Josh Todd & the Conflict: Year of the Tiger

Seamos realistas: Buckcherry es un grupo con seis o siete canciones memorables en veinte años.  Un disco en solitario de Josh Todd no va a resultar súbitamente una obra maestra de la historia de la música. En base a eso, escuchad el disco bajo vuestra cuenta y riesgo.

Josh Todd es conocido por ser el vocalista de Buckcherry. Una banda con la que salvo el primer disco -aparecido en pleno hype del retorno del hard-rock angelino de los 80- y el comercialmente exitoso “15” en 2006, no ha conseguido nada especialmente destacable. Subsiguientes trabajos han pasado relativamente desapercibidos y, todo sea dicho, no hay nada que Buckcherry hagan que no sea derivativo y no se haya oído mil veces ya. Cuando dieron con la fórmula de algunos buenos estribillos en un par de discos, el mundo les hizo caso. Eso es todo.

Así pues, un disco de Josh Todd producido junto a su compañero de Buckcherry, Stevie D, va a tener más que obvias reminiscencias a esa cierta mediocridad tolerable de su banda madre. Lo que encontramos en “Year of the Tiger” es un esfuerzo de Todd por ser más punk, más bruto y más visceral de lo que ha demostrado en los más recientes discos de su banda principal. También parece que quiere quitarse de encima la espinita en su expediente que ha supuesto el impertinente proyecto Spraygun War, un intento de hip-hop y electrónica editado hace un par de años que podría hacer saltar el anti-virus de tu ordenador fácilmente. En definitiva, Todd está pasando por una crisis de identidad musical que no está llevando con demasiada maestría.

Si a algo recuerdan las canciones de “Year of the Tiger” es a unos Stone Temple Pilots sin la genialidad del fallecido Scott Weiland. La visceralidad capta tu atención durante algunos minutos pero a medida que el disco avanza uno va descolgándose progresivamente. Probablemente es el intento de balada de Todd en “Good Enough” el que termina de hastiar. Es un tema tan medianero y falto de encanto que no pasaría de cara B en un disco de Buckcherry con un productor de cierta enjundia.

El groove y el tono contestón de “The Conflict” podría pasar por un tema de Rage Against the Machine en el estribillo mientras que otras como “Story of My Life” intentan irse por derroteros de punk melódico. El funk-metal de “Erotic City” ofrece posibilidades y cabe decir que las melodías propuestas por Todd sin que hacen de este tema algo destacable, pero llegados a ese punto del disco hay que pasar por muchas canciones y la capacidad receptiva del público hoy en día no da para tanto.

Si alguien tiene dudas de porque este es un disco medianero, tan solo tiene que escuchar el estribillo de “Push It” un par de veces y pensar que eso ha pasado algún tipo de filtro antes de acabar grabado en un disco que se comercializa públicamente. Lo mismo con “Rain”, con la que se cierra el disco. Alguien ha dicho “hey, esto es un gran tema, deberíamos grabarlo”. Tengámoslo en cuenta.

Seamos realistas: Buckcherry es un grupo con seis o siete canciones memorables en veinte años.  Un disco en solitario de Josh Todd no va a resultar súbitamente una obra maestra de la historia de la música. En base a eso, escuchad el disco bajo vuestra cuenta y riesgo.