Korn: The Path of Totality

Comentarios dispares y división de opiniones se ha ganado este nuevo experimento que ha grabado KORN. El grupo ha terminado de ahuyentar a los seguidores de sus inicios, a la par que parecen haber abierto brecha entre otro tipo de público; por un lado  se alaba ese paso más allá que han dado respecto a su música, y por otro no se entiende. La verdad es que entiendo a ambos bandos, y me posiciono en una opinión intermedia.

Este ‘The Path Of Totality’ nace como una colaboración (parecía que aislada, o en todo caso enfocada a un EP) con Skrillex, una de las cabezas visibles (sino el que más) de un estilo que se ha puesto de moda en los últimos años, el dubstep. Yo no digo nada, pero ya se sabe que algo que sube como la espuma y se pone de moda, más hoy en día, corre el riesgo de resultar efímero… En cualquier caso, ‘Get Up’, la canción que lanzaron antes del verano, tuvo una respuesta positiva y tuvo bastante aceptación. En ese momento fue cuando se les pasó por la cabeza llevar a cabo algo más que una simple colaboración, acudiendo a distintos nombres (que harían a la vez la labor de producción)… y donde mucha gente ve el error.

Por mi parte, pienso que esta aventura hubiera quedado mucho mejor en ese EP que menciono más arriba, en unas canciones puntuales con distintos artistas de ese género; y esa es la sensación que da este disco, que le sobra minutaje, o canciones. El comienzo está bastante bien, con una pegadiza ‘Chaos Lives In Everything’, también con Skrillex. Las bases bajo su música encajan a la perfección, y es la parte melódica y más profunda de Davis la que acompaña casi todo el tema, dejando algo más crudo para el final. ‘Narcissistic Cannibal’ repite colaboración, además de sumarse Kill The Noise, resultando otra de las destacadas; quizá demasiado melódica para un grupo como KORN. Otras resultan ambientales, como ‘My Wall’ (junto a Excision y Downlink), a pesar de su ritmo más pesado; ambos repiten en ‘Illuminati’, una de las más cargadas de efectos de todo el disco. Es en canciones como esa cuando uno se pregunta si el grupo ha aparcado por completo su personalidad para abrazar otro estilo.

Pero no, no es así… o eso parece. Porque por cortes como ‘Sanctuary’, ‘Bleeding Out ‘o ‘Way Too Far’ se puede llegar a pensar. En cambio, algunas de las canciones de la edición especial, como ‘Tension’ y ‘Fuels The Comedy’ sí llegan a resultar más familiares a su estilo. Alguna base puede que encaje bastante bien con su música, pero ¿hasta qué punto? Si hace no mucho nos vendían ‘Remember Who You Are’ como una vuelta a las raíces  recordando quienes eran(el III y el volver a Ross Robinson como productor avalaban, en teoría, ese lanzamiento), esta vez dicen en algunas declaraciones estar hartos de la nostalgia de aquellos primeros años. Una contradicción que no se llega a entender del todo, y más si uno escucha con detenimiento su discografía: a mí me da la sensación de que está desordenada. Con ‘Issues’ (seguramente mi disco favorito del grupo) parecían adentrarse en ambientes algo más oscuros, para terminar de hacerlo en ‘Untouchables’ (y de manera más densa y lenta). Después ‘Take a Look in the Mirror’ presentaba de nuevo un grupo más agresivo, para volverse experimentales en ‘See You in the Other Side’ y ‘Untitled’, para después volver a las raíces, como pongo anteriormente. ¿En qué quedamos? Demasiados bandazos en los últimos diez años.

Está claro que la libertad de un grupo la marca el hacer lo que quiera en el momento que quiera, y eso es lo que han hecho. Algunos artistas para cosas como esta prefieren montarse sus proyectos paralelos, pero KORN ha seguido con su nombre. Acertado o no lo dirá el tiempo; tampoco creo que tengamos que esperar mucho, a lo sumo un par de años para ver si siguen por este camino o vuelven a dar marcha atrás en su carrera y sonido. Lo que no extraña es la división entre amantes y detractores de este álbum; es lo que tiene el riesgo y el haber ido cambiando tanto.