apaño con mi ordenador para dar forma a lo que tengo en la cabeza. La cuestión es que siempre intento ejercitar mis ideas, todo el tiempo. Cuando estoy en casa y tengo uno de esos periodos en los que siento que me estoy secando un poco, me pongo a explorar mi disco duro y encuentro todas las que tengo pendientes de usar y que pueden encajar con el tema que estoy trabajando para ese disco en concreto. Siempre hay cosas que pueden funcionar”.

¿En el autocar de gira tienes un sistema de grabación más o menos completo?

“Cuando estoy de gira solo hago grabaciones pobres con mi Smartphone o con el micro de mi ordenador. No suelo llevar un estudio a cuestas en la carretera. Intento documentar la idea cuando estoy de gira y cuando llego a casa lo plasmo de manera profesional.”

Cuando escucho “Epicloud” me viene a la cabeza la controversia que hubo en el 2008, cuando METALLICA editaron “Death Magnetic”. Una de las quejas habituales de los fans era que el sonido del disco estaba muy saturado y que la mezcla era muy agresiva. Tu sonido en “Epicloud” es justamente así pero, a diferencia de lo que sucedía con METALLICA, parece que ese sonido saturado y que casi se derrama de los altavoces, es parte integral de tu identidad musical. ¿Lo buscas deliberadamente?

“No se si estas familiarizado con mis discos anteriores, pero el disco que hice justo antes de este se titulaba ‘Ghost’ y era un disco acústico / new age. Previamente, hice “Ki”, que es muy setentero y ahora estoy trabajando en un disco country. Ninguno de esos discos tienen un sonido saturado, para nada. Imagino que mi actitud es hacer lo que requiere la música, según el disco que esté haciendo. No pienso que mis discos usen la misma compresión que otros trabajos que escucho, pero el sonido que uso en ‘Epicloud’ tiene más que ver con el sonido de un disco de rock al uso que otra cosa. No pienso que cada disco suene igual en mi caso, creo que todos suenan de un modo distinto”.

Mi primera exposición a tu trabajo fue “Terria”, si no recuerdo mal. Desde entonces, has tenido mucha variedad estilística. ¿Crees que es algo que la gente espera de ti?

“Definitivamente. Uno de mis orgullos como artista es justamente el de estar en una posición en que se me permite ir cambiando con regularidad. Decidí hace mucho tiempo que quería ser un artista al que no se pudiera encasillar. Tampoco es que me siente y diga ‘tío, voy a hacer un disco de country, que eso los volverá locos a todos’. No es para nada así. Yo simplemente compongo, y si acaba siendo música country, fantástico. No hay premeditación en ello. La gente ha terminado esperándose lo inesperado por mi parte, pero la intención no es sentirme obligado a ello. Quiero que mi trabajo siempre sea honesto y esos giros estilísticos responden a mi evolución e intereses como compositor”.

¿Crees que has educado a tu público para que te permita ser tu mismo?

“Eso es lo que creo. Si he educado a mi público en algo ha sido sin querer y seguramente ha sido sin intenciones directas. Nunca he pensado ‘voy a enseñarle algo a esta gente’. Yo he ido cambiando, en ocasiones de manera muy inmediata. Discos como “Ocean Machine” y “City” se editaron en el mismo año y no tienen nada que ver. Puede que ahora que más gente me escucha se haya extendido la idea de que soy un tio muy libre artísticamente, pero lo he sido desde el principio. Siempre he hecho cosas muy distintas”.

A finales de mes vas a hacer un show llamado “The Retinal Circus” en Londres. ¿Qué puedes contarme sobre él?

“Bien… “The Retinal Circus” fue una sugerencia de mi manager. Hablando sobre qué es lo que quiero conseguir con mi música llegamos a la conclusión de que, entre otras cosas, quiero hacer presentaciones musicales muy teatrales, que expliquen una historia, como un musical. Me encanta el rollo de ‘Jesucristo Superstar’ o ‘El Fantasma de la Opera’. A partir de ahí estuvimos viendo como hacer un musical a partir de lo que yo toco, porque no iba a ponerme a componer un musical. Creo que “The Retinal Circus” es un paso en la dirección correcta. Usaremos mucho de mi fondo de catálogo musical para explicar una historia, incluyendo actores y una escenificación muy buena. No tenemos un gran presupuesto pero con lo que tenemos creo que va a quedar muy bien. Espero que la gente lo vea en el streaming en vivo que haremos el día 27 de octubre o que compre el DVD en el futuro. Si esto sale bien, tendremos más presupuesto en la próxima ocasión y podremos hacer un show mucho más trabajado al estilo de Broadway”.

