Elvenking: Two Tragedy Poets

Cuando Elvenking irrumpieron el pasado año 2000 con Heathenreel por momentos llegué a pensar que eran más una banda de coña que una banda seria. Había buenos temas pero la conjunción exagerada de estilos dispares a veces quedaba cogida con pinzas más que funcionar de manera orgánica y eficiente. En sus siguientes discos la cosa ha ido mejorando pero las portadas apuntaban claramente que Skyclad eran uno de los espejos con el que más se miraban.

Con la presente edición queda más que patente que la influencia de los ingleses es absoluta, especialmente los últimos tiempos ya sin Martin Walkyer. Es un disco acústico casi en toda su totalidad, con violines, flautas y rozando el folk de taberna elfa. O sea: fiesta sin descanso y ondas positivas. De hecho es lo que siempre me había gustado de Elvenking sólo que esta vez lo han reforzado mucho más dejando la sección eléctrica aparcada.

Casi todos los temas son nuevos, muestra excepcional del excedente de ideas que ronda la mente de estos italianos. Grandes composiciones, desnudas, inspiradas y muy certeras. “Another Awful Hobs Tale” parece salida del acústico de Skyclad. Preciosa pero pastada al material de los de Newcastle. “Winter Wake” es una dulce pero a la vez oscura canción folk muy elaborada. 

El gran trabajo de coros asoma en “From Blood To Stone”, otra buena muestra del potencial del grupo. Te recordarán a los Mägo de Oz más folkies en “Ask a Silly Question” pero de verdad, siguen siendo mucho más Skyclad, y eso es genial.

La guinda la pone la versión de Belinda Carlisle “Heaven is a Place on Earth”, toda una joya, esta vez electrificada y reivindicando uno de esos deliciosos temas pop 80eros con unos teclados protagonistas y una melodía espectacular. Lo mejor del compacto junto con la versión y el tema inicial es “Not My Final Song” (¡si es que hasta los títulos de los temas son 100% Walkyer!), otra vez en terrenos de los de Newcastle…

No hay momentos de bajón y la épica vuelve a aparecer en la deliciosa “Miss Conception”. Qué grandes son esas voces dobladas en los estribillos y qué delicia la labor de las acústicas combinadas con los vientos y el violín. Se despiden con “Little Moon” y con otra dosis de buen hacer. Otro himno folk de bella factura.

Más que una curiosidad creo que la banda se está probando y debería plantearse el hacer discos acústicos como éste. Agradable, divertido, inspirado y con grandes ideas y composiciones. Parece que últimamente la banda había tenido problemas familiares graves, pero vale la pena apostar por este compacto. Si eres fan de los nuevos Skyclad y de la música celta tabernaria este disco es imprescindible. Y si te gusta, por favor, dale una escucha a una banda tan infravalorada como es Skyclad. ¡Es increíble que no sean leyendas!