Lacuna Coil: Shallow Life

Personalmente siempre seré de los que quedaron prendados con los primeros pasos de esta banda itálica y que, progresivamente, creo han ido perdiendo fuelle y mordiente en pos de clavar una pica en el mercado americano. Nunca podemos hablar de un álbum flojo, que no lo es, pero sí menos inspirado que la mayoría de los que han ido grabando con anterioridad.

Siempre recordaré en una entrevista con la banda (tiempos del “Unleashed Memories”) preguntarles por si había algo de influencia de Depeche Mode. No se mosquearon, simplemente me miraron algo asqueados y dijeron: “tienes suerte que Marco Coti Zelati no esté, le cabrea mucho que le digan ésto”.

Pues ahora los efectos tecnológicos campan a sus anchas y los estribillos como los de “I Won»t Tell You” están absolutamente influenciados por dicho grupo. Los temas son directos, siguen pasando de solos instrumentales, las canciones son instantáneas, en menos de cuatro minutos ya lo ofrecen todo, pero siguen habiendo buenas melodías y duetos vocales entre Andrea Ferro y Cristina.

Los teclados conviven atmosféricamente en el dueto conseguido de “Not Enough”. Más guitarrera es “I»m Not Afraid”, single absoluto y todo un himno que les acompañará durante toda su carrera. El dueto vocal vuelve a brillar aunque desde hace unos años Andrea canta mucho más limpio que en sus inicios. Siguiendo con los singles hay claramente la melódica “Spellbound”, delicada y melodiosa pero que navega claramente en terrenos más Evanescense.

“Wide Awake” es un guiño baladero a sus discos intermedios bastante conseguido. Otro de los estribillos ha tener en cuenta es el de “Underdog” con coros de apoyo, pero en líneas generales el disco se hace algo lineal e incluso monótono. La producción es perfecta, con una aura oscura y evocadora pero el problema subyace en la composición. Con escuchas va ganando la cosa, pero desengañémonos, todo disco lo hace… Destacar entre los momentos más encertados las líneas vocales a dúo de “The Maze” e incluso el riff de guitarra

Curiosas son las cosas, pues cuando en Europa cada vez empiezan a gustar menos al otro lado del océano se les rifan por montarles giras. ¿Comerciales? Sí, pero mantienen todavía algo de su encanto, que no de esa belleza innata que conseguían en muchos de sus cortes. Han entrado en los charts de todo el mundo, y ese reconocimiento es más que merecido pues Evanescence les quitaron un cetro que merecían por legitimidad. Sólo me quejaré de que en directo sigan obviando sus gloriosos y bellos inicios. En estudio hay que aceptar la nueva orientación.