Him: Tears on Tape

Se podría calificar de alarmante la falta de ideas de HIM a estas alturas con la edición de su octavo disco de estudio. Ha llovido mucho desde que pegaron el pelotazo con ‘Razorblade Romance’ con toda la corriente de love metal y sus fieles legiones de seguidores, pero es que han llegado a un punto en el que parece que sacan canciones por obligación.

No nos engañemos, HIM no engañan a nadie y uno sabe más o menos lo que va a escuchar en uno de sus discos, ya sea profundizando en su vertiente más metal (si es que la tienen), oscura o pop. Aquí tenemos un poco todas ellas, pero venidas a menos. Han intentado ir muy directos, con canciones en torno a los tres minutos, sin complicaciones… y eso ha dejado un álbum que supera por poco la media hora de duración, dejando de lado los cuatro interludios-intro-outro, más que prescindibles en su totalidad. ‘All Lips Go Blue’ es recurrente en las melodías típicas que suele tener la banda, y solo los guitarrazos en su segunda mitad consiguen sacarnos de algo que hemos escuchado (y han machacado) una y otra vez. Su versión light (que no dark) la van mostrando en ‘Love Without Tears’, ‘Tears On Tape’ y en buena parte de ‘Hearts At War’, a pesar de ser más rápida que las dos anteriores. Se suceden, sin más. Más llamativas son las rockeras ‘Into The Night’ (con un punto fiestero en su inicio) y ‘No Love’. Pero por encima de las demás, destacan la parte instrumental de ‘I Will Be The End Of You’, la extensa ‘Drawn & Quartered’ (sí, no sale de los patrones típicos de la banda, pero esta vez mejor hechos), y una pesadísima ‘W.L.S.T.D.’, donde acoplan sus influencias más oscuras y densas para crear una especie de réquiem que deja mejor gusto del que dejaban con todo lo anterior. Ni el material en directo de las ediciones especiales consigue levantar el producto final.

Una pena que no tenga mucho más que comentar. Si a todo lo escrito añadimos que en los últimos años no es que tengan un muy buen directo, rozando la apatía muchas veces, no sabemos muy bien el futuro que les espera. Algunos grupos se toman un descanso indefinido, otros lo dejan definitivamente (se me viene a la cabeza unos compatriotas suyos, CHARON, que mostraron más inspiración que el grupo que nos ocupa)… y no sería descabellado pensar en algo parecido con ellos. Al menos, replantearse qué hacer a corto plazo.