Royal Hunt: Show Me How to Live

Hubo un momento en los 90 en que Royal Hunt se merendaban a cualquier badna de hard Aor. Poseían un estilo casi único, una clase asombrosa y un gancho inigualable. “Paradox” fue su obra cumbre, juntamente con ese directo “Live 1996” y esa gira hechizante con dos vocalistas invitadas. Anteriormente habían facturado discos excepcionales y su legado era inmenso. Era todo tan bonito… que no podía durar mucho. Exacto, André Andersen, el ruso teclista no le gustó que DC Cooper, el vocalista americano, decidiera hacer discos por su lado, y el sueño terminó. La larga travesía por el desierto ha sido dura, a pesar de los buenos momentos de DC con Silent Force y algún que otro disco del Royal Hunt, especialmente “The Mission”.

Tras tantos años de espera la bicefalia ha vuelto en el combo escandinavo y Cooper vuelve a llevarse bien con Andersen (¿va a durar mucho?). Lo bueno es que toda la magia sigue estando. Esos derroches instrumentales de guitarras y teclado, unas líneas vocales, esos coros marca de la case y muchos temas pegadizos. Pero… las cosas han cambiado y la escena no es la misma. Han ido a lo obvio, un disco deudor de “Paradox”, y creo que gustará a sus fans pero poco dirá a su público nuevo potencial. Especialmente porque este disco no está a la altura de sus obras clásicas. ¡Pero se acerca! Parece como si el tiempo no haya pasado.

Hay preciosos momentos, siempre a caballo de extensos temas que se extienden más allá de los 5 minutos. Posiblemente “Another Man Down” sea el más inspirado. Toda la magia del combo vuelve  a brillar. Incluso emociona oír a un perfecto Cooper flotando entre los juguetones teclados de André Andersen. Las cabalgadas a doble bombo y los rimbombantes coros y voces femeninas pueblan la mayoría de sus canciones. “One More Day” también funciona de maravilla, pero es una lástima no haber incluido ninguna balada de esas que ponen la piel de gallina. La voz de DC Cooper es perfecta para ello. “An Empty Shell” está orquestada y hay unas percusiones muy acertadas que disfrutan de una producción de ensueño. Vuelven esos riffs a lo Paradox y esas progresiones melódicas que suben y bajan a toda velocidad. Atención a los increíbles agudos del rubio vocalista.

El single es “A Hard Rain Is Coming”, con un clavicordio protagonista y con otra bella melodía de entrada. Gran estribillo grandilocuente y todas las credenciales exhibidas. Todos los temas mantienen un alto nivel y el trabajo instrumental es rotundo. Siguen jugando con los momentos en los que coros y Cooper se quedan cantando casi sin instrumentos para luego volver a arrancar todos juntos. Como era de esperar “Show Me How to Live” es el tema extenso que se va a los 10 minutos. Todos sus discos poseen temas largos pero que siempre se hacen cortos. La música clásica y el estilo neoclásico se dan un festín en este corte. Definitivamente hay en el disco muchos momentos excelsos. Y como viene siendo habitual en ellos, su último corte es uno de los mejores. Otra montaña rusa de melodía y juegos instrumentales culminados con grandilocuentes coros y detalles.

Evidentemente espero como agua de mayo el día de poder volver a DC y Andersen otra vez sobre escena. Posiblemente no se soporten, pero poseen otra oportunidad para recuperar el tiempo y volver a aupar a Royal Hunt hasta donde merecen estar. Separar fuerzas no funcionó. El disco gana tras sucesivas escuchas y uno puede rememorar esos tiempos en los que esta banda prometía mucho. Siguen siendo especiales, y gran parte de la magia sigue estando allí. Si sus directos vuelven al nivel de 1996 estaremos ante el retorno del año… Siempre con permiso de Black Sabbath y de Hansen y Kiske.