Sonata Arctica: WINTERHEART’S GUILD

Los reyes del azúcar repiten su apuesta

Tercer trabajo de la banda heredera de Stratovarius (si exceptuamos su mini
Successor) y que viene llamado a ser la confirmación definitiva de Sonata.
El (actualmente) cuarteto perdió recientemente a uno de los pilares básicos
de su éxito, su teclista Mikko Harkin, pero ajenos al desaliento han cubierto
bien su baja con la ayuda del sr. Jens Johansson (Malmsteen, Dio, Stratovarius)
y han facturado un producto 100% Arctico.

Quién esperaba algún mínimo atisbo de evolución o originalidad va a salir
defraudado a la primera escucha, pero los miles de fans de los fineses van
a disfrutar de lo lindo, pues lo que contiene su tercera entrega es velocidad
y melodía a mansalva. El single clarísimo es “The Cage”, un trallazo dulzón
y melódico que te atrapa desde el principio. “Abandoned, Pleased, Brainwashed,
Exploited” tampoco le va a la zaga. Es una buena muestra de canción típica
del grupo, con interludio lento y unos coros muy conseguidos. Un punto negativo
es sin duda los cortes lentos, que sin ser malos mucho distan de esas magníficas
baladas y medios tiempos que firmaron en sus inicios. Temazos como “Letter
To Dana”, “Shy” o “Replica” están a años luz de “Gravenimage”,”Draw Me” o
“The Misery”. La producción y masterización está hecha donde lo hace todo
el mundo, en casa de los Mikkas, y pese a ser perfecta les hace sonar como
siempre. La portada y el artwork son infinitamente mejores al pueril trabajo
anterior de Eric Philippe, y pese a contener mil tópicos, está realmente trabajado
en todos los sentidos, pese a que (como viene siendo habitual en este grupo)
hay letras que son imposibles de leer debido a los contrastes elegidos por
los diseñadores. “The Ruins Of My Life” y “Victoria’s Secret” retoman la velocidad
y el estribillo melódico. Esta última incluso contiene un duelo de guitarra
y teclado a lo Stratovarius. Los coros envolventes fluyen bajo una base rítmica
en la que el doble bombo de Tommy Portimo nos hace dudar sobre si realmente
lo toca él o, como diría Julkarn, “el Windows”. Tony Kakko realiza un gran
trabajo (a diferencia de en directo) e incluso en muchos temas ha grabado
las teclas destapándose como un buen teclista. Muestra de ello la encontramos
en el corte más original y complejo (a mi modo de ver el mejor): “Champagne
Bath”, que pese a ser algo sacarinoso contiene un estribillo bastante original
(para Sonata) y ejecuta varios solos-piques, teclado-guitarra al puro estilo
Tolkki-Johansson. Incluso la guitarra de Jari Liimatanien suena más dura que
de costumbre. “Broken” nos ofrece un tema atípico en los escandinavos y les
hace entrar en terrenos claramente poperos (soretodo en los coros, muy ochenteros)
en los que se desenvuelven perfectamente.

Winterheart’s Guild supera con creces a su anterior Silence, pero lejos está
de la calidad y la frescura demostrada en Ecliptica. Probablemente sea su
disco más vendido, radiado y les permita encabezar su propia gira como cabezas
de cartel por el Viejo Continente, pero Sonata Arctica ya no cuenta con el
factor sorpresa, necesita renovar su apuesta y sobretodo: mejorar sus directos.
Si no cuidan sus puntos flacos van a pasar de eterna promesa a grupo del montón.