Silverchair: Young Modern

Antaño alumnos aventajados de la era post-grunge en Australia, poco queda de esa banda de chavales que sin llegar a los veinte años se empeñaron en darse a conocer. Quince añitos tenían cuando debutaron en 1995 con ‘Frogstomp’; y ya fueron capaces de crear himnos con esa edad de la talla de ‘Israel’s Son’ o ‘Pure Massacre’. Está claro que rozando los treinta años, Daniel Johns es otra persona, alejada de la rabia antisistema de hace diez años, y de esa imagen que todo el mundo se empeñó en comparar a Kurt Cobain. Más aún si tenemos en cuenta la buena acogida que tuvo su proyecto paralelo, The Dissociatives, más cercano al pop.

Soy de los que piensa que el último gran momento de Silverchair como tal fue en el Rock In Rio del 2001. Allí, entre grandísimos nombres como Iron Maiden, Red Hot Chili Peppers, Foo Fighters, Halford o Guns n’ Roses, salieron vencedores, con un show demencial de más de una hora repasando todos sus grandes éxitos. Tres discos tenían hasta esa fecha, y a partir de ahí, entró la experimentación en la banda. Diorama ya dio buena muestra de ello, sin llegar a enganchar a sus fans como con sus obras anteriores. La verdad es que escuchando este ‘Young Modern’ se nota que la madurez ha tocado con una varita a aquellos adolescentes. A ellos y a Paul Mac, que casi es un cuarto miembro de Silverchair con sus teclados, y que es la mano derecha de The Dissociatives.

Lineal, muy pausado, ambiental por momentos… No es seguramente el tipo de disco que se podría esperar de Silverchair, y sí quizá de la segunda banda de Johns. Pop rock clásico, cuyo ritmo más ‘acelerado’ podemos apreciar en ‘Young Modern Station’ y ‘Mind Reader’; siguen sabiendo hacer temas lentos, pero sin el sentimiento que los caracterizaba hace tiempo, resultando ‘All Across The World’ o ‘Waiting All Day’, por citar dos ejemplos, bastante sosos. Uno de los temas más destacados, sobre todo por su propuesta, es el quinto, que presenta dos partes de ‘Those Thieving Birds’ separadas por ‘Strange Behaviour’. 

Más cercanos a los Beatles o cualquier banda de rock de los años 60 y 70, que a la fiebre grunge que los acogió en sus inicios. Tantos años y lucha por conseguir tener identidad propia, para echarla abajo y crear un nuevo sonido…