Penumbra: Seclusion

Definitivamente, los franceses Penumbra son un grupo que han ido descendiendo en ideas a medida que editaban sus discos. Su primer redondo, “Emanate”  (1999), resultó ser uno de los mejores discos de gothic metal con los que me había encontrado hasta aquél momento y hoy día diría que aun no ha sido superado. Aprovecho estas líneas para recomendároslo, un disco excitante de principio a fin. Su siguiente obra, “The Last Bewitchment” (2002) bajó bastante el listón; a pesar de contener algunos temas muy buenos, ya no era equiparable a su sensacional predecesor. Y llegamos a “Seclusion”, el disco que nos ocupa, donde queda patente que nuestros vecinos siguen un poco perdidos o que, por lo menos, no han sabido volver a sacar partido a su potencial tal y como lo hicieron en su primera incursión en el mercado discográfico.

El disco en sí posee calidad suficiente como para competir en el mercado actual, donde se editan cantidades ingentes de material de este estilo. Diría incluso que “Seclusion” es superior a un gran porcentaje de discos de  bandas que practican el dueto de voz grave masculina- voz dulce femenina, pues la situación actual denota una ligera saturación y prima la repetición de esquemas en muchos grupos. A pesar de ello, esperaba más de una banda como Penumbra, que tendrá que seguir conformándose con ser una segundona tras agrupaciones como Sirenia, Tristania, After Forever o Epica.

Ciertamente, hay discos de gothic metal que consiguen transmitir sensaciones y atmósferas, que consiguen recrear melodías sutiles que te transportan a otro estado, que delinean con sinuosas melodías el perfil de tus sentimientos. Si bien Penumbra lo consiguieron con creces en su primera obra a través del uso de instrumentos tan poco habituales en la escena como el oboe, que dotaban al grupo de personalidad y lo diferenciaban del resto, en “Seclusion” estas pinceladas de genialidad brillan por su ausencia salvo en momentos muy precisos. La primera canción, “Tragical Memories”, es en realidad bastante buena, con cuatro tipos de voces distintos y una melodía de guitarra entrecortada que arropa a los cantantes con maestría. Por su parte, el tercer corte, “Seclusion”, se hace muy ameno por el uso de la gaita como acompañamiento de las guitarras.. Sin embargo, a partir del tercer corte el estándar va cayendo de canción en canción hasta que se estanca en promedio y mediocre. El potencial en realidad está ahí: el sonido de guitarras es bueno, los coros son de lo más decentes y hay otras cosillas memorables, pero muchas de las canciones en realidad nunca llegan a despegar, no apareciendo el esperado clímax en muchas de ellas.

Penumbra poseen dos sopranos que aportan corales en bastantes cortes y el uso de sintetizadores es constante en muchas partes del disco, dotando a las composiciones de un toque ora electrónico ora místico. La voz de Anita Covelli brilla con luz propia en bastantes pasajes y las voces más “black” son simplemente correctas, notándose un poco forzadas en algún que otro momento.

En definitiva, un buen disco de gohic metal, buena producción, buenas voces y correcto en muchos aspectos, pero del que se podría esperar más si ya conocías a la banda.