Gaia Epicus: Satrap

Ya no vale la pena insistir en la erosión musical amplia y contrastada del heavy metal europeo, aunque GAIA EPICUS pueda conseguir composiciones, o estribillos, decentes, tampoco escaparán de la multitud e infinidad de críticas que recibe cualquier banda de power metal en nuestros días.

Asumida tal necesaria premisa, estos noruegos debutan con un disco en el que se intenta recuperar cierta frescura la cual ereccionara el estilo a mediados de los 90, así es como la banda suena bastante al producto Kai Hansen (salvando las distancias, claro está). El grupo, aunque novel en lo que se refiere a actividad discográfica, ha pasado por infinidad de etapas, con también infinidad de nombres (RITT KJSTT, EXECUTION, MILLENIUM, THEATER OF PAIN o ETERNAL FLAME), pero, a excepción del regusto thrashero de EXECUTION, siempre ha estado ligada al sonido power metal melódico, ahora, con ligeros toques progresivos.

Lo dificultoso de la producción, en lo que se refiere a aparente desorden y saturación, no logra, sin embargo, desmejorar el cierto buen gusto compositivo que el combo escandinavo relega en los tres cortes iniciales de este “Satrap”. Es así como “Keeper of the flame” logrará despertar la curiosidad del oyente en su agresividad rítmica y en lo frenético de sus riffs de guitarra. Llegará, incluso, a recordar, el sonido de unos CHILDREN OF BODOM (cerciorándonos a su vez de la ridícula etiqueta death metal de los finlandeses), a pesar de la voz de Thomas C. Hansen, la cual, sin llegar a los talones de cualquier portento del género, consigue transmitir una cierta personalidad a GAIA EPICUS, recordando en buena medida las melodías de grupos olvidados como HELICON. Aunque rítmicamente pareja, “Heavens gate” muestra unas inquietudes melódicas decentes, algo que también ocurrirá con el estribillo de un corte como “Fire & ice”, el cual puede ser su tema abanderado.

Muy a mi pesar, “Satrap” deambula a lo largo de las restantes pistas sin pena ni gloria, llegando a cansar ante la reiteración de matices musicales tan y tan escuchados. “Die for your king” y “Watch the sky” serían de los pocos ejemplos ligeramente reseñables en un disco en el cual prima la reinvención de fórmulas olvidadas desde hace poco tiempo, dotados por un componente de agresividad rítmica algo novedoso.