Lo que me cuentas es casi antagonista a tu personalidad artística. Habitualmente siempre has sido un tio discreto que deja que la música hable por él. ¿Te sientes cómodo estando en el centro de atención con algo como “The Retinal Circus”?

“Bien…es una buena pregunta. Me gusta ser el centro de atención tanto como odio que la gente me mire (risas). La idea de ser el personaje que está al frente y en el centro en este asunto es…es una dicotomía. En cierta manera no me gusta ni que me vean, no me gusta que sepan que estoy ahí. Por otro lado, creo que soy bastante bueno como frontman. Cuando subo al escenario y tengo una guitarra y un micrófono soy bastante bueno liderando una audiencia a lo largo de un show. A parte de ese rollo del “Retinal Circus”, todo se basa en aprender a interpretar ese rol. No es un personaje como “Ziltoid” o “Strapping Young Lad”, sino una amplificación de mi persona, en general. He de ver como sale la cosa al final. Podría ser una revelación. Quizá es más excitante de lo que pienso o quizá me tropiezo y me caigo de morros ante la presión. Podría ser contraproducente. En cualquier caso, quiero ver como sale. Podría volverse en mi contra, pero de momento quiero probarlo”.

“The Retinal Circus” es un streaming live con una producción que será muy decente y tal y cual. No obstante, en el otro extremo del espectro, tienes videos como el que colgaste hace poco en Facebook, contigo bailando al son del tema “Lucky Animals” de manera absurda. ¿Ha habido un cambio en lo que quieres transmitir como artista desde el 2007 o 2008 aproximadamente? ¿Te muestras más cercano ahora que antes?

“No creo que vayas muy desencaminado. Lo que me gustaría subrayar es que el significado de la música ha cambiado para mi. En cualquier caso, la música en si es la parte más fácil de mi vida. Ser un padre y pagar las facturas es bastante más complicado. Mirarme al espejo por las mañanas y ver que soy un tío feo y gordo es lo complicado, esa es la vida real. La música es a donde escapo, la música es mi otro universo paralelo, donde no puedo estar un día sin darme una vuelta. Mi actitud suele ser hacer ver que la música no es importante para mi, dejarla a un lado como si no fuera nada. Pero me doy cuenta de que hay mucha gente que no quiere que haga eso. Hay mucha gente que tiene más invertido en mi música que yo mismo y ellos encuentran la manera de hacerme encontrar la importancia. Mi reacción es doble: por un lado permito que esto se vuelva un gran espectáculo, siendo “The Retinal Circus” un ejemplo de ello, y por el otro aprecio mucho más tocar la guitarra a solas en el bar de la esquina. Eso me hace sentir seguro, eso me hace sentir que la música es pura. Creo que todo lo que me ha pasado como artista me ha ayudado a ver las cosas desde los dos ángulos: desde el ángulo de “cuanto más grande, mejor” y desde el ángulo de “cuanto más puro, mejor”. Tocar para dos personas en un bar es tan reconfortante como hacer un gran concierto para cientos o miles”.

Los inicios de tu carrera vinieron dados por la frustración y esa frustración se ha ido convirtiendo en agradecimiento a lo largo de los años. Intentas darle poca importancia a la música pero en el fondo sabes que es una necesidad absoluta para ti.

