The Man From The Moon: Rocket Attack

Creo que un disco como éste es prueba evidente de que Black Mark –sello antológico de antaño con grupazos como EDGE OF SANITY, MORGANA LEFAY, LAKE OF TEARS, BATHORY, NIGHTINGALE, CEMETARY, NECROPHOBIC, TAD MOROSE, MEMENTO MORI…- ha perdido el norte definitivamente. No sé si debido al fallecimiento de Quorthon (Alma Mater de BATHORY e hijo de Borje Forsberg –más conocido como Boss-, dueño del sello), a su avanzada edad, su falta de conexión con la escena actual o váyase a saber usted qué, esta nueva entrega de Black Mark es probablemente uno de los peores discos editados por este sello que he escuchado en mucho tiempo, sino en toda mi vida.

Un sello discográfico que será recordado por sus grupos de Black, Death y Heavy Metal, sacando un horripilante proyecto de Pop/Rock trapero de feria, verlo para creerlo. Lo siento de veras pues he sido y soy un ferviente admirador de todo el fondo de catálogo de Black Mark, pero por aquí uno no pasa.

THE MAN FROM THE MOON es una especie de proyecto del tal Micke “Mimo” Moberg donde él mismo se encarga de absolutamente todo. Una versión trapera y muy casposa de Dan Swano, vamos. Con una producción maquetera a más no poder, una batería programada cutre que parece extraída de cualquier disco de techno-pop de los 80 y una voz harto ridícula, este tipo pretende ¿Gustar? A la comunidad metálica, pues deduzco que sacando su disco a través de un sello como Black Mark debe tener claro que su producto irá dirigido hacia un público al que le será muy difícil apreciar su música; Los heavies.

Con toques a THE CULT, ZZ TOP o UFO en sus momentos más “duros” (Imagínense…), la inmensa mayoría de este “Rocket Attack” es pop/rock insulso, malo, soso e infantil. Ni siquiera “In Love of Memory” –un tema dedicado a Quorthon de BATHORY- se salva de la quema y haría revolver al propio Quorthon en su tumba con esa mezcla trapera de Pop/Soft Rock épico con aires de grandeza. Aquí nadie esta juzgando que el disco no sea estrictamente metálico, lo que clama al cielo es lo rematadamente malo que es, sea del estilo que sea.

En definitiva, espero que esto no sea más que una broma de mal gusto, un asunto pendiente del señor Boss con algún amiguete a quién le debía un favor o un simple fallo pasajero. Porque si esta es la vena a seguir por Black Mark de ahora en adelante, van a cargarse de un plumazo todo su trabajo de los últimos 25 años.