Trick Or Treat: Tin Soldiers

Helloween 100%. Ya en los 90 aparecieron buenas bandas de power metal que consiguieron hacerse un hueco y meter en el mapa a la Península Itálica en lo que a metal se refiere. Pocas han aguantado el paso del tiempo y grupos como Skylark, Shadows of Steel o Domine están algo desaparecidos en combate. Ahora llegan Trick or Treat, banda concebida inicialmente a principios del 2000 como tributo a la banda de las calabazas, y que está repleta de guiños a los dioses alemanes capitaneados por Weikath.

El mismo nombre es la típica frase infantil de cuando los niños vestidos de monstruo llaman a las puertas del vecindario en busca de gominolas el 31 de octubre: “truco o trato”. Para más inri hay la presencia de Michael Kiske, por lo que ya más claro el agua.

Riffs deudores de los “Keepers”, doble bombo, voces agudas y cantarinas, mucha melodía y… lo mejor, buenos temas. La verdad es que no está nada mal pues el combo consigue basarse en esas dos obras cumbre, pero sin llegar a sonar a plagio descarado, y aunque pueda sonar a blasfemia, tienen más frescura que los Helloween actuales y los Gamma Ray juntos. Prueba sino con “Elevator to the Sky”, si la grabaran cualquiera de los dos gigantes del power actual sería un himno definitivo. En la misma onda está “Paper Dragon”, otra andanada power adictiva e hímnica, y sobretodo “Final Destination”, que si cierras los ojos y te dejas llevar podría estar en cualquiera de los “Keepers”. Atención al solo y los tapings de Benedetti y Cabri.

La mayoría de temas mantienen una gran calidad compositiva, pero evidentemente los favoritos de todo el mundo van a ser los que entone Kiske. Esa es “Hello Moon”, otra demostración de poderío y de que sigue estando, después de tanto tiempo, a años luz de cualquier cantante del estilo. Podría estar horas hablando de su voz, pero… dejémoslo en que es igual si el tema es bueno o no, él lo lleva a otra dimensión. La otra gema en la que participa Kiske es el medio tiempo “Tears Against your Smile” en la que vuelve a sentar cátedra. La otra gran colaboración del álbum es la de Michele Luppi de Vision Divine en “Take Your Chance”. 

Alessandro Conti como vocalista le sigue la estela, y la verdad es que cuaja un buen trabajo a lo largo de todo el disco, así como los guitarristas, muy de la escuela Hansen-Weikath. Finalizan con las dos partes de “Tin Soldiers”, manteniendo el relevo de Helloween en lo que a buen humor se refiere, y es que no hay que olvidar que muchos de los éxitos de Helloween eran temas que pretendían ser divertidos sin más.

La producción es correcta aunque la batería suena falsa a más no poder, especialmente toms y caja, absolutamente mecánicos. El apoyo de teclados es mayor del que suelen utilizar Helloween o Gamma Ray, pero sin llegar al nivel habitual y excesivo de las bandas de power itálicas. 

Dudo que a día de hoy puedan considerarse herederos de Helloween y más después de que la discográfica Limb llevase dos décadas buscando a las nuevas calabazas. La moda del power está de capa caída, pero discos como este son un placer para todos los que crecimos con bandas como Heavens Gate, Scanner, Gamma Ray y… obviamente Helloween.