Gary Moore: We Want Moore!
Para muchos, uno de los mejores guitarristas y uno de los compositores de hard rock mejor dotados del planeta. Gary Moore ha logrado mantenerse en la psique colectiva de los fans del rock lustros después de abandonar su lado más duro para optar por la melodía y cadencia del blues más puro, algo que no se consigue simplemente firmando un par de canciones machaca-cervicales y un par de girillas de poca monta. Moore fue, sin duda, uno de los máximos exponentes del hard rock guitarrero de los años 80, largo tiempo antes de que Yngwie Malmsteen, Paul Gilbert, Steve Vai, John Sykes y muchos otros vinieran a llevarse los méritos y el reconocimiento.
Moore comenzó los años ochenta con mala pata. Tras una década previa en la que había empleado su tiempo como miembro de los fuera-de-control THIN LIZZY, el aterrizaje en 1980 fue doloroso. Gary Moore se encontraba algo perdido, intentando formar una banda que en ningun caso terminaba de ser posible. Probó suerte con Glenn Hughes en 1980, pero el ex – DEEP PURPLE ya estaba demasiado metido en ciertas sustancias como para formar parte de una banda. Intentó hacer un grupúculo llamado G-FORCE que duró tres telediarios pese a una gira junto a WHITESNAKE y finalmente Gary se lanzó a probar suerte con Tommy Aldridge, Charlie Huhn, Kenny Driscoll y muchos otros músicos con los que capturó la época más bizarra de su carrera heavy. Incluso grabó dos discos, uno en estudio (“Dirty Fingers”) y otro en directo (“Live At The Marquee”) que no se llegaron a editar hasta tres años más tarde, cuando ya en 1984 era un artista exitoso en el mundo del rock. Antes, en 1982, Gary Moore consiguió la primera “Gary Moore Band”, que incluía a Ian Paice, Neil Murray y Tommy Eyre, con quienes grabó el disco “Corridors Of Power”. Y un par de años después, tras agotadoras giras y participaciones en festivales, Gary Moore grabó la que sería su obra definitiva hasta la fecha: “Victims Of The Future”.
No se ustedes, pero 1984 es para muchos uno de los años más prolíficos de la historia del Heavy Metal y, sin lugar a dudas, el disco que grabó Gary Moore en aquel año contribuyó a dicha sensación. Todo el mundo parecía estar en el tope de sus capacidades como compositor y a día de hoy, recordar ese año es recordar un clásico del rock tras otro. Moore no perdió la oportunidad de dejar su marca en pleno meridiano de la decada y se lanzó a la carretera por toda Europa y Estados Unidos, sellando actuaciones que lo elevarían a la categoría de “guitar hero” durante muchos años. Y cuando un artista está en su cúspide, lo mejor es dejar que su trabajo quede registrado para la posteridad con un disco en directo. Y he ahí la entrada triunfal en ésta historia de “We Want Moore”.
Concebido como una especie de EP en directo, “We Want Moore” terminó siendo más largo de lo que se planeó. Tan solo diez canciones, escogidas en cuatro shows del guitarrista a lo largo de 1984, y sin un orden que respetara particularmente el repertorio de la gira. Pero no importaba. Moore estaba al rojo vivo y con tan solo 66 minutos de música que se repartían a lo largo de dos vinilos era capaz de dejar anonadado al oyente medio con riffs, solos y melodías que parecían sacadas de una invisible chistera que le acompaño durante todos sus años en el mundo del hard y heavy metal.
El disco arranca con una ensordecedora versión de “Murder In The Skies”, con una presentación semi-informal que deja entrever que está sacada de un show que ya había comenzado hacia un rato. Moore anuncia que el show está siendo grabado para un disco en directo y hace una breve muestra de humor irlandés ininteligible antes de atacar el violento riff del tema. En la batería acompaña a Moore el legendario Bobby Chouinard, ya que a esas alturas de 1984, Ian Paice ya había huido a DEEP PURPLE, quienes preparaban “Perfect Strangers” y moldeaban sus planes de reunión. Chouinard aparece en todas las grabaciones realizadas en Detroit, es decir “Muder In The Skies”, “Shapes Of Things To Come”, “Victims Of The future” y “Don’t Take Me For a Loser”. El estilo de Chuinard es consistente pero poco contundente, algo que roba un poco de magia a los temas. Así mismo, el bombo casi no existe en los temas donde el colabora, algo que no sucede en los de Ian Paice, que se hace notar un poco más.
