Unoma: The Beginning Of The End

Incluso el mayor de los dolores puede convertirse en algo digno de admirar. Y así sucede con Unoma; canalizando el pesar por la muerte de su padre, Fidel Vázquez, guitarra, compositor y cerebro de la banda, ha sido capaz de crear una obra bella y melancólica desde que perdiera a su progenitor hace cerca de tres años.

Formados en el 2001, y teniendo como anterior referencia un EP llamado ‘Croma’, este principio del fin supone un comienzo para la banda.  Unoma renace con una formación nueva y con otras inquietudes musicales; igual de progresivas que en sus inicios, pero de manera más oscura y melancólica. Al citado Fidel se le une en la segunda guitarra Juanjo Verdú, Ricard Vives en el bajo, Vasco Trilla en la batería, completando el grupo Aurora Ferrer, que con su voz es capaz de transmitirnos un sinfín de sentimientos. 

A pesar de que se catalogan a sí mismos como difíciles de etiquetar, es evidente que lo primero que se le pasa por la cabeza a uno al escuchar este disco es a Tool, otros difíciles de clasificar. Amantes por igual del rock progresivo de los 70, como de algunos más modernos como los citados más arriba, o Porcupine Tree, lo que queda claro es que intentan desmarcarse de comparaciones, que son siempre odiosas… pero inevitables; sin ir más lejos, la producción ha corrido a cargo de Sylvia Massy (junto a Kale Homes), pieza clave en los primeros discos de la banda de Maynard.

‘Out Of Control’, pieza que inicia el disco, se muestra oscura, densa, inquietante por momentos, con varios cambios de ritmo, una constante a lo largo de todo el álbum.‘When Laughter Becomes My Hearse’ es más contundente y directa, al igual que ‘An Expensive Illusion’, donde Aurora hace dúo con Chey Hill, colaborador de Sylvia ; y no es la única voz masculina en el disco, ya que Ebú, conocido de Fidel, cede la suya en la breve ‘Corrupt Song’. 

Los cortes se van sucediendo, dejando algunos momentos más personales, escúchese ‘Leave-Taking’, con la curiosidad de tener un tema en castellano, ‘Dragón Sin Piel’ (nunca fui partidario de mezclar idiomas) pero sin duda el plato fuerte es ‘The Incredible Lightness Of Gravestones’, con cerca de quince minutos de duración, dividida en tres capítulos, los dos primeros acústicos e intimistas, para coronar los últimos diez minutos con la tercera parte abarcando multitud de estilos, y sobre todo, definiendo perfectamente lo que es capaz de hacer Unoma.