Therion: Sitra Ahra

Therion es una banda realmente especial, con un sonido particular y también con un líder muy particular. Como ya pasara otras veces Christoffer Johnsson se quedó solo tras el excepcional “Gothic Kabbalah” y recompone toda la banda desde cero. Algo realmente difícil pues muchos seremos los que echemos en falta a grandes músicos como Mats Levén o Johan Niemaan. El disco no está nada mal, uno empieza con dudas pero poco a poco uno va entrando y disfruta de una gran colección de muy buenos temas.

Instrumentaciones, mil instrumentos, coros ampulosos, voces femeninas y masculinas, momentos metal, otros orquestales… Therion en definitiva. Posiblemente esté más conectado con los discos más orquestales y sea menos heavy que el anterior. Hay momentos muy “Vovin” y “Deggial” pero sin tanta oscuridad. Thomas Vikström es un enorme cantante y en directo funciona. El problema es que cuando los vi en directo con él no terminó de convencerme a pesar de que es uno de los más grandes. Sus trabajos en Candlemass o Stormwind así lo atestiguan.

El disco es variado y las sucesivas escuchas le hacen ganar mucho. Brilla ante todo la apoteósica “Land of Canaan”, muy Therion, muy extensa y con ese cambio de tercio final que descoloca y cautiva al estilo “Wine of Aluqah”. “Din” en cambio es rápida y directa, un cruce entre sus primeros trabajos y los temas metal del “Gothic Kabbalah”. Atención a Mika Hakola a las voces. La velocidad junto a los ampulosos coros a lo “Deggial” es sublime. Pero si alguien quiere un tema al puro estilo Therion, a lo “Sun Of the Sun” que pruebe con otro de los grandes momentos: “Cu Chulain”.

Las combinaciones entre Vikström y Lori Lewis tocan el cielo en “Sitra Ahra”, quizá el corte más deudor de su anterior obra. El trabajo de Snowy Shaw sigue brillando, este tipo va ganando peso en la escena a pasos agigantados. “Kings of Edom tiene unas preciosas guitarras y unos logrados cambios de tiempo marca de la casa. Los juegos con acústicas, trompetas y flautas embellecen mucho el producto final y demuestran que Therion siguen fieles a su estilo y que pocas bandas, o nadie, son capaces de hacerles sombra en su estilo.

“Hallequin” y “Unguentum Sabbati” son otros dos temas para enmarcar. Puro Therion, con esos cánons de voces y ese poderío vocal a caballo sobre bases metal. Las combinaciones de voces agudas, graves y coros ampulosos les quedan como a nadie. “After the Inquisition: Children of the Stone” es otro tema sublime que engancha y convence.

A las primeras de cambio uno percibe que el disco está bastante por debajo de sus anteriores obras, pero en las sucesivas escuchas uno entra de lleno en él. Es imposible que siendo fan de Therion no te cautive. Hay futuros clásicos muy a pesar que somos muchos los que pensamos que esta obra grabada por Levén y Niemaan podría tener otro plus importante. Tengamos en cuenta que Johansson ha tenido que recomponer todo el line-up, cosa que le da más mérito al disco. Esperemos que su directo esté a la altura, eso ya es otra historia…