Si nos refiriésemos en esta crítica a cualquier banda novel o, al menos, mucho
menos histórica, podríamos calificar “Tribe”, incluso, como una propuesta interesante
en su originalidad, plagada de buenas ideas todavía por desarrollar en su totalidad.
Pero, lo cierto es que, para una banda tan alardeada y grande como QUEENSRYCHE,
su nuevo disco no hace otra cosa que confirmar el grave estado de pérdida musical
en que se encuentran Geoff Tate y los suyos. También cabe decir que, después
de escuchar su horripilante disco en solitario, “Tribe” puede llevarse grandes
alabanzas a modo comparativo, pero, aún así, es obvio que los fans que disfrutamos
con su trilogía mágica formada por piezas como “Rage for order”, “Empire” y
“Operation mindcrime”, esperábamos muchísimo más del “regreso” del guitarrista
Chris DeGarmo.

QUEENSRYCHE, siempre ha sido una banda irregular en lo que se refiere a la
edición de sus discos, les ha faltado siempre ese punto de credibilidad necesario
para acceder a la primera división del género (véanse títulos tan mediocres
como “Promised land” o “Hear in the now frontier”) y, parece ser, que este “Tribe”
dejará el mismo sabor de boca al oyente. Aún así, la inicial “Open”, a pesar
de la pesadez de sus riffs, logrará calmadamente entusiasmar con su melódico
estribillo, interpretado con una contrastada galanura por Tate. La pieza en
cuestión, aunque simplemente obtenga ligeros atisbos de genialidad compositiva,
parecerá un soberbio hit ante la escucha del resto del disco ya que la espantosa
“Losing myself” logrará desilusionar al comprador. Dicho corte, muy raro e inesperado
a juzgar por sus anteriores toqueteos progresivos, estaría muy en la onda pop-rock
americana, dominado por una percusión muy discreta y por unos efectos en formato
sampler ampliamente entristecedores. Por lo demás, el disco se complementa con
pistas semiacústicas como “Falling behind” o discretos medios tiempos como “The
great divide”. Algunos de los elementos más crispadores de este “Tribe” serían,
por un lado, ese toque tribal en la percusión tan molesto, y, por otro, la odiosa
afinación de las guitarras cercana al rock alternativo que predomina en la mayoría
de cortes, algunos cercanos al más caótico nu-metal como la detestable “Desert
dance”. Quizás la balada de “Rhythm of hope” sería el título más atrayente de
la segunda parte del disco.

“Tribe” es un álbum que, paulatinamente, va ganando enteros en cuanto se incrementan
sus escuchas, pero, aún así, os invito a escuchar después cualquier tema de
“Empire” para cercioraros de la distancia que separa a los QUEENSRYCHE de aquella
época con los de ahora.

Manu Estrada

Grupo:Queensrÿche

Discográfica:Metal-IS / Sanctuary

Puntuación:5

Canciones:

    1. Open
    2. Losing myself
    3. Desert dance
    4. Falling behind
    5. The great divide
    6. Rhythm of hope
    7. Tribe
    8. Blood
    9. The art of life
    10. Doin´ fine

Año:2003

Votación de los lectores:7.9