“Shapes Of Things” es la versión reconvertida de los YARDBIRDS que dio al disco “Victims Of The Future” buena parte de su éxito. En directo siempre era un misterio, pues solía incluir largos y estructurados-pero-improvisados solos de Moore, quien aprovechaba las pasarelas superiores del escenario para elevarse unos metros por encima de la cabeza del resto de miembros del grupo y mostrar sus dotes a la guitarra sin que nadie le eclipse visualmente. El tema en cuestión dura más de ocho minutos, cuatro minutos más que la versión de estudio, así que hay largo tiempo para muchos solos… Bastante más larga que la versión de estudio es también “Victims Of The Future”, que incluye otro prolongado solo al final, de aquellos que crecen y crecen con los segundos llevando la canción hasta una catársis inevitable.
Volviendo a los tiempos de “Corridors Of Power”, Moore ataca con “Cold Hearted”, grabada en el Tokyo Budokan en febrero de 1984. El tema tampoco baja de los seis minutos y enlaza mágicamente –cosas de la época- con un solo de guitarra grabado en el Glasgow Apollo unas semanas antes. El sólo es el que introduce “End Of The World” y es una de las piezas de guitarra más clásicas y virtuosas de Moore, que a día de hoy aun recibe homenajes por parte de gente como Leo Leoni de Gotthard durante sus shows. Seguidamente la banda ataca la mencionada “End Of The World”, llegando a la mitad del disco y habiendo escuchado ya una cantidad interminable de solos de guitarra. Moore parecía empeñado en demostrar quien era el jefe!
La segunda mitad del disco arranca con la perenne “Back On The Streets”, que fue fija en sus shows hasta mediados de los ’80. En el disco también tuvimos la oportunidad de escuchar un “nuevo” tema, titulado “So Far Away”, que servía de intro para el hit-single “Empty Rooms”. Se trata de una pieza de guitarra y teclados muy suave que Moore venía interpretando en directo durante toda la gira – y que seguiría interpretando en todas las giras posteriores de los ’80 para dar paso a “Empty…”. El disco llega a su final con la melódica y casi AOR “Don’t Take Me For a Loser” y –para terminar- una pasada de revoluciones “Rockin’ And Rollin’” como único testimonio de Gary hacia sus tiempos de la G-FORCE. El tema posee una coda vocal en la que colabora Jimmy Nail y que termina en otro crescendo con Ian Paice en plan fuera de serie. Totalmente recomendable para arrancar el día dando saltos escaleras abajo.
La pena es que “We Want Moore” no recoja más canciones de las que sonaron en la gira. Algunas de ellas, como “Wishing Well”, “Nuclear Attack”, “Rockin’ Every Night” o similares aparecerían en el futuro VHS “Emerald Aisles”, grabado durante la gira irlandesa de Gary a finales de 1984 y con el añadido de poder visualizar al maestro en toda su gloria en uno de sus mejores periodos. Lástima que ahora, en pleno 2007, siga empeñado en hacer discos de blues revenido. Evidentemente, “Still Got The Blues” y “After Hours” son grandes discos de blues semi-metalizado, pero desde que al hombre le dio por hacer mil versiones, y grabar discos de lo más repetitivo, la cosa ha perdido su gracia. Esperamos que un dia oiga el clamor popular, recupere a Neil Carter del olvido y se marque una gira con Bob Daisley al bajo y Eric Singer a la batería. Como en los tiempos de “Wild Frontier”, vamos. Estoy seguro de que los festivales se lo rifarían.
Sergi Ramos
Grupo:Gary Moore
Discográfica:10 Records / Virgin
Puntuación:8
Canciones:
- Murder In The Skies
- Shapes Of Things
- Victims Of The Future
- Cold Hearted
- End Of The World
- Back On The Streets
- So Far Away
- Empty Rooms
- Dont Take For a Loser
- Rockin And Rollin
Año:1984
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.