Mercury Tide: WHY?

Gran trabajo de manos del vocalista de una de las pocas bandas del llamado power melódico que poseían el don de no repetirse nunca y tener propia personalidad en todos sus trabajos. Desgraciadamente Angel Dust es una banda poco conocida, y este proyecto Mercury Tide va camino de ser sólo saboreado por los escasos seguidores del veterano grupo teutón. Dirk Turisch se ha rodeado de un séquito de grandes y reputados instrumentistas como son  Dennis Rihele a las teclas, Anders Iwers al bajo (Tiamat) o Stefan Gemballa a la batería (Flower Kings y Red Aim).

Musicalmente este proyecto mantiene parte de los elementos explorados por los propios Angel Dust en sus últimas aventuras discográficas. Se mantiene esa aura oscura, amplificada por el enorme protagonismo de los teclados de Rihele, que incluso hay momentos en los que su cometido llega a recordarme a las atmósferas de los propios Tiamat. Para redondear la obra tienen una base rockera innegable y hasta algunos ingredientes bien seleccionados del mal llamado rock alternativo o grunge. La hoja promocional subraya varias veces este hecho, pero tampoco es que la influencia de las bandas de Seattle sea tan manifiesta como ellos nos pretenden hacer creer (¿estrategia de márqueting quizás?). En su himno particular “Why?” se basan en un teclado repetitivo y unas bases totalmente Tiamat, afortunadamente la voz de Dirk y el magnífico estribillo les distancia de los suecos. Repiten la fórmula a menos revoluciones en el intenso medio tiempo “This Never Ending Dreaming”, tan oscura como melódica. Más metálica es la desgarradora “Lost & Torn”, combinando retazos duros con partes pausadas y recordando incluso a Savatage. El inquietante piano domina otra de sus mejores composiciones: “Souls Of The Ocean”. En “Back To Reality” encontramos más presente el rock alternativo que dominó la escena a principios de los 90. La distorsión de guitarra, esa batería y sobretodo, el filtro de voz que utiliza Dirk, les acercan a la escena alternativa de esos tiempos. Soundgarden pueden ser unos referentes claros. En “Save This World” se marcan una emotiva balada in crescendo, triste y convincente con solo final de teclado. Otra canción definitoria del estilo es “Set Me Free”. Quizás el estribillo resulte algo popero, pero demuestra que su fórmula de dar toda la responsabilidad a una base de teclados góticos y soltar estribillos pegadizos les funciona de maravilla. El aura alternativa sigue presente en “Confusion” con riff machacón, estribillo pegadizo y base programada. La verdad es que han conseguido un disco con un estilo muy marcado y personal pero que para nada se hace pesado, aún repitiendo fórmula. No hay temas de relleno, la producción es excelente y si todavía no eres fan de Dirk Turisch, aquí tienes una buena oportunidad. El corte más elaborado lo han guardado celosamente hasta el final. “Alone” aparca los estribillos pegadizos y el teclado, pero cierra dejando el pabellón muy alto.

Sin duda el ex Angel Dust ha conseguido firmar uno de los mejores trabajos del año. El sonido de la banda consigue incluso cierta originalidad aún sin inventar nada. Ha conseguido un proyecto accesible pues incluye metal, gótico, rock y sonidos alternativos. Tras la incógnita que supone el momentáneo parón de Angel Dust, esperaremos gustosamente su inevitable reunión de manos de Mercury Tide. No es lo mismo, pero hay tanta calidad como en cualquier disco de los alemanes.