Ty Tabor: Rock Garden

Padece el señor Ty Tabor una extraña enfermedad crónica, cuya epidemia suele afectar a lo largo de su constante expansión, en la mayoría de los casos, a multitud de músicos cuyas bandas de procedencia se les suele apellidar como Progresivo. Una enfermedad de difícil diagnóstico, pero de tratamiento aparentemente simple: publicar discos por doquier para compartir con una serie de individuos, dispuestos por voluntad propia claro está, sus bondades o malestares en según que casos. Ya sea con proyectos conjuntos, con la banda de toda la vida, en solitario…el remedio es lo de menos, pero ese bulto interior (cáncer benigno podríamos considerar) hay que expulsarlo rápido, ya que no para de crecer y crecer a cada día que pase.

No es la primera vez que le ocurre al guitarrista y vocalista de KING’S X (y seguro que no será la última), pero en esta ocasión, las circunstancias han hecho que se decida por retomar su carrera en solitario que dejó aparcada con “Safety” en el 2002, en detrimento, por ejemplo, de otro álbum con THE JELLY JAM, proyecto con el hierático John Myung y Rod Morgenstein como acompañantes. Tampoco sus compañeros de grupo se salvan de este (agradable) sentir interior y personal que necesita de oídos exteriores para intentar encontrar alivio. Doug Pinnick ya se sofocó en buena medida con “Emotional Animal”, y ahora es el turno de Tabor, que para no producir recelos en el ser de su otro compañero Jerry Gaskill, lo ha invitado para que deje su firma tras los parches en este “Rock Garden”.

Al igual que en sus dos anteriores trabajos firmados con su nombre, se recrea de nuevo Tabor en este disco con el rock setentero en su mayoría. Aquel que confiesa nuestro hombre admirar desde su niñez hasta ahora, y posiblemente, hasta que esté criando malvas. Ese rock mamado de Peter Frampton (¿Qué es sino “Play”? Pleitesía y culto), HUMBLE PIE, David Bowie, y ¡cómo no!, sin rubor ninguno deja claro que THE BEATLES siempre serán santo de su devoción. En otras palabras, rock en un sentido amplio de aceptación. No son pocas las líneas vocales que nos retrotrae a John Lennon, caso de la sentimental en su inicio “I Know What I’m Missing” o  “Beautiful Skies”. Ni que decir tiene que siempre ha sido uno de los ídolos de este guitarrista. Pero no todas las composiciones de este álbum giran en torno a sus influencias. Deja su marca Tabor en muchos aspectos a lo largo de estas once pistas: su guitarra vuela libre, con punteos, riffs e incluso arpegios, cuando les viene en gana, sin tomar una orientación premeditada. Todo proviene de dentro, y es que no debemos de olvidar que “Rock Garden” es un disco personal, y como se suele decir en estos casos, íntimo. Justificación usada en diversas ocasiones para defender, como si hiciese falta, que habiten por mayoría los tiempos medios y lentos. Sí; este también es el caso, pero los seguidