En 1991, una nueva promesa de la guitarra de nombre Eric Gales, junto a su hermano Eugene al bajo/voz y un batería llamado Hubert “H-Bomb” Crawford, grababan su disco debut para el sello Elektra, obra que nada más escucharla uno atribuiría a algún maestro indiscutible de la guitarra, si no fuera porque este maestro tenía por entonces la edad de 15 años… Dos primaveras más tarde y bajo el mismo sello aparecería el espléndido “Picture of a thousand faces” (1993), el más “heavy” de sus trabajos hasta la fecha, en el que despunta una percepción preciosista del rock, así como impecables cortes acústicos, una versión flamígera de “I want you (she’s so heavy)” de los Beatles, una exuberante producción de sonido que es un auténtico sueño para cualquier sonidista que se precie, pero sobre todo el caudal desbordado del talento emergente que por entonces era Eric Gales. Para su tercer disco, “That’s what I am” (MCA, 2001), el pulpo negro se desharía de sus antiguos compinches para lanzarse a interpretar él mismo las partes vocales de sus composiciones, en el que sería el más ecléctico de sus discos. En 2006 vendría el fichaje con Provogue y su disco “Crystal vision” (con fenomenal versión de “Hush” de Deep Purple incluida), hecho que Gales correspondería a mi entender con un sutil reenfoque en la búsqueda de un sonido más depurado, y que con “The psychedelic underground” alcanza su definición más precisa.

 

El disco está producido por el omnipresente mecenas Mike Varney, y, para mayor asombro, resulta que Varney es también el coautor de las canciones del disco a excepción de dos, si bien esto no ha supuesto cambio perceptible alguno en la dinámica siempre fresca y eléctrica de la música de Gales. La particular y sofisticada concepción del acid-rock-blues de mr. Gales permanece intacta en una obra que, como es habitual en él, chorrea integridad musical y virtuosismo desatado. Encontramos en este disco a un autor en progresivo ascenso hacia su madurez como guitarrista, fondeando en paisajes más sosegados y bluseros que en sus inicios, pero no obstante irreprochable en todos los aspectos. Los cortes de este disco mantienen un altísimo nivel en todos los riffs sin excepción, y los eufóricos solos de Gales vuelven a vapulearnos sin tregua. La patente agilidad de sus acompañantes para la ocasión se traduce en un auténtico jolgorio de ritmos energéticos, aderezado con el ya característico rasgueteo funky que impregna el estilo de la Gales Band.

 

Gales persevera en su estilo de voz sereno y sin estridencias, con ese toque a héroe del gueto cascado, y que da la sensación de ir siempre un poco falto de aire (cosa que no sucedía con su hermano Eugene… ¿para cuándo una reunión de familia?…). Pero no seré yo quien reproche a este músico una sola de sus aptitudes a la voz y mucho menos a la guitarra; Eric Gales es uno de esos casos de honestidad musical como se encuentran pocos, con unas convicciones musicales muy claras sobre cómo debe ser y sonar el rock. Una de las cosas buenas de este tipo de artistas, creo, es que al carecer de discursos de cualquier tipo que no sean los estrictamente musicales, uno puede centrarse en escuchar la música y disfrutarla sin implicarse demasiado, es decir, que siempre podrás escuchar un disco de Eric Gales y continuar luego con tus actividades sin que tu ánimo se haya visto perjudicado ni alterado; siempre y cuando, eso sí, que no seas guitarrista… porque en tal caso a buen seguro te llevarás un buen chaparrón de diablura y digitación sobrehumana, combinado con los imprescindibles toques de buen gusto y sentimiento de los que Gales anda sobrado. Como nota técnica, Gales es uno de esos rara habis que, por algún motivo que no atino a comprender, tocan la guitarra con las cuerdas al revés, o sea, con la cuerda fina arriba… Extraño, pero cierto.

 

Quiero pensar que tales características no deberían sorprender en alguien que (aun siendo zurdo y tocando al revés) viene dándole a la púa desde los 4 años, que a los 11 ganase un premio de guitarra para adultos, cuyo abuelo había tocado con Muddy Waters y Howlin’ Wolf, y que a los 15 grabase un disco como es el de su debut, impresionante a todas luces. En fin, esperamos que este súper talento de Memphis, Tennessee, siga apabullándonos cada poco con unas obras que son verdaderos monumentos a la guitarra eléctrica, y cuyos fraseos y estiramientos de seguro harán revolverse de júbilo al mismísimo Hendrix.

 

Federico Fernández “Mad Wilson” Giordano

Grupo:Eric Gales

Discográfica:Blues Bureau

Puntuación:8

Canciones:

  1. wake up call
  2. rumble
  3. day of reckoning
  4. I have got something on you
  5. pretty lie
  6. psychedelic underground
  7. circling the drain
  8. honey in the comb
  9. someday
  10. crossing the line
  11. someone else problem

Año:2007