Beyond Twilight: Section X

Parecía que se los había tragado la tierra. Después de grabar su debut “The
Devil Hall Of Fame” a principios del nuevo milenio, que dicho sea de paso,
un disco que gustó por igual a la crítica y a los seguidores del metal progresivo,
la actividad de los daneses BEYOND TWILIGHT ha permanecido prácticamente en
el anonimato. Es el peligro que se corre al tener a Jorn Lande en el puesto
de vocalista, y eso que, todo esto ocurrió poco antes de que la Landemanía
invadiera la comunidad metálica. No es que quiera echar por alto las cualidades,
ni la gran labor, del noruego en dicho disco, ni mucho menos en sus grabaciones
en los distintos grupos y proyectos en los que ha participado, pero no es menos
cierto que los contratos a largo plazo no los hicieron para él. Menos mal que
el teclista Finn Zierler, padre de la criatura, ha encontrado un recambio a
la altura en la persona de Kelly Sundown Carperter. Este “Section X”, para
alegría de los que se quedaron con ganas de más y ansiaban el regreso, es testigo
de ello.

El metal progresivo que practica BEYOND TWILIGHT no es la panacea dentro del
gremio de este género, pero sí que incluyen en su música cualidades casi definitorias.
Al igual que en su estreno discográfico, un halo oscuro, apesadumbrado, y (¿por
qué no?), casi tétrico, atraviesa todas las composiciones que se incluyen en
este trabajo. Solo hay que oír, por ejemplo, el inicio de “Shadow Self”, para
darse cuenta del tipo de atmósferas que envuelven este disco de arriba abajo.
Además, no son los miembros de esta formación muy dados a inundarnos con infinitos
pasajes instrumentales para demostrarnos su, ya de por sí, solvencia técnica
sin sentido alguno (algo, que en cierto modo, se agradece), más bien, las interpretaciones
están destinadas a complementar lo que entendemos por una canción en sí (otras
cosa distintas son las estructuras casi surrealistas que suelen plasmar). Cuando
se da el caso, las cascadas de notas están al servicio de los temas para dotarlos
con baños de melodías, o dicho de otra forma, las virguerías instrumentales
para engrandar el ego e innecesarias, se pueden contar en este “Section X” con
los dedos de una mano.

Suena a tópico, pero destacar algún, o algunos cortes en concreto, no es nada
fácil dada la variedad y distinción entre temas que prima en este trabajo.
La inicial “The Path Of Darkness” (después de la intro de rigor), o “Ecstasy
Arise” (a mi juicio, de las más llamativas de forma espontánea), son los cortes
más directos, con estructuras más asimilables y digeribles a primeras de cambio,
y, como suele ser una constante a lo largo del CD, con unas ejecuciones perfectas
tanto instrumentales como vocales. Así mismo, “Sleeping Beauty”, o el tema
título y de cierre, pueden considerarse los cortes más complejos; sobre todo
la primera de ellas, una de las más ricas musicalmente hablando, donde se conjunta
infinidades de estructuras, cambios de ritmos inesperados, y algún que otro
desarrollo melódico que llega a descolocar, pero siempre sin perder el norte
y dando la sensación de redondez a la totalidad de la canción. No sobra nada,
ni una nota.

Si alguien quiere comprobar la capacidad vocal de Kelly Sundown, que pruebe
con la citada “Shadow Self”; cadencias vocales difíciles en su ejecución, cotas
de agudos en ocasiones inalcanzables, y grandes dotes interpretativas pueden
llegar a dejarte perplejo.

Las notas un tanto atípicas de este álbum las pone, por un lado, “The Dark
Side”, sin duda uno de los temas más extraños, e incluso me atrevería a decir,
más siniestros por la atmósfera que transmite (como habréis comprobado, los
títulos vienen como anillo al dedo); y por otro lado, la instrumental y de
corta duración “Portrait F In Dark Waters”, que tiene a las lánguidas y sombrías
notas que escupe el teclado de Zierler como voz cantante.

“Section X” es un disco para degustarlo lentamente, para absolverlo, y aunque
las orientaciones antes dadas den sensación de complejidad y enrevesamiento,
todo fluye de forma natural tras varias escuchas. Si te agradó su debut, no
menosprecies esta nueva entrega. Aunque Jorn Lande no aparezca en los créditos,
el resultado final es igual de satisfactorio. Lo único que cabe pedir, es que
no haya que esperar otros, casi 5 años, para tener noticias de este grupo a
nivel discográfico.