Tak Matsumoto Group: TMG I

Excepcional, no hay otro adjetivo para calificar lo que el sr. Matsumoto se ha sacado de la manga. Este TMG I no sólo es un discazo de hard rock-metal con todas las de la ley sino que es un inmejorable ejemplo de cómo se deben hacer las cosas: ha compuesto un compendio de canciones a cada cual mejor y ha contado con unas colaboraciones perfectas, sin invitados puntuales, aquí los que tocan están en todos los temas.

Si en Japón parece que ya es toda una eminencia, su fama se verá acrecentada por tierras europeas si continua obsequiándonos con discos de semejante calibre. La formación que lleva a cabo este TMG I está compuesta por Jack Blades (Damn Yankees) al bajo, Cindy Blackman (la reputada baterista de Jenny Kravitz), Brian Tichy (Slash Snakepit) también en las percusiones y la joya de la corona: Eric Martin (Mr. Big) a las voces.

Evidentemente el parecido con los Mr. Big es obvio si bien aquí no hay derroches instrumentales tan rotundos por parte de los músicos si bien poseen un gancho similar en la composición, y decir eso ya es decir mucho. Matsumoto se revela como un auténtico maestro a la par que un buen guitarrista. La sucesión de temas destacables es enorme, desde el single inicial llamado “Oh Japan – Our Time is Now” hasta la final “Never Goodbye”. El material es muy variado pero coherente entre si. La genial balada “Two Of A Kind” está ideada para el lucimiento de Martin, recordándonos su pasado en la superbanda con Gilbert y cía.

La producción ha resaltado ese sonido netamente heavy dotando de mucha personalidad al grupo. En “Red, White and Bullet Blues” recuerdan en ciertos momentos a los mismísimos Guns‘N’Roses más inspirados. La facilidad por los estribillos melódicos es asombrosa, “I Wish You Were Here”, “Signs Of Life” o “Never Goodbye” se te quedarán a las primeras de cambio. El disco goza de cierta energía positiva y de múltiples detalles asiáticos como los cambios y el gong de la deliciosa “The Greatest Show On Earth”.

Cabe destacar también la impecable labor de Blades en los coros, en un disco en que se roza la perfección en casi todos los aspectos. Hay incluso algunas intros en ciertos temas con esa aura oriental como en “Everything Passes Away”.

Sorpresiva candidatura a disco del año (en su estilo). Esperemos que el tal Matsumoto continúe dándole cancha a este proyecto pues no hay nada como tener de vuelta a Eric Martin y más si las canciones son excepcionales. Espero que Frontiers sepan que en Matsumoto tienen una bomba a punto de explotar y vendan este producto como bien merece. En serio, TMG I es una maravilla.