Eureka: Shackletons Voyage

La historia de Schackleton y sus marinos viajando a los confines de la Antártida es digna de epopeya clásica. Sorprende que el alemán multiinstrumentista Frank Bossert se haya inspirado en una de las historias de supervivencia más apasionantes de la historia, y más viendo que el resultado final es tan óptimo.

Entre 1914 y 1916 el barco comandado por Shackleton embarrancaría en medio de la nada, entre el frío y las aguas del Polo Sur. Posteriormente el marino inglés conseguiría poner a toda su tripulación a salvo de forma milagrosa. Sufriría motines, viajaría a una isla lejana en una barca casi de juguete y escalaría montañas heladas imposibles. Todo para pedir ayuda y tras meses de viaje suicida. Hace poco se hizo una película con fotos y fragmentos de grabaciones de la época en la que unos aventureros reproducían el mítico viaje. Las pasaron canutas pero lo consiguieron, alucinando de cómo Shakleton y sus hombres podían haberlo conseguido casi un siglo atrás.

Bossert se sumerge en las frías aguas y en los hielos perpetuos de esta aventura para darle forma a una bella obra que creo que debe ir ligada a hacerse con la película o el libro para poder llegar a captar toda la sustancia que posee. Prog rock a lo Yes y Rush, con melodías accesibles a lo Mike Oldfield y multitud de atmósferas gélidas y evocadoras vía sintetizador. Hay también ciertas melodías irlandesas de aroma marino que le dan otro plus al disco rompiendo el hilo dramático.

Podemos hablar del disco conceptual como si de un tema único se tratara aunque, sabiamente, Bassert lo ha dividido en 15 cortes de escaso minutaje con un narrador y colaboraciones de cantantes. Tenemos a Troy Donockley (IONA y Nightwish) con sus gaitas y flautas, Yogi Lang (de los progresivos, a lo Pink Floyd, RPWL) con su moog, Billy Sherwood (Yes) y a la vocalista Kalema, todos participando en temas puntuales.

Los cortes más logrados son la preciosa melodía irlandesa “Plenty of Time” y las participaciones de Sherwwod en “Going Home” y “The Challenge”, muy emotivas y totalmente representativas y creíbles de este particular viaje a Ítaca. La mayor parte del trabajo está basada en las ya citadas atmósferas opresivas y tristes, consiguiendo una música descriptiva realmente lograda. Destacamos también “Into the Lifeboats”, con un trepidante bajo por parte de Bossert.

Puede que interese sólo a fans de las bandas citadas y a los fanáticos y conocedores de la historia. Quizá con orquestaciones reales causaría más impacto, pero lo conseguido por Bossert no es poco. Os recomendaría ante todo el documental, luego el libro de imágenes, finalmente este disco. Desconozco si Bossert intentará hacer un montaje con imágenes acompañadas de la música del disco, pero valdría mucho la pena.