“Totalmente. Si miro hacia atrás, estás en lo cierto diciendo que mi música nació de la frustración, en la época de Steve Vai. Pero incluso más atrás, cuando tenía cinco años, la música vino para mi como opción. Me pasé mi infancia y mi adolescencia aprendiendo música, lecciones e instrumentos. La industria musical es algo interpersonal, debes relacionarte, pero la música realmente puede ser un tio a solas en una habitación con un ordenador. Es la interacción con la gente lo complicado. Yo nunca busqué tener problemas con compañeros de banda o con amigos o tener que lidiar con gente irracional. Son esas experiencias interpersonales las que hacen de la música lo que es, al menos en mi caso. Todo lo que me ha pasado, haber estado con Steve Vai, las cosas que pasaron en STRAPPING YOUNG LAD, los altos y bajos, las drogas, el alcohol, el sexo…todo eso es lo que ha coloreado mi música. Es sobre lo que compongo. Cualquier signo de agradecimiento presente en mi música actualmente es fruto del aquí y ahora. No tengo un gran mensaje. Tengo el mismo agradecimiento a la música ahora que cuando tenía cinco años”.

Siempre has sido un outsider, en cierta forma.

“Asumiría algo así, pero no estoy lo suficientemente familiarizado con otros artistas como para afirmarlo totalmente”.

Giras muchísimo. La mayoría de artistas tienden a odiar las giras, el viajar y el cansancio que se acumula en esos periodos. ¿Crees que el directo es la manera de vivir al completo la experiencia Devin Townsend?

“Veo esto como que tengo dos vidas. Una en casa con mi familia y otra en la carretera, donde te debes proteger mentalmente de aquellos que se toman la música demasiado en serio o que te odian directamente. Son cosas difíciles de llevar desde un punto emocional. La parte de tocar música es lo único bueno, es lo interesante. Se suele decir que cuando giras no te pagan por tocar música, sino por las otras 23 horas del día, cuando estás intentando encontrar un lugar limpio en el que poder cagar y ducharte. Nadie se imagina lo que es llegar al recinto del concierto sin haber dormido, estar de muy mal humor y tener a tres personas en la puerta esperándote desde hace dos días para verte. No puedes dejar que te moleste, aunque lo haga. Para ellos es algo muy importante que compartas tu tiempo con ellos. Toda esta mierda que te cuento…ese es el verdadero trabajo. Tocar música, en si, es una gran experiencia”.

Veo que el tema de cagar en un lugar limpio es un tema recurrente en la mayoría de las entrevistas que hago con artistas que giran a menudo (risas).

“Es que es algo que nos iguala a todos. Puedes ser el presidente de un país, estar en medio de un gigante evento político, y tener que escaparte irremediablemente a cagar. No hay nada sobre la faz de la tierra que sea tan importante como la necesidad de cagar. Nada.”

Al nivel en el que estás, tocando mayoritariamente en clubs ¿es más difícil la vida en la carretera para ti o para tu crew? He observado que, realmente, a ese nivel no difiere mucho la realidad del músico a la del técnico/roadie.  Uno de tus roadies, Armando Aguirre, es alguien a quien conozco de manera casual y viendo las fotos o comentarios en Facebook la impresión que tengo es justamente esa.  Que no hay tanta diferencia.

“Wow…justo en la última gira, Armando y yo tuvimos una conversación sobre esto. La manera en que está construido mi equipo de gira es sin jerarquías. Armando es tan importante para la gira como yo, el tío del merchandise es tan importante como el bajista y así sucesivamente. Estamos hablando de seres humanos de 40 años que viven en un autocar durante meses. Pensar que debe haber una jerarquía más allá de lo que el público debe ver…es estúpido. Dicho esto, todos tenemos trabajos que desarrollar. Los trabajos tienen distintos criterios. Desde fuera, ciertos trabajos parecen más glamourosos que otros. Pero al final, todos volvemos al autocar. Por los fans, yo interpreto el rol del cantante. Hay cosas que ese trabajo necesita para que se pueda hacer eficientemente. Los tour managers me persiguen o me traen botellas de agua, por ejemplo. Pero no hay ninguna diferencia entre nosotros, realmente. Somos tíos creciditos viajando en un bus, jugando distintos roles. Tanto da que rol interpretes a fin de cuentas, si eres un capullo con alguien, lo eres y punto.”

“Hay mucha gente que se esfuerza mucho en su rol, en ser el cantante, en ser el guitarrista. Pero al final es todo mierda, una gran mentira”.

Texto: Sergi Ramos