Es un hecho: este cuarteto suizo no ha hecho más que perseverar a base de bien sobre la línea tomada en su aclamado “Passage” (1996). Tanto es así, que este “Solar soul” podría ser una continuación perfectamente legítima de su anterior trabajo, “Reign of light” (2004). Dicha perseverancia de sonido y estilo en una banda musical puede considerarse mejor o peor, pero para mí denota una de las cualidades que más aprecio en ellos, y es su manera de mantenerse fieles al tono o discurso, sin despegarse un ápice de la “historia” que tienen en mente y que se empeñan en transmitirnos con verdadera insistencia –aunque en ocasiones esa insistencia pueda llegar a ser un poco redundante–. La aparente mutabilidad de Samael los coloca en muchos sentidos como uno de los grupos que más han contribuido a la evolución tecnológica y/o conceptual del metal a lo largo de sus 20 años de carrera, un grupo que siempre se ha mantenido a la vanguardia y que ha tenido la osadía de introducirse en los terrenos de la música programada y electrónica para acabar de encontrar un sonido personal que los identifica y que, por supuesto, saben hacer mejor que nadie.

 

Pese a todo esto, la cualidad más valiosa de Samael no reside en su tendencia a experimentar y unir mundos sonoros antagónicos como podrían serlo el metal y la música electrónica, sino en su capacidad para crear un sonido propio y personal que, como he señalado al principio, se sustenta en una firme concepción narrativa y estética ante todo lo demás, y que probablemente se remonte a los trabajos anteriores a su etapa “electrónica”. Desde el corte que abría su disco “Passage” al que cierra su último disco han transcurrido 11 años, pero no obstante uno podría decir que durante todo este tiempo no han hecho otra cosa que tocar “una misma” canción, una misma letra, una misma forma de cantar, una línea de riffs y rítmicas que vuelven sobre sí mismas incansablemente, obsesivamente tal vez, a colación de esa fidelidad al discurso de la que hablábamos, y que en muchas ocasiones es insigne de los verdaderos genios.

 

En contra de esta rectitud estilística podría aducirse el hecho de que sus entregas peligran a veces de parecer un poco repetitivas, lo cual queda patente desde las primeras “notas” que abren este “Solar soul”. De inmediato vemos claro que los suizos vuelven a la carga con su habitual convicción musical, anudando estimulantes riffs, pegadizos estribillos, profusión de teclados sintéticos, la voz rocosa de Vorph, y por supuesto la sobrecogedora atmósfera que los caracteriza y que sigue siendo de las más “oscuras” dentro del metal sin incurrir de lleno en la “mala leche” facilona del metal oscuro tradicional. Samael mantiene intacto su poder mercúreo para crear ambientaciones y temas que destacan por una gran gravedad, así como por esa “difícil sencillez” en los riffs de guitarra que sólo alcanzan unos pocos privilegiados a la hora de componer. Y es que, como siempre, da la sensación de que las composiciones de Samael se sirven de una admirable contención y austeridad con el objetivo de no atiborrar sus canciones con giros innecesarios ni florituras abigarradas. Por el contrario, ejecutan siempre los arreglos imprescindibles y dotados del buen gusto necesario para conferir a sus canciones una elegancia fluctuante, meditabunda y solemne.

 

Ninguno de los temas contenidos en “Solar soul” destaca en especial; todos están en su sitio y no existen salidas de tono ni sorpresas. No es posible decir que sea un disco mejor o peor de lo anteriormente perpetrado por estos suizos, y por eso obviaré entrar a un comentario detallado de los temas ya que es innecesario. Todos los cortes actúan como un todo, como un muro de convencimiento y hasta cierto punto serenidad, y como tal seguramente debe ser concebida la obra de Samael. A nadie sorprenderá la puntual utilización de sonoridades orientales, tan recurrentes entre las bandas de metal desde el auge de grupos como Melechesch, Nile o antes que ellos Orphaned Land; la anexión de voz femenina en “Suspended time”; y mucho menos la perseverante manera de ignorar todo lo concerniente al instrumento solista, así como la deliberada falta de espontaneidad que en general domina el esquema de sus teclados. Nada nuevo, pues, significa en el caso de los enjutos Samael una muestra más de su capacidad para seguir dándole a la manivela de un estilo musical que ellos mismos han inventado y que, en el peor de los casos, puede que ya esté muy cerca de agotar sus posibilidades.   

Federico Fernández “Mad Wilson” Giordano

Grupo:Samael

Discográfica:Nuclear Blast / Mastertrax

Puntuación:8.5

Canciones:

  1. solar soul
  2. promised land
  3. slavocrazy
  4. western ground
  5. on the rise
  6. alliance
  7. suspended time
  8. valkyries new ride
  9. ave
  10. quasar waves
  11. architect
  12. olympus

Año:2007