La banda alemana de black metal Ultha llega con el tercer largo desde su formación en 2014. "The Inextricable Wandering" es un trabajo tan extenso como denso, de algo más de una hora de duración, que es capaz de saciar tanto a los fans más fieles al género como a los paladares que disfrutan de pasajes y atmósferas ambientales y alejadas del estilo.

Esta banda procedente de Köln no viene a descubrirnos la pólvora que ya prendió Varg Vikernes (nunca mejor dicho) iniciando la desconexión del black metal crudo y agresivo con sus obras más experimentales, pero sin duda nos hará pasar un buen rato, tanto si disfrutamos del metal más extremo como si lo hacemos con ofertas más cercanas a lo que proponen gente como Ash Borer, Wolves in the Throne Room, Drudkh o incluso los recientemente separados Agalloch. Digamos, siendo generalistas, que hay gozo para todos los amantes de la música extrema.

Dos voces, dos puntos de vista

Una de las cosas que caracteriza a Ultha es el juego a dos voces de sus dos frontmans: Chris («C») y Ralph («R»), bajista y guitarrista respectivamente.

Con el primer corte de este LP, «The Avarist (Eyes Of A Tragedy)», ya podemos saborear la continua alternación que comparten ambos vocalistas y la declaración de intenciones de Ultha con su propuesta. Es Ralph quien se encarga de introducirnos al disco en primera instancia con sus guturales más graves respaldado a su vez por unas melodías pesadas y lentas que pueden recordarnos a géneros como el doom o sludge y que van «in crescendo» para romper con un riff rápido y punzante típico del black metal pasados los tres primeros minutos.

Así como en el tema que abre el álbum podemos apreciar los diferentes matices que se fusionan y oscilan continuamente mezclados con los sintetizadores y arreglos electrónicos ambientales más marcados de Andy («A»), en «With Knives To The Throat And Hell In Your Heart» nos vamos al lado más crudo y frío de la banda, esta vez con Chris y su voz más afilada y aguda como introductora de ceremonias. Todo esto acompañado continuamente por una batería rápida, repetitiva e incesante que poca tregua da durante los diez minutos que dura la canción.

Atmósferas «escondidas»

Llegando al meridiano, tenemos como nexo de unión la instrumental «There Is No Love, High Up In The Gallows», que nos sirve para dar un respiro tras dos temas extensos que juntos dan como resultado más de veinte minutos. Aquí no hay instrumentos de cuerda ni percusiones, solamente un órgano/sintetizador y una base ambiental minimalista que hace de pilar para las simples pero eficaces melodías que nos mantienen en levitación durante seis minutos.

Podríamos decir que esto sobraba, pero si concebimos este fragmento dentro de un todo y como una unión de una supuesta primera y segunda parte del LP, la cosa cobra sentido para formar un concepto. De hecho, es un componente que ayuda a definir el disco e incluso fijarnos más en las capas electrónicas que podrían pasarnos desapercibidas en un primer instante. Damos por hecho que la idea de este interludio es cosa de Andy, que además de ser parte del sonido que ofrece personalidad a la formación, también se ha encargado de la grabación y mezcla del disco.

Es habitual en muchos álbumes que descubramos que detrás de las melodías principales hay elementos secundarios que apoyan al resto de instrumentos y ritmos, sin darnos cuenta previamente. Es algo que ocurre aquí también y que puede costar disociar si no ponemos algo de atención.

Sentimentalmente agresivos

A pesar de que el black metal sea digerido por muchas personas como algo agresivo, ruidoso, absurdo, inconexo, oscuro e incluso violento, eso ya forma parte del pasado. Actualmente tenemos a cientos o miles de músicos que han llevado a otro nivel este género. Que existan melodías trillantes, rápidas y repetitivas no son el único foco hacia el que fijarse habiendo también voces con diferentes registros y letras que se desligan de lo más clásico.

Es cierto que Ultha se declaran anticristianos y hacen guiños en su música a esta oposición, pero también se abren en canal escupiendo sus entrañas para llegar a una catarsis que les sirve de liberación para canalizar dolor, tristeza y odio de una manera bastante elegante. En «The Inextricable Wandering» (Ultha) exponen sus emociones y vivencias más que nunca. Ni la rapidez ni los gritos eximen de la carga emocional que nos quieren proyectar.

En palabras del propio grupo, «The Inextricable Wandering» gira en torno al miedo como sustento, y podemos captar que lo hace en términos contrapuestos: como un arma que nos hace evadirnos y nos crea problemas haciéndonos tropezar por momentos, pero también como algo eficaz para vivir estables en el mundo. Ralph (vocalista, guitarrista y letrista) ha descrito esta obra personalmente como: «66 minutos de viaje que se transformaron en un diario sobre el miedo que siento y el caos que atravesé los últimos meses y sus consecuencias, dando por resultado un omnipresente y fuerte sentimiento de decepción».

