Hdk: System Overload

Como bien se profetizara en esa obra maestra del cine infantil que es y será “El Rey León”: la vida es un ciclo sin fin que lo envuelve todo. Ese ciclo inició un proyecto llamado HDK cuando otro – AFTER FOREVER – agonizaba, pocos meses antes de anunciarse su muerte, de publicarse la crónica de esa muerte anunciada. ¿Qué fue antes el huevo o a gallina? O en este caso: ¿Qué ocurrió antes el desencanto de Sander con la situación de AFTER FOREVER o su desvivir por HDK, lo que para él significa el futuro? Lo cierto es que HDK, para los despistados banda de nueva creación liderada por Sander Gomman (AFTER FOREVER), comenzaron a fraguarse en 2005, aunque el mundo no tuvo conocimiento de su existencia hasta finales de 2007 / principios de 2008, momento en el que Sander decide dar bombo al proyecto y, para liberarse del estrés y demostrar que iba en serio (tras varias escuchas uno cae en la cuenta de que sin HDK Sader probabemente hubiera acabado con sus huesos estampados en a acera tras haberse precipitado por un 11º), paralizar al mismo tiempo de forma provisional su aportación tanto en estudio como en directo con su banda principal, AFTER FOREVER. Tras meses de retrasos y duro trabajo en el estudio, después de anunciar que pone fin a la vida musical de AFTER FOREVER, presenta por fin el fruto de su trabajo durante tantísimo tiempo. “System Overload” es el sugerente título de la ambiciosa y arriesgada apuesta del valiente Sander Gomman.

Este es uno de esos títulos de disco que además de resumir bastante bien el contenido musical, pues tiene un buen puñado deconnotaciones aparte. El sistema de Sander Gomman debió estar bastante sobrecargado a finales de 2007 cuando tomó la decisión de paralizar AFTER FOREVER y centrarse en HDK. Fruto de su saturación y de quizá reprimir una serie de ideas musicales a lo largo de su carrera con AF, HDK se le presentaba como a oportunidad perfecta de liberar todo lo que había estado almacenando durante todo ese tiempo. Así, “System Overload” se convierte en todo un contenedor de ideas y sentimientos dispares sorprendentemente bien enlazados, aunque en ningún momento la música deja de evocarnos esa sobrecarga a la que el títuo alude.

Despejen la mente, olvídense de cualquier canción o disco de AFTER FOREVER y prepárense para asistir a una auténtica amalgama sónica que si de algo carece es precisamente de cualquier remoto parecido con la susodicha banda. HDK (siglas de Hate Death Kill) es progresivo, death, melódico, frenético, thrash, alternativo… Encontraremos voces limpias, guturales, solos, fragmentos incluso de fraseos casi rapeados y colaboraciones, una larga lista de colaboraciones que vendrán a adornar el cartel de un CD pienso ya de por sí bastante apetecibe. Encontraremos a ilustres como Amanda Somerville, André Matos, Arjen Lucassen, Joost Van Den Broek, Jos Severens etc, que aportan más o menos a los 11 temas de los que se compone “System Overload”.

En el CD todo gira en torno a la idea de estrés, frenesí y alto ritmo de vida. Canciones como “March”, cuya música nos evoca el día a día de una persona como Sander, sometido a una alta presión y desgaste, son la clave de “System Overload”. Esto se consigue por medio de guitarras emitiendo rápidas ráfagas de riffs, por ejemplo como en la propia “System Overload”, también por medio de arreglos post-producción, excesivos a veces, y ante todo una gran variedad en cuanto a registros, la cual no cesa un solo instante y nos lleva por ejemplo de los fraseos alternativos de “Fight of Flight” a los toques industriales de temas como “Let Go”.

Importante es decir que harán falta algunas escuchas para digerir bien el disco, ya que, como ellos mismos expresan, la variedad musical es tanta y tan amplia, que la primera impresión es chocante y desconcertante, motivo por el cual muchos se quedarán quizá confusos y necesitarán alguna audición más para captar la dimensión que Sander en comandita con Peter Vink al bajo y Ariën Van Weesenbeek a la batería han dado al CD. Aún así la sensación que probablemente se pretendiera transmitir se logra bastante bien, y uno termina realmente saturado de tanta virguería de guitarra, ritmo frenético, pasaje suave melódico, arreglo por aquí, retoque por allá, efecto de guitarra… ¡Realmente llega a estresarte! Y lo peor de todo es que más que probablemente esa haya sido la idea de Sander a la hora de componer…

Un disco heterogéneo, variado, inclasificable, estresante… pero logrado a base de técnicas ejecutadas de una forma inteligentísima, no carentes de un gran nivel a todos los instrumentos. Industrial, death thrash… no pongan etiquetas. Si queréis vivir una experiencia realmente envolvente que no dejará ni una sola de vuestras neuronas para la concentración en nada que no sea la propia música, probar “System Overload”. Si después de los 47:38 minutos que dura el CD no termináis con una saturación tal que os duela a cabeza, que os devuelvan vuestro dinero. De esos discos que deberían venir con gelocatiles en la caja. Un sonido genialmente logrado no apto para todos los públicos.