Marty Friedman: Tokyo Jukebox

Sinceramente, hacía mucho tiempo que no escuchaba un disco tan especial. Aunque viniendo de Friedman todo es posible. No me juzguen mal. Adoro a este hombre y su particular estilo de tocar la guitarra. ¿Hay que recordar que es partícipe de CACOPHONY junto a Jason Becker, y que estuvo en MEGADETH casi una década? Desde "Rust in Peace" hasta "Risk", y sí, también soy uno de los que lo echa de menos. Con su anterior disco en solitario “Loudspeaker” se me cayeron los mismísimos al suelo como lo hizo “Speed Metal Symphony” en su día, y por ello esperaba con ansias este disco. Pero como decía, Friedman va a su rollo, y contra todo pronóstico ahora nos presenta este “Tokyo Jukebox”, con el que logrará que muchos pongan el grito en el cielo. Me explico. Como muchos sabréis, Friedman se mudó a Japón tiempo ha, y allí es un personaje más que popular. Una especie de embajador del metal occidental en un país oriental. Además de participar en varios programas de televisión, entre ellos "Rock Fujiyama" una vez por semana,.componer música para spots publicitarios, series de dibujos animados (quien haya visto el documental “Global Metal” de Scot McFadyen y Sam Dunn, habrá comprobado la reputación que tiene en Japón el guitarrista), y colaborar para distintos artistas pop japoneses, tiene una página dedicada mensual en la revista “Nikkei Entertainment!” desde hace tres años, y de ahí es donde parte la idea de hacer este trabajo.

En “Tokio Jukebox”, Marty Friedman se dedicada nada más y nada menos que a hacer versiones de artistas j-pop “populares” como Maximun Hormone, Mika Nakashima, Sayuri Ishikawa, Mr. Children, Alan, y Perfume entre otros. Estos temas han sido elegidos por los propios lectores de la revista, pero por supuesto, Friedman lo hace todo instrumental. Aunque en Mayo de 2009 ya estaba este trabajo en las tiendas de Japón, en Europa no ha llegado hasta hace bien poco. No sería sincero si dijese que Friedman hace justicia a los temas originales o que por el contrario, las lleva a su terreno, porque creo que en mi vida he oído a un grupo de pop japonés, y por ende, desconozco como suenan los originales. Pero lo que sí puedo decir es que sólo con las primeras notas sabes que es Friedman el de las seis cuerdas, y si no conociéramos el dato de que este disco es de covers, muchas de las canciones pasarían por composiciones propias. Temas a todo trapo como la inicial “Tsume Tsume Tsume”, en la que hace un alarde del mejor speed metal/thrash metal, o “Amagigoe”, donde no baja el pie del acelerador, nos muestra a un corremástiles con sonido propio. La melodía parece adueñarse de los alardes técnicos, y es lo que queda en el oído. Más trabajadas y a medios tempos son “Story” y “Polyrhythm”. Esta última puede tener una de las melodías más pegadizas del listado, y a la vez muestra a un Friedman más polifacético. En “TSUNAMI” o en “Asu e no Sanka” (arropado por orquesta) muestra su faceta más sentimental y en “Gift”, se apoya en la electrónica haciendo que el tema fuera más propio de una serie de dibujos manga. Y es que, repito, aunque sean versiones, todas las grandes cualidades de este guitarrista queda impresa en cada corte.

Nunca ha parado de experimentar y creo que nunca lo hará. Es una cualidad innata en un artista. Imagino que mucha gente hubiera preferido un disco normal y corriente como su anterior “Loudspeaker”, o como algunos de sus clásicos al estilo de "Dragon»s Kiss". Pero esto es lo que ofrece en esta ocasión, y no hay más. Los habrá que sepan acoger este disco, y otros, esperaran a la siguiente cita.