Ghost: Rite Here, Rite Now

Ghost nos presentan un disco en directo excesivamente pulido que no termina de conseguir su cometido.

Con “Rite Here, Rite Now”, Ghost nos presenta una banda sonora que acompaña su reciente película del mismo nombre. Este álbum en vivo, grabado en dos noches en Los Ángeles en septiembre de 2023, es un reflejo de la evolución de la banda a lo largo de más de una década de carrera, aunque deja una sensación de cierto vacío. Si bien muestra a una banda en su punto álgido de popularidad y pulida hasta el último detalle, también se percibe como un producto más que una experiencia en directo visceral.

No cabe duda que el show de Ghost es una obra de teatro medida hasta el extremo por Tobias Forge pero quizá en su empeño por mostrar perfeccionismo, ha optado por un disco en directo demasiado bueno, demasiado perfecto y algo carente de la improvisación y variación que hacía exóticos los discos en directo de las bandas con las que Forge ha forjado su savoir faire musical: Kiss, Iron Maiden y demás.

Ghost en technicolor y sin fallos

Desde el principio, con la apertura instrumental de “Imperium”, queda claro que Ghost ha apostado por un sonido limpio y una interpretación meticulosamente cuidada. Tobias Forge, bajo su alter ego de Papa Emeritus IV, lidera a la banda con su carisma habitual, y el sonido que ofrecen es casi impecable. La calidad de la grabación es excelente, lo que permite a los oyentes sumergirse en el show como si estuvieran presentes en The Kia Forum. Cada riff de guitarra, cada coro y cada una de las voces limpias y guturales resuenan perfectamente.

Sin embargo, precisamente esa perfección técnica es uno de los puntos débiles de “Rite Here, Rite Now”. La crudeza y espontaneidad que suelen ser el sello de un gran álbum en directo están ausentes aquí. Todo está demasiado bien empaquetado, lo que hace que se pierda parte del encanto y la autenticidad de un show en vivo. En muchos momentos, el álbum se siente más como un repaso de estudio que como un concierto enérgico y vibrante. Los picos de volumen del público ideados para resaltar momentos clave del show visual de la banda o inicios de ciertas canciones en ocasiones quedan artificiales, impostados. Nada que no hiciesen nuestras bandas favoritas en muchos de sus discos en directo para dar verosimilitud a la experiencia, claro, pero precisamente se trata de un terrible factor de distracción.

Un repertorio que se queda corto

El setlist del álbum pone un énfasis claro en los discos más recientes de la banda, particularmente en Impera (2022) y Prequelle (2018). Canciones como “Rats”, “Call Me Little Sunshine” y “Kiss The Go-Goat” destacan por su pegada y su capacidad para conectar con el público, pero también evidencian la transformación de Ghost hacia un sonido más accesible y orientado al pop-metal. “Dance Macabre”, por ejemplo, es un ejemplo perfecto de cómo la banda ha sabido crear éxitos instantáneos que funcionan tanto en estudio como en directo, pero que no tienen la profundidad de sus composiciones más antiguas.

Aquí radica uno de los problemas del álbum: la ausencia de material de sus dos primeros trabajos, Opus Eponymous (2010) e Infestissumam (2013). Aunque esas canciones fueron interpretadas en los conciertos, no aparecen en el disco, lo que priva a “Rite Here, Rite Now” de ofrecer una visión completa de la trayectoria de la banda. Falta la oscuridad y el peso de canciones como “Year Zero” o “Ritual”, que ayudaron a definir la identidad inicial de Ghost.

En cambio, se apuesta por canciones recientes que, si bien son pegadizas y enérgicas, no alcanzan el nivel de sofisticación que muchos de sus primeros trabajos lograron. “Kaisarion”, por ejemplo, sigue siendo una canción divisiva entre los fans, con un aire casi caricaturesco que parece fuera de lugar en el contexto de un álbum en directo. “Twenties”, sin embargo, aunque fue omitida en todos los conciertos de la gira de «Impera», brilla aquí por su dinamismo, demostrando el potencial que puede alcanzar en un contexto en vivo.

Ghost (Foto: Sergi Ramos)

Momentos destacados

A pesar de sus limitaciones, “Rite Here, Rite Now” tiene momentos que elevan el álbum. La interpretación de “Miasma”, con su espectacular solo de saxofón y el climax de la aparición de Papa Nihil, sigue siendo uno de los momentos más destacados de los directos de Ghost, y aquí no es la excepción. Igualmente, canciones como “Cirice” y “Square Hammer” mantienen su estatus como clásicos modernos del heavy metal y caen a plomo sobre la audiencia del Kia Forum.

El cierre con “The Future Is a Foreign Land”, la nueva canción de estudio, es una despedida optimista que mira hacia adelante, pero también deja una sensación de ligereza. A pesar de su melodía pegajosa y su energía positiva, no tiene el impacto que una nueva canción debería tener al cerrar un álbum de esta magnitud. Casi que habría sido mejor cerrar directamente con «Square Hammer» por todo lo alto.

Un álbum para los fans más recientes

En definitiva, “Rite Here, Rite Now” es un álbum en vivo bien producido y empaquetado, que servirá principalmente a los fans más recientes de la banda, aquellos que han seguido su evolución desde «Prequelle» y «Impera». Para quienes prefieren la faceta más oscura y densa de Ghost, este álbum puede dejarles con ganas de más y quizá es bueno escuchar el directo «Ceremony and Devotion» de 2017. La falta de material de sus primeros discos y la ausencia de crudeza en la grabación restan parte del encanto que debería tener un álbum en directo.

Aunque ofrece grandes momentos y es indudablemente disfrutable, “Rite Here, Rite Now” no consigue ser el testimonio definitivo de la carrera de Ghost, aunque si un correcto cierre de ciclo antes de la siguiente aventura. Se percibe como un producto calculado para cerrar una etapa, sin el riesgo ni la profundidad que muchos fans habrían esperado. Al final, lo amas o lo odias, pero lo que está claro es que Ghost sigue siendo una de las bandas más influyentes y divisivas del panorama actual.