At Vance: VII

Casualidades de la vida han hecho que en el pasado, servidor, tuviera la ocasión de compartir algunas impresiones sobre AT VANCE con dos vocalistas de un talento indiscutible. Cada uno a su manera, tanto Oliver Hartmann como Mats Levén, daban muestras del carácter autoritario de Olaf Lenk en el devenir de la banda durante su estancia. Todo bajo su mando, todo bajo su control, y al ser posible, sin opiniones y discusiones de terceros sobre el material a componer para otra entrega de AT VANCE. Y ahora les expongo mi teoría; subjetiva donde las haya. No son pocas las formaciones, y una lista interminable se podría hacer al respecto, en el que si la composición recae por mayoría en uno sólo de sus componentes, la monotonía y la falta de ideas no tardan en hacer acto de presencia. A no ser que dicho cabeza visible posea un talento sin límites, que también los hay, aunque la lista en esta ocasión sería más corta.

Siendo sinceros, o mejor dicho, en mi opinión, AT VANCE pasaron de ser una promesa del power metal neoclásico europeo (con muchos tintes de hard rock en la actualidad), a ocupar un modesto puesto entre la multitud de bandas de segunda división del género. Curiosamente sucedió cuando Hartmann abandonó el barco, aunque también hay que reconocer que Levén, en su papel de mercenario más que solvente, ayudó a salvar la papeleta y a mantener el nombre de AT VANCE vigente. Porque, permítanme de nuevo mi opinión más sincera, tanto “The Evil In You” como “Chained”, hubieran sido dos trabajos insulsos con sólo un par de momentos de lucidez, de no ser Mats Levén el que se ocupaba de los micros. Ahora, con nuevo vocalista al frente en la persona de Rick Altzi, y con otra nueva ronda de cambios en los instrumentistas, queda la duda si algo ha cambiado en AT VANCE. 

Y la verdad, escuchando el corte de apertura “Breaking The Night”, la esperanza desvanece. No es mal vocalista Rick Altzi. Es más, su registro de tonos medios posee mucho feeling, transmite al oyente, y convence al ocupar el tercer puesto de cantante en la banda, pero faltan temas. Falta magia. Falta algo para que AT VANCE vuelvan a levantar cabeza. La rapidez del dicho tema de apertura, con todos los elementos arquetípicos del género, se vuelve a repetir con la misma sensación de vacío en “Golden Leaves”, “Shine” o “Victory”. Mejor parados salen con los medios tiempos, siendo “Cold As Ice”, o la dramática “Shiver”, dos de los mejores momentos de todo el redondo. Pero poco más. Destacar también la fiereza de “Truth”, pero como muchos de los cortes de este “VII”, se quedan a medias tintas. Creo que un grupo como AT VANCE, con casi diez años de existencia y con siete trabajos a sus espaldas, tendrían que esforzarse a otros niveles y no contentarse con ofrecer un trabajo efectivo sin más.

Espero que Olaf Lenk siente cabeza, deje su egocentrismo a un lado y empiece desde cero. Creo que es el único que no se ha dado cuenta que AT VANCE es, por encima de todo, una banda.