Dark Moor: Tarot

La historia de DARK MOOR es bastante atípica, según se mire. Una banda que creció gracias al boom del power metal europeo de principios de siglo y que perdió a tres de sus miembros cuando mejor les iban las cosas. Una banda que ha sabido remontar y recuperar la forma pese a que el entorno actual es más propicio para cualquier otra tendencia que para el power metal.  Una banda que, en definitiva, ha sabido anteponerse a las dificultades. Y como bonus añadido, la ruptura con su antigua formación nos regaló a otra banda de gran calibre como son DREAMAKER. Hasta separándose lo hicieron bien, o al menos, de cara a los fans la situación fue benevolente.

Pero los problemas de la banda madrileña no se quedaban en súbitas separaciones, ni en el exterminio mediático del género que les ayudó a escalar peldaños. Por si fuera poco, su sello de toda la vida, Arise Records, dejó de operar como tal hace más de un año, tras la edición de “Beyond The Sea” por parte de Dark Moor. La banda perdió a su batería Andy C., quien pasó a ser miembro de SARATOGA también hace ahora un año aproximadamente. Pero como siempre, se levantaron de sus cenizas y siguieron adelante hasta que la suerte les ha vuelto a sonreir. Han firmado por el sello italiano Scarlet Records y han editado un disco que, sin duda, es de lo mejor que han editado jamás. “Tarot” es original, ameno y muy creativo.

Con el concepto central siendo el tarot y los respectivos personajes de sus cartas, está claro que hay suficientes fuentes de inspiración como para dar a luz un disco considerablemente bueno. DARK MOOR no han decepcionado y han conseguido un disco que tiene lo mejor del power metal, a través de canciones repletas de pasajes inspirados y un buen surtido de clichés propios del género que, como pocas veces, están bien ubicados.

En “Tarot”, DARK MOOR destapan el frasco de su propia esencia y ofrecen temas que van desde lo pegadizo en “The Chariot” o “The Star” hasta lo puramente sinfónico en “The Emperor” o lo más heavy que te puedas echar a la cara en “Death”. Evidentemente, la imaginería propia de las cartas del tarot te ayudará a hacerte una idea de por qué derroteros va cada tema.

Pero la joya de la corona es el último, titulado “The Moon”. Último si excluímos el bonus track “The Fool”, claro. “The Moon” es un largo y laborioso tema de once minutos en el que el vocalista Alfred se vacía a gusto, mostrando su rango vocal desde todas las perspectivas posibles. Pero donde la banda gana es con sus adaptaciones de fragmentos clásicos. Ciertamente, es uno de los momentos estrella de un disco que, junto con las obras de la época de Elisa C. Martín pasará a la historia como lo mejor de la banda.

Toda una sorpresa.