Seventh One: What Should Not Be

SEVENTH ONE es el típico proyecto heavy metal formado en su mayoría por músicos
suecos procedentes de la escena del metal extremo, más en concreto de bandas
como DISSECTION, DECAMERON y  SOULREAPER, y lo cierto es que no se les da nada
mal, de hecho suenan más creibles y convincentes que el 80 % de bandas heavies
que de ese país surgen a diario practicando heavy metal.

Con un disco llamado “Sacrifice” en su haber, SEVENTH ONE publican su segundo
disco de estudio, “What should not be”, ambos editados por el sello del señor
Lars Ratz de METALIUM, Armageddon Music, siendo el propio Lars el encargado
de llevar a cabo la producción de este trabajo con unos fenomenales resultados.

No he tenido ocasión de juzgar su primer trabajo, pero tras detenidas escuchas
a este segundo album puedo asegurar que este proyecto no es fruto de la casualidad
ni mucho menos resultado de una noche de sesión alcohólica por parte de estos
5 suecos, más bien todo lo contrario; “What should not be” posee coherencia
y lo que es más importante, engacha. Las composiciones están bien pensadas y
estructuradas y contienen una serie de matices que otorgan a estas 9 canciones
una épica considerable, bien sea por las melodías de voz, los coros o los fenomenales
fraseos de guitarra y los meritorios solos de guitarra.

SEVENTH ONE apuestan por un power metal de corte europeo cercano a los primeros
HAMMERFALL o METALIUM, con el añadido de la dureza de bandas como BRAINSTORM,
TAD MOROSE o la vertiente más europea del thrash metal.

Si nos ceñimos únicamente al factor originalidad, SEVENTH ONE deberían ir por
el bien de la humanidad de cabeza al horno crematorio más cercano, ahora, cuando
las cosas están bien hechas, por muy trillado que esté el concepto musical entorno
al cual gira el disco, es de necios no reconocer la labor que ha empujado a
la banda en cuestión a sacar un disco dentro de este campo.

Si SEVENTH ONE consiguen llamar la atención y sobrepasar la prueba de fuego
que supone ser una banda nueva de power metal a estas alturas, pueden dar más
de una sorpresa.