Neal Morse: Sola Scriptura

Parece poseer Neal Morse una inspiración sin fondo, sin visos de caer en la monotonía, ya que en pocos años, más concretamente después de abandonar su banda madre SPOCK’S BEARD (tras esa conocida llamada de Dios…), el guitarrista y vocalista publica discos sin largos reposos y con una calidad al alza; calidad que, adelantamos, se sigue manteniendo en este “Sola Scriptura”. Atrás dejó sus discos con exceso de azúcar (“Testimony”, “It’s Not To Late” y “Neal Morse”), y la línea a seguir de sus excelentes “One” y “Question Mark”, es la que continúa explotando a pleno rendimiento. Antes de este nuevo lanzamiento, Neal Morse y sus dos ángeles de la guardia, Mike Portnoy y Randy George, decidieron amenizar sus reuniones grabando un disco de versiones, “Cover To Cover”. Curioso e interesante lanzamiento cuanto menos, en el que Mike Portnoy, entre otras cosas, disfrutó de lo lindo encarnando a su ídolo Keith Moon. Pero solo fue un sano entretenimiento, un precalentamiento para encarar este “Sola Scriptura”. El equipo de trabajo es el mismo, ya se sabe, si no se ha roto, para qué arreglarlo, solo que en esta ocasión, Paul Gilbert ha colaborado introduciendo algunos solos por aquí y por allá sin ninguna dificultad de ser reconocidos con cada escucha, por cierto.

Con estos cuatro nuevos temas, de largo metraje en su mayoría como imagináis, Neal Morse sigue manteniendo su espíritu progresivo intacto, ese que también refleja nadando entre las aguas del rock progresivo más clásico, con tintes sinfónicos en no pocas ocasiones, y del metal progresivo más técnico. Imagino que esta última cualidad, que cada vez impregna más todas sus composiciones sobre todo en el ámbito instrumental, es fruto de la retroalimentación de conocimientos con Mike Portnoy. Sea como sea, toque los palos que toque, Neal Morse tiene la facilidad de convertir sus cascadas de notas en furia hirviente, en aparente fuerza incontrolada, y acto seguido, apurar frenada e introducir pasajes atmosféricos, emotivos y lánguidos, con lastres jazzísticos o funkies si se da el caso, pero todo ello sin sonar forzado y artificial. Así lo refleja en el tema inicial “The Door”, que tras un comienzo instrumental donde los tecnicismos salen a la luz a favor de la potencia sónica, encara un trayecto melódico de cuidados coros y no menos curiosos juegos de voces, de esos que tan bien sabe ejecutar el californiano con su susurrante y delicada voz. No menos cruda en su inicio es “The Conflict”, que miren por donde, me recuerda a los BLACK LABEL SOCIETY más cortantes y chulescos, pero, debido en parte a la larga duración del tema, el abanico de posibilidades se abre de par en par mostrando un amplio catálogo de cambios de ritmos, ambientaciones variadas y demás sorpresas que te aguardan en cada minuto de escucha. Con “Heaven In My Heart” deja Neal Morse aparcado sus malabarismos instrumentales para grabar una balada concienzuda, arropada con el sentimentalismo tan propio que transmite unos colchones de cuerdas que hacen subir un clímax emocional conforme se va apagando el tema. Remata la faena con “The Conclusion” en otro ejercicio de buen hacer técnico sin llegar a sonar frío y distante, pero con la mayoría de sus pasajes dirigidos al enardecimiento de la melodía vocal de aires intimistas.     

Omitiremos las comparaciones capciosas de los últimos trabajos de SPOCK’S BEARD sin Neal Morse en la banda, con los trabajos en solitario que éste nos está entregando últimamente. Cada uno sigue su camino, con más o menos fortuna, pero a ambos frentes se les puede considerar máximos exponentes del género en la actualidad. Después, si el reconocimiento es justo o no, es otro tema.