En los últimos quince años, la cantidad de bandas que Australia ha exportado en cuanto a sonoridades progresivas es simplemente sorprendente, especialmente si tenemos en cuenta la desconexión geográfica y las dificultades tanto económicas como de promoción a las que los vástagos de la gran ínsula se deben enfrentar. Desde las suaves texturas de sleepmakeswaves hasta la frenética locura de Ne Obliviscaris, pasando por todos los puntos intermedios con bandas tan dispares como Dead Letter Circus, Karnivool, Caligula’s Horse, Voyager, Closure in Moscow o Twelve Foot Ninja, la oferta progresiva de los aussies – si bien ninguno de sus contingentes ha alcanzado todavía niveles de leyenda – goza de amplia aceptación y seguimiento en los círculos especializados a lo largo del globo.

A título personal os diré que una de las formaciones que con más interés he seguido desde hace años es Be’lakor. Este quinteto de Melbourne dio un gran campanazo en los círculos underground allá por 2009 con el lanzamiento de su segundo álbum, «Stone’s Reach», que a día de hoy todavía se mantiene como su mejor trabajo, pero no ha sido hasta este mismo año que han conseguido un lanzamiento a través de una gran discográfica como Napalm Records que les sirva de plataforma para alcanzar la difusión y reconocimiento que se merecen. Después de un «Of Breath and Bone» que, aún siendo un buen disco, supuso una clara decepción después de su sophomore, haciéndose sentir como un ejercicio algo reduccionista de sus similitudes con bandas como Insomnium o Amon Amarth, «Vessels» toma toda esa fragancia y no sólo la lleva a terrenos más progresivos como hacía su predecesor, sino que también la infunde del aroma elegante de conjuntos como Agalloch.

Pese a que el álbum empieza de una extrañísima manera, con esa «Luma» que podríamos pensar que es una intro pero acaba pareciendo una canción cortada por la mitad con un fade out (una lástima porque sonaba prometedora), «Vessels» pronto se nos presenta como una gran travesía en la que Be’lakor rezuman madurez y sentimiento por cada poro. La recuperación del piano como instrumento recurrente, la especial atención a la creación de atmósferas a lo largo de todo el disco, las secciones folk de desolación, la inclusión de cánticos como en la sobresaliente «Withering Strands» o las sorprendentes progresiones como esa «Whelm» que nos lleva de un ritmo up-tempo con violines a un pasaje envolvente con gritos de desesperación blacker, hacen que este disco tome el MDM y el death metal progresivo y lo eleve a un nivel que no está al alcance de los simples y abundantes imitadores de In Flames o Opeth, respectivamente.

Una banda que suena profundamente personal es lo que nos encontramos en este trabajo, habiendo encontrado su lugar entre unos estilos que hace tiempo que se saturaron. Sin embargo, la significativa evolución de Be’lakor hacia una faceta más compleja y etérea, pese a traer una gran cantidad de bondades, no alcanza el triunfo sin antes resentirse en algunos aspectos. El alejamiento de terrenos cliché en pro de composiciones mucho más imaginativas hace que nos encontremos con unas estructuras que, si bien funcionan, en las primeras escuchas tienden a hacerse excesivamente lineales, que al mostrarse sin regresos ni puntos de referencia, resultan en un menor gancho y una inicial sensación de menor memorabilidad que sus trabajos anteriores. Pese a lo dicho, se trata de un enorme ejercicio cuyo resultado es predominantemente (y enormemente) positivo, pero que simplemente debe acabar de depurarse en el futuro.

La sensación de constante evolución y movimiento, de nunca detener el flujo de ideas es, probablemente, una representación musical del concepto del álbum: una historia de cómo la energía vital se transfiere de unas formas a otras, partiendo de un rayo de luz que llega a una planta, de esta a insectos que son consumidos por un mayor animal que a su vez muere en un río, fluyendo el agua en mal estado hasta un hombre que la bebe y al morir es incinerado por el resto de miembros de la tribu, ascendiendo su humo hacia la atmósfera y reiniciando el ciclo. Si bien de entrada puede parecer un trasfondo bastante plano, lo cierto es que Be’lakor consiguen construir una gran historia a su alrededor, cargada de letras poéticas de buen nivel (que no excelentes) y momentos emotivos. Una travesía espiritual que marca el gran estreno de la banda en los grandes mercados de todo el mundo, y que deja claro que la maestría de «Stone’s Reach» no fue una anomalía de genialidad, sino que les queda fuelle y, sobretodo, grandes y nuevas ideas para rato.

Grupo:Be'lakor

Discográfica:Napalm Records

Puntuación:8

Canciones:

  1. Luma
  2. An Ember’s Arc
  3. Withering Strands
  4. Roots to Sever
  5. Whelm
  6. A Thread Dissolves
  7. Grasping Light
  8. The Smoke of Many Fires

Año:2016-06-24

Votación de los lectores:5