Thunder: Wonder Days

La obra está cuidada al detalle y va enganchando escucha tras escucha hasta que te atrapa. Casi todas las canciones poseen mucha alma y hay singles para parar un tren. Uno de los mejores discos que un servidor ha escuchado este presente 2015. Quien les ha visto en directo, y en pequeña sala, cuenta maravillas, así que si alguna vez se acercan a vuestra ciudad dejaos hechizar por Thunder.

Otros que nunca fallan y deberían tener un estatus mucho más alto son los ingleses Thunder. Toda su discografía es excelente, pero el mundo y la escena han ido cambiando poco a poco hasta quedar relegados a un bonito recuerdo. Dudo que las cosas cambien con este “Wonder Days” pero es un compacto en el que queda claro que el feeling y la calidad siguen estando presentes. Su hard rock inglés con dejes a los Whitesnake de la era pre “1987”, a Bad Company y a Quireboys sigue sonando a gloria después de tanto tiempo en la brecha. Pude verlos en Wacken 2013, y esta vez el regalo es perfecto, pues añaden a su nueva obra un CD de ese gran concierto en la Meca del heavy metal. Volviendo al disco, comentar que vuelven a elevar el listón respecto a sus últimas entregas, sonando actuales, pero manteniendo los puentes tendidos hacia ese mágico materia con el que les vimos nacer.

Impecable inicio con una “Wonder Days” que rezuma clase y hard rock 80 con un estribillo que podrían firmar los Scorpions perfectamente. Producción limpia pero con regusto retro nostálgico. Pura fiesta y diversión se marcan en la pegadiza “The Thing I Want”. Menudo single, menudo solo por parte de Luke Morley y estribillo estelar. La voz de Daniel Bowes sigue estando en su mejor momento. Un tipo con luz propia que modula y juega como quiere. Preciosa la mandolina en la balada acústica “The Rain”. Suave y evocadora con una melodía muy conseguida. “Black Water” completa un inicio brillante con otro estribillo mágico, demostrando que a esta banda nunca la han abandonado las musas. Pero el sorpresón absoluto es “The Prophet”. Suena a Queen de los 70 por los cuatro lados e incluso Bowes juega a ser Freddy Mercury por momentos. Borbotones de originalidad y belleza en la oscuridad. No podía faltar tampoco un tema con la palabra “Love” en un título. Esa es “I Love the Weekend” y es un rock n’ roll puro sucio, clásico y en la onda Creedance Clearwater Revival o Nazarteh.

En “Resurrection Day” vuelven los ecos Scorpions. De verdad que Bowes parece Kñaus Meine. Es un medio tiempo muy festivo y feliz, muy accesible. En otros tiempos sería un single perfecto para las FM y MTV. En “Chaising Shadows” hay un poco de bajón de calidad. Tema correcto, mucho más estándar y con riff y cadencia más AD/DC. En “Broken” hay más melancolía con ese teclado del líder Luke Morley, que se volverá a lucir con el solo de guitarra. Mención especial a batería y bajo por toda la gran labor de andamiaje de los temas. “When the Music Played” es otra buena muestra de la clase que poseen, electrificando el final y en “Serpentine” atacan un blues. Con guitarras Dobro y acelerando el tempo vuelven a darle otro giro al disco

El directo en Wacken suena bastante mejor de lo que pude vivir ese día. Sus clásicos siguen maravillando empezando por ese single perfecto que es “Dirty Love”. Apoteósico final con “Love Walked in” y “I Love You More tan Rock ‘n’ Roll”. Como curiosidad deciros que en el DVD de Wacken aparecen estos dos temas en video. Los ocho cortes resumen perfectamente el nivel que la banda atesora. Destacaría también “You Can’t Keep a Man Down” y la divertida “The Devil Made Me Do It”.

Disco cuidadísimo y atractivo que supera con creces a “Bang!”. A pesar de sacar CD cada bastante tiempo parece que el grupo no se resiente, y a veces es mejor, pues esas cláusulas de disco cada dos años pueden cargarse a una banda perfectamente. Juntamente con Tesla parece que son las bandas que mejor llevan su etapa más allá de los 2000. La obra está cuidada al detalle y va enganchando escucha tras escucha hasta que te atrapa. Casi todas las canciones poseen mucha alma y hay singles para parar un tren. Uno de los mejores discos que un servidor ha escuchado este presente 2015. Quien les ha visto en directo, y en pequeña sala, cuenta maravillas, así que si alguna vez se acercan a vuestra ciudad dejaros hechizar por Thunder.