Los Los: Viva los Los!

A veces es difícil imaginar qué tipo de sustancias psicotrópicas ingieren los
responsables de según qué discográficas. ¿El motivo? Que salgan al mercado grupos
como éste, que se dedican a versionar la Macarena, mientras que en cada ciudad
hay miles de chavales que se toman en serio la música y se parten el espinazo
para hacer un simple bolo. Está claro que este grupo va de coña, tanto por la
música como por la imagen, pero es que ni para hacer gracia valen estos pobrecitos.
¿Soy demasiado duro? Sigan leyendo y juzguen…

Sólo con ver la portada y el libreto ya se sabe de qué van estos tíos. Vestidos
con máscaras y con un burro por mascota, se nota que están parodiando a los
Slipknot y su cabra, aunque la música que hacen no se parezca en nada. Pero
bueno, el caso es llamar la atención.

Cuando pones el disco suena una especie de rock industrial, aunque a años luz
de Rammstein o Marilyn Manson, por poner un ejemplo. La gracia se supone que
está en las letras, ya que aunque cueste reconocerlas, la mayoría son versiones
populares "de ayer, hoy y siempre" cantadas en spanglish. Así, podemos
encontrarnos la canción de Los del Río tristemente famosa en el mundo entero,
la no menos triste "Aserejé" de las horripilantes Ketchup o la horterada
que hizo famoso a Ricky Martin, "María". Eso sí, lleva un rato hasta
que acabas reconociéndolas, porque las voces no tienen melodía ninguna y las
guitarras apenas se limitan a marcar ritmos monótonos y machacones.

Otras composiciones propias del grupo tampoco consiguen mejorar el panorama
y muestran un sonido muy monótono, cuya única baza consiste en imitar a los
Brujería del maxi "Marijuana".

Lo más increíble de todo (más aún que su música) es la historia que se cuenta
sobre ellos en la página  web del grupo. Puede que sea verdad, quién sabe, pero
huele demasiado a jugarreta comercial de la compañía para atraer la atención
sobre el grupo. Según dicen, el combo está formado por cinco amigos criados
en Méjico y descendientes todos de inmigrantes alemanes. Después de ser expulsados
del colegio católico en que "estudiaban" tras una actuación en la
que tachaban a los curas de pervertidos sexuales, intentaron sacar pasta de
donde fuera para financiar su propia carrera. Así que, ni cortos ni perezosos,
(según dicen, repito) robaron un toro de lidia justo antes de una corrida para
cobrar el rescate. El problema es que el toro murió a los tres días y, peor
aún, pertenecía a un conocido narcotraficante de la zona, por lo que tuvieron
que poner pies en polvorosa y viajar apresuradamente a Europa. De ahí que en
la portada del disco aparezcan como fugitivos buscados bajo recompensa y que
sus identidades estén en el anonimato. Aunque sea verdad, está claro que la
compañía trata de sacar partido de la rocambolesca historia, pero francamente
no hace más que rizar el rizo de este esperpento de grupo.

En resumen, un disco muy válido para vacilar a los colegas en una noche de
borrachera, aunque sólo a partir del cuarto cubata. Sin duda, pondrán los ojos
como platos al escuchar el "Ilarie" de Xuxa y hasta podréis pasar
un rato divertido al oír el Aserejé convertido en una sucesión de gruñidos.
Para mear y no echar gota, oigan.