Digamos que la temática no cae en los clichés más puros, al menos en su totalidad. No estamos en las cuatro paredes del black primitivo que se alimentan de satanismo, muerte, misantropía y una especia de «culto a la sangre». Para Ultha no es necesario cubrirse de sangre, pintura e invocar a Satán para crear un halo de tristeza, culpa, decepción y resignación que acaba resultando en una puesta en escena bastante teatrera. Para ellos es suficiente la realidad que vivimos y los reveses existenciales para acojonarnos y crear una cierta incomodidad.

Variopintas y reconocibles influencias

Además del desligue fácilmente perceptible de esos clichés mencionados, también podemos percibir influencias que se abren hasta llegar a bandas como The Cure, la cual está de alguna forma presente en la cuarta canción, «Cyanide Lips». Tanto es así, que he podido corroborar en base a otras opiniones que este tema tiene un aire muy similar a «The Drowning Man» de los británicos.

Ya adentrándonos casi en el final, nos encontramos con «We Only Speak In Darkness». Esta es quizás la canción que más llama la atención, tanto por las voces cercanas al spoken word como por su lentitud e intensidad que puede recordar al gothic/doom de Type O Negative, Paradise Lost o My Dying Bride. Es el tema más lento y visceral, que tiene una estructura similar a la de un discurso.

El cierre del disco lo pone «I’m Afraid To Follow You There», el tema más largo y elaborado, con casi 19 minutos de duración. De nuevo, y como al principio, nos volvemos a encontrar con una canción que va creciendo y aumentando la intensidad hasta estallar en una amalgama de todos los elementos que Ultha quieren ofrecernos, incluidos los característicos trémolos rápidos de guitarra y blast beats de batería típicos del black.

Así como la canción que abre el disco era ya bastante característica para definir lo que nos venía por delante, esta otra hace de corolario perfecto a todo el conjunto, siendo una especie de síntesis de todo: melodías crecientes y tranquilas que van adquiriendo fuerza hasta fundirse los puntos más extremos y rápidos.

El único despunte apreciable y algo diferente es a partir del minuto 12:35 hasta el 14:25 aprox., donde nos encontramos con arreglos que podrían trasladarnos a esas partes más melódicas de gente como Alcest, Harakiri for the Sky y, sobre todo, Heretoir (me ha pasado por la cabeza la canción «Retreat to Hibernate» al momento, una de las más conocidas del debut de los también alemanes). Si hubiese que escoger una canción me quedaría con esta última casi sin dudarlo, por ese esquema que hace de todo lo anteriormente escuchado.

Entre lo extremo y delicado, pero sin nada nuevo

Ultha – The Inextricable Wandering es música de un nivel notable, pero no parece proponer nada nuevo que nos tenga agarrados a ellos. Como bien decía al principio, es un grupo que no va a descubrirnos la pólvora aun considerando esa delicada vinculación de black metal con ambient y/o post-rock/shoegaze. Nada que no hayan hecho ya un montón de grupos en los últimos diez años, suavizando su sonido con giros melódicos más delicados, logrados y ciertamente atractivos, aunque no tan innovadores.

No podemos negar la calidad y disfrute de esta hora y seis minutos de música, pero tampoco es para dar palmas. Disfrutaréis escuchando todo del tirón una vez, dos, incluso tres o cuatro, pero no haréis sobresalir mucho ninguna canción a excepción de, quizás, la que cierra.

A pesar de todo lo dicho, sería injusto dar una nota baja. ¿Nos va a cambiar la vida? Creo que no. Les pediría un mejor despiece de sus canciones para hacer algo más puntero sin salirse de sus esquemas, aun no siendo su problema la duración de las canciones, pero pienso que ofrecer algún interludio a mayores desconectando algunos fragmentos que parecen algo forzados para hacerlos independientes dentro del todo podría hacer esto más asimilable. Pese a todo, nadie nos va a quitar el buen rato pasado.

Estaría bien poder contrastar un directo de Ultha con su trabajo en estudio, ya que el espectáculo en vivo tiene toda la pinta de ser mucho más disfrutable a la hora de conectar con esas dos voces y con el mensaje de frustración, miedo e incertidumbre que estos cinco alemanes de Colonia quieren compartir con nosotros.

Jaime Tomé

Grupo:Ultha

Discográfica:Century Media

Puntuación:7

Canciones:

  1. The Avarist (Eyes of a Tragedy)
  2. With Knives to the Throat and Hell in Your Heart
  3. There Is No Love, High Up in the Gallows
  4. Cyanide Lips
  5. We Only Speak in Darkness
  6. I'm Afraid to Follow You There

Año:2018-10-05

Votación de los lectores:5