Axxis: Time Machine

Calificar, hoy por hoy, este nuevo disco de AXXIS como malo no debe tener excesivo
sentido encontrándonos en su discografía obras tan atroces como “Matters of
survival” y “Voodoo vibes”, las cuales, sentenciaron su carrera a mitades de
los 90. Ahora bien, si asociamos el nombre del grupo a sus tres primeros discos
(“Kingdom of the night”, “Axxis II” y “The big thrill”), este “Time machine”
tampoco se desentenderá excesivamente con conceptos tales como mediocridad y
reiteración de ideas, intuiciones antagónicas al sentimiento de frescura compositiva
que sí exhibieron los de Bernhard Weiss en su excelente “Back to the kingdom”
del año 2000.

“Time machine” consigue, sin ninguna dificultad, superar con creces su también
olvidable y último “Eyes of the darkness” el cual transmitía una falta de ocurrencia
compositiva maquillada por una dureza rítmica nada acorde con la manera de entender
la música de AXXIS, ¿dónde estaba esa facilidad estribillera, esa comercialidad
intencional, esas letras estúpidas a lo osos amorosos?

Es así como “Time machine”, necesita más de una escucha para encontrarse a
medio camino entre los citados “Back to the kingdom” y “Eyes of the darkness”,
consiguiendo buenas sensaciones auditivas en muchas de sus estrofas y riffs,
pero sin llegar a conmover en demasía.

La presencia en la batería de Kosta Zafirou (PINK CREAM ´69) es, de momento,
la primera consecuencia a la desaparición de uno de los miembros fundadores
del grupo, Richard Michalski, el cual, valga la redundancia, se encuentra desde
hace ya un año en paradero desconocido.

Volviendo al disco en cuestión, “Time machine” da la sensación de que todas
las canciones que lo componen empiezan de la misma manera aunque, el resultado
óptimo que consigue todo lo que pasa por las manos de Dennis Ward (también PINK
CREAM ´69), acicala el producto, el cual suena a la perfección a lo largo de
sus 14 pistas.

Después de una intro sin sentido, “Angel of death” descubre una similitud intencional
al tema que titulaba y abría su anterior disco. La canción en sí, siendo acertada
para iniciar un álbum de heavy metal, se intuye demasiado heavy en algunos aspectos
rítmicos los cuales hacen que la voz de Weiss quede un tanto, demasiado, forzada
evidenciando que el simpático y agradable vocalista se encuentra más cómodo
en tesituras más acordes con el hard rock melódico. Aunque la canción “Time
machine” logre, incluso, pequeños tintes de halago en lo rockero de según que
riffs de Guido Wehmeyer, no es hasta la notable “Wind in the night (Shalom)”
donde el oyente se cerciora plenamente de estar escuchando un disco de AXXIS.
Es aquí donde los alemanes se vuelven a sentir cómodos en un tema, salvando
las distancias, muy en la onda “Heaven in black” o “Little look back” en donde
lo pacifista de su letra y lo enganchoso de sus riffs, estrofas y estribillo
cumplen con las expectativas creadas de cualquier buen fan de la banda. Siguiendo
con un evidente ingrediente muy melódico en sus composiciones, el grupo del
buen rollo por excelencia vuelve a ahogarse tímidamente en posturas simplistas
y heavy metal en cortes como las siguientes “Lost in the darkness” y “The demons
are calling” para llegar a lo soporífero de la simplona y predecible balada
de turno, “Wings of freedom”.

Tampoco es mi intención desprestigiar unas canciones que, de buen seguro, muchos
quisieran suyas, pero se denota una falta de profundización en estas nuevas
composiciones, es algo así como si AXXIS se encontrara en todas sus pistas a
las puertas del gran estribillo que no logran conseguir, quizás el éxito resucitador
de “Back to the kingdom” obliga a que el compromiso contractual se cumpla a
rajatabla, algo, también hoy en día, entendible.

“Dance in the starlight” vuelve a conseguir buenas vibraciones históricas derrochando
un agradable y presunto simplismo musical, el cual, una vez más, se muestra
agradablemente resultadista, aunque, los jugueteos progresivos a lo BALANCE
OF POWER en cortes como “Battle of power” dan a entender que AXXIS, a veces,
intentan meter la cabeza en campos donde nadie les ha llamado.

Obviamente, este gran grupo nunca debe caer en errores instrumentistas, AXXIS
debe transmitir esperanza social, alegría sónica y desinhibición acústica lo
cual, tampoco es tan fácil.