Shinedown: The Sound Of Madness

Mucho le deben Shinedown a la balada “45”, pero a partir de entonces han contado sus dos álbums como platino y oro. Este siguiente paso no baja el listón y demuestra que los de Florida siguen teniendo el ángel de cara y que son capaces de facturar maravillosos cortes. Practican un hard rock muy actual que aúna lo mejor del género aunque muy preparado para gustar al público americano e inglés. Sí que hay algo de Skid Row o Guns N Roses, pero muy suavizado y tamizado por bandas más 90eras como Pearl Jam o muy al gusto de lo que se lleva actualmente como Staind.

Saben a lo que juegan y esta vez las baladas suman casi la mitad del disco. Y ahí está, siguiendo la estela de “45” la balada-medio tiempo “Second Chance” que les hará sonar de nuevo por las FM de todo el mundo. Perfecto corte orquestado con un estribillo que acierta y con la gran voz de Brad Stewart destacando por encima de todo. Repiten la misma fórmula en “The Crow and the Butterfly” con un gran solo de guitarra y demostrando que si han vendido más de dos millones de discos es por algo.

La verdad es que el disco es una colección de singles en potencia. “Devour” es la que han elegido como primer single y se ha encaramado a lo más alto de los charts. No es para menos, sí que es hard rock, pero muy actual y apto para todos los públicos. La tarea de Rob Cavallo en la producción es sublime, y el grupo consigue sonar como debe.

Atención a “If You Only Knew” con otro tarareable estribillo capaz de colarse en todos los institutos americanos. En “Sound of Madness” aprietan el acelerador y vuelven a sonar potentes a la par que accesibles, de verdad que no hay ni un tema de relleno. Muestran una cara más a lo Soundgarden de Badmotorfinger en “Sin With A Grin” aunque lo rematan con otro estribillo de esos que se atrincheran en tu mente.

Pero cuando quieren sonar potentes les sale un ramalazo 80ero como en “Cyanide Sweet Tooth Suicide” que te atrapa y te convence. Puede que no aporten nada nuevo pero pocas bandas son capaces de componer un single tras otro sumando baladas, medios tiempos y cortes rápidos y quedarse tan anchos. Y por si fuera poco “Breaking Inside” es una balada hímnica que servidor no puede entender como no es single evidente. Buenas vibraciones, coros infalibles y un estribillo antológico.

Apuntaros el nombre de Shinedown pues a pesar de que aquí poco o nada les conocemos ya se han hecho un hueco entre los más grandes. Con una simple escucha podemos entenderlo sin problemas, aunque para el gusto europeo quizá nos sobre algo de azúcar con el que tan bien juegan. Pero al César lo que es del César, The Sound of Madness es un discazo pensado y facturado para triunfar, y así lo hará. ¡Escuchar un single tras otro resulta a veces casi insultante!