• “Don’t you think I’m a saviour”
  • “Don’t you think I Can Save you”
  • “Don’t you think I Can save your life”.
  • “Don’t you think I’m a saviour”
  • “Don’t you think I Can Save you”
  • “Don’t you think I Can save your life”.
  • “Don’t you think I’m a saviour”
  • “Don’t you think I Can Save you”
  • “Don’t you think I Can save your life”.
  • “Don’t you think I’m a saviour”
  • “Don’t you think I Can Save you”
  • “Don’t you think I Can save your life”.
  • “Don’t you think I’m a saviour”
  • “Don’t you think I Can Save you”
  • “Don’t you think I Can save your life”.
  • “Don’t you think I’m a saviour”
  • “Don’t you think I Can Save you”
  • “Don’t you think I Can save your life”.

Horroroso ¿verdad?  ¿En qué estaba pensando Steve Harris cuando hizo éste disco? Ya se que para que haya buenos discos tiene que haber discos malos, ni que sea para poder juzgar comparativamente. Reto a cualquier lector a que me nombre a una banda que haya hecho discos buenos y perfectos a lo largo de su carrera. ¿Los STONES? No han hecho un buen disco desde “Some Girls”. ¿PINK FLOYD? Nada que valga la pena desde “The Wall”. ¿AC/DC? Con la honrosa excepción de “Ballbreaker” y “The Razor’s Edge”, no habían hecho nada bueno desde “Back In Black”. ¿KISS? No han hecho nada decente desde “Revenge”, y previamente, desde “Lick It Up”. Vamos, que si nos ponemos a revolver los cajones encontramos a mil bandas con una trayectoria peor que la de IRON MAIDEN. Pero eso no es excusa. Volvamos, pues, a mi pregunta inicial. ¿En qué estaba pensando Steve Harris cuando hizo éste disco?

Nadie lo sabe muy bien, pero mucho me temo que Dave Murray, Janick Gers y Nicko McBrain le dejaron el muerto en los hombros al bueno de Harris, quien hizo lo que pudo con el li-mi-ta-di-to Blaze Bailey. No se si me explico. Blaze Bailey no es un mal cantante, pero no es un buen cantante para IRON MAIDEN. Quizá pegaría mucho más en CANDLEMASS, por aquello de la tonalidad grave y tal. Así que recien salidos de una poco exitosa gira de “The X Factor” (IRON MAIDEN tocando en salas de 2.000 personas era algo ináudito que marcó el fin para muchos fans de la banda), MAIDEN se metieron de nuevo al estudio, concretamente a los Barnyard Studios de Essex, Reino Unido. Allí pasaron una buena parte del año 1997 dando forma a un disco que sería el onceavo de su carrera y que incluiría bodrios como “The Angel and The Gambler”, “Como Estais Amigos” o “Don’t Look To The eyes Of a Stranger”. El productor fue Nigel Green, quien ya trabajó junto a Steve Harris en “The X Factor” y en el nuevo tema del recopilatorio “Best Of The Beast”, la olvidada “Virus”. El disco tenía como principal motivación letrística el auge de la era de las computadoras y su efecto en la sociedad, algo expresado a través de la horrorosa portada de Hugh Syme. Hay que decir que Syme fue el tipo que hizo la espectacular portada de “The X Factor” y el tipo que diseñó la mayoría de portadas y el logo de RUSH. No será por credenciales. Pero es que lo de “Virtual XI” clama al cielo. Es como si Derek Riggs hubiera perdido el juicio y hubiera decidido específicamente hacer el peor trabajo de su vida. Y además, lo peor de todo, es que la portada no era de Riggs, sino de un Syme que intentaba imitar a Riggs.

