Double Diamond: Stand Up And Fight

No se engaña a nadie si se afirma que Bélgica no es uno de los países punteros en el ámbito del heavy metal. Hoy día solo Crusader, continuadores de la tradición centro europea de Power metal, ha logrado cimentarse un cierto prestigio que permita a esta nacionalidad salir de los circuitos autóctonos. Por desgracia, pocas formaciones han optado por el continuismo respecto a los grandes nombres del género que representaron en Bélgica durante la década de los 80. Ostrogoth o Crossfire fueron el estandarte del metal belga hace dos décadas, pero fueron bandas que nunca lograron sobresalir en un momento en el que los mercados anglosajones y en menor medida el alemán copaban la atención de los medios de comunicación.

Double Diamond es un heredero directo de estos pioneros belgas, tanto cronológica como musicalmente.  Aunque su nombre sea una incógnita incluso entre los aficionados más versados del género, la formación belga lleva en activo desde 1990, año en el que publicaron “Reflections”, su primera demo. A este debut no oficial le sucedió otra demo, “Behind your eyes” en 1992, manteniéndose inamovible su estatus de banda amateur durante un lustro más, ejemplo de la nula relevancia del Heavy Metal en la escena musical belga. No llegaría su debut oficial hasta 1996, año en el que publicaron “Live In Tornhout”, que les brindó desiguales críticas, pero logró hacerles subir varios escalafones en la industria musical. Este afianzamiento de su posición  comenzó a dar sus frutos cuando al año siguiente su primer LP, “In Danger”, logró convertirlos en una banda que había dado el salto completo al profesionalismo. Desde entonces su trayectoria ha sido errática, con un periodo de silencio de 7 años, hasta que hace dos por fin brindaron a sus fans la continuación de su primer trabajo, el aquí presente “Stand Up And Fight”

En el sonido de Double Diamond logran combinarse el gusto por la tradición clásica del heavy metal, deudora de los primeros años 80, con la influencia de las bandas más modernas en lo que se refiere a las tareas de producción. Combinar  ambas influencias sin caer en el mero plagio logra imprimirle al disco sonido propio, incluso tratándose de un LP en el que las numerosas influencias absorbidas por el grupo son patentes. Resulta sorprendente como la mayoria de temas evoquen a los mejores representantes de la New Wave Of British Heavy Metal con una producción pulcra que recuerda, por su sonido limpio, a la mayoría de bandas centroeuropeas de Power Metal. Tampoco deben lvidarse cierts aspectos claramente influenciados por las bandas más clásicas del heavy metal americano de hace dos década, con ecos obvios de la agresividad de Jag Panzar.

Probablemente la banda de la Double Diamond haya tomado más elementos prestados sea Iron Maiden, influencia palpable en los galopes de sus guitarristas y la labro de su vocalista, Filip Lemmens. El ex – Twighlit logra que sea imposible no evocar a Bruce Dicinson en la doncella, merced a una combinación de graves y agudos, acentuada gracias a poseer un timbre de voz prácticamente idéntico al del vocalista británico. El resto de miembros logra cumplir de forma satisfactoria su contenido, aunque se echa de menos más virtuosismo en los omnipresentes solos, en los que brilla por su ausencia más imaginación para que no resulten tan clónicos respecto a otras formaciones de parecido sonido.  Analizando los 11 temas de los quE se compone el disco, la definición más precisa del conjunto seria como homogéneo. Rápidos solos, ritmo acelerados, rifFs pesados y afilados…los patrones del heavy metal clásico están presentes en todas las pistas del LP, sin apenas concesiones al medio tiempo, si exceptuamos “The Seventh Seal”, en el que la banda opta por rebajar ligeramente la velocidad imperante. La riqueza de las melodías es notable, estando más acentuadas en los temas de mayor duración que en los más breves, en los que la base rítmica se impone con contundencia. Pasando por alto estas limitaciones, “Dreams” y “Fly On The Sky” son los temas con más potencial de single, aunque la escasa diferencia entre un tema y otro hace casi imposible destacar uno sobre otro Decisión arriesgada haber optado por esta concatenación de canciones casi clónicas, pues si bien la mayoría hacen gala de una calidad compositiva e instrumental notable, es necesario escuchar cada una de las pistas por separado para apreciar los matices que las diferencian.  Si bien la calidad de los corte es notable y el conjunto está marcado por una positiva regularidad, Double Diamond tendrá que enriquecer su sonido y aportar más variedad si quiere labrarse una carrera profesional consistente, en la que dejen de ser un grupo más del infinito mercado europeo y por lo menos logren erigirse como estandarte de género frente a la escasa competencia en su país.