Sonata Arctica: Stones Grow Her Name

La banda finesa que asombró al mundo con “Ecliptica” ha ido variando el sonido y creciendo como músicos. Hay opiniones para todos los gustos, pero para muchos nunca han llegado a estar tan inspirados como en sus brillantes inicios. La mayoría de sus discos poseen algunos grandes temas, pero posiblemente queden lejos de ese exquisito debut. A día de hoy los ritmos power ya no asoman con tanta fuerza. Hay un estilo muy personal, un acercamiento al hard rock, pero eso sí, mantienen esas señas de identidad: la voz de Tony Kakko y ese teclado omnipresente. La melodía sigue siendo también el buque insignia del combo finés.

“Stones Grow Her Name” puede decepcionar en primera instancia. Se necesita ir entrando en el disco, pues posiblemente estamos ante la obra más ecléctica y variada de este grupo. “Only the Broken Hearts” suena a Sonata Arctica 100%, pero ya en “Shitload O Money” vemos riffs más duro, velocidades de medio tiempo e influencias dispares. Eso no quita que el grupo ntenga la calidad a la que nos suele tener acostumbrados. “Losing My Insanity” es un single claro. Cuenta con esos coros y melodías poderosas, con mucho gancho y un estribillo de esos que se te quedan en el cerebelo. No hay grandes velocidades ni solos a la velocidad de la luz, cierto, pero el tema camina y queda.

“Somewhere Closet o You” transita por lo teatral. Es de lo más “diferente” que ha hecho el grupo. Suena muy poco a Sonata, con esas afinaciones bajas en las guitarras y ese riff tan marcado y oscuro. Vuelven a su senda en “I Have a Right”, con momentos de semi-balada. “Alone in Heaven” posee ese feeling tan característico del grupo y ese juego excelente con las melodías que sólo saben hacer ellos. El buen humor y la originalidad asoman con fuerza en la experimental “Cinderblox”, de raíces country y banjo incluido. Hay pasaje a doble bombo y la sorpresa es más que grata. Si este tema funciona en directo estamos ante un nuevo clásico. Siguen esa senda en la primera parte de “Wildfire”. Dos cortes muy extensos con los que terminan el disco y que son lo más complejo y trabajado del CD. Atención a la última con un apabullante riff metálico y muchos cambios de estructura.

Sonata Arctica se mantienen en ese cambio de rumbo apuntado hace ya tres discos. El power y la velocidad ha quedado aparcada, y esta vez casi olvidada. Se mantienen unos cuantos singles de éxito, hay un gran trabajo pero se sigue notando la falta de frescura de sus inicios. Han explorado muchos medios tiempos y baladas, pero debemos esperar algo más de este grupo. Posiblemente sus fans actuales vean colmadas sus expectativas, pero este mismo disco sustituyendo un par de medios tiempos por esos duelos de teclado y guitarra a la velocidad de la luz quizá engancharan a los que perdieron la fe en ellos. Eso sí, las melodías y los estribillos son preciosos. Esta claro que si las cosas no les funcionan volverán al sonido de “Ecliptica” en un par de discos.