Como ustedes ven, el disco estaba maldito desde el principio. Si “The X Factor” terminó gustando mínimamente después del shock inicial fue porque contenía buenos temas como “The Sign Of The Cross”, “the Lord Of The Flies” o “Man On the Edge”. Pero la diferencia con “Virtual XI” es que éste no tenía más que un tema aprovechable, y todos sabemos cuál era. Si bien la composición del disco era uno de los principales problemas, donde la acusada sequedad de ideas latente en IRON MAIDEN era más palpable que nunca, hay que decir que la voz de Bayley era el tiro de gracia del asunto. De todos los posibles cantantes malos para IRON MAIDEN, Harris eligió el peor. Escuchad como se desgañita en “When Two Worlds Collide” – especialmente en la última parte de la canción- para daros cuenta de lo que quiero decir. Lo que peor me sabe es que Bayley no era más que una marioneta de Harris y el manager Rod Smallwood, que cogieron a un tipo equivocado para uno de los puestos de trabajo más exigentes del mercado, con un predecesor que no era nada fácil de superar.  Es como si HELLOWEEN hubieran cambiado a Michael Kiske por Messiah Marcolin. O como si JUDAS PRIEST hubieran colocado en la banda a Nick Holmes de PARADISE LOST cuando se marchó Halford. El pobre Bayley desmontó a WOLFSBANE y luego retomó su carrera con varios intentos en solitario que lo han traido hasta el dia de hoy aun con la maldita etiqueta de ex –vocalista de IRON MAIDEN para amargarle la existencia.

La intención del disco era buena. Comienza con uno de esos temas rápidos y memorables de MAIDEN como “Futureal”, en la onda de “Aces High” y similares. La única pega es que el tema no es memorable, sino cansino. Como que ya lo has escuchado antes y mucho mejor. El single del disco, “the Angel And The Gambler” no es mucho mejor. Es una canción de nueve minutos en la que el estribillo se repite unas ciento cuarenta y siete veces en la misma tonalidad exacta, con un videoclip de animación de lo más simplón que debería haber permanecido por siempre jamás en los almacenes de la banda. La melódica “Lightning Strikes Twice” es ligeramente aceptable, así como “The Clansman”, el único tema del disco que pasaría de algún modo a la historia (si eso significa haber sido interpretada por Bruce Dickinson en alguna de las giras posteriores a la reunión). Pero cuando ya llegan “When Two Worlds Collide” “The Educated Fool” y la innecesariamente larga “Don’t Look To The Eyes Of a Stranger”, la cosa ya pierde todo sentido y aquello se transforma en un despropósito. La sentida “Como Estáis Amigos” se libra por su buena intención, pero musicalmente es olvidable cuanto menos. Como ven, una auténtica receta para el éxito que se tradujo en otra gira donde los recintos pequeños abundaron y que se tuvo que terminar cancelando abruptamente debido a una teórica alergia de Bayley que le obligó a quedarse en casita. Ni que decir tiene que a finales de 1998, IRON MAIDEN ya habían hecho las paces con Bruce Dickinson y que un nuevo disco estaba ya en los planes para el año 2000, así como una gira previa de reconciliación que asolaría con todas las letras Europa y USA en 1999.

Lo que más me fascina de todo esto es como IRON MAIDEN editaron singles de “Virtual XI” en cuyas figuradas “caras B” se incluían las versiones que Blaze hacía de los viejos clásicos de MAIDEN. Recuerdo un single de “Futureal” con “The Evil That Men Do” en la cara  B que era para llorar. Porque, y eso todos lo sabemos, “The Evil That Men Do” era el tema que peor interpretaba Blaze en directo, con diferencia. El porqué Harris incluyó esa versión en directo como cara B es un misterio tan grande como todos los demás que rodean a todos los posibles porqués de éste disco. Pero principalmente, el mayor misterio siempre ha sido el mismo para mí ¿cómo me pudo gustar el disco en su momento? Joder, que tontos somos con catorce años!!

Sergi Ramos

Grupo:Iron Maiden

Discográfica:EMI Music

Puntuación:4

Canciones:

  1. Futureal
  2. The Angel And The Gambler
  3. Lightning Strikes Twice
  4. The Clansman
  5. When Two Worlds Collide
  6. The Educated Fool
  7. Don’t Look To the Eyes Of a Stranger
  8. Como Estais Amigos

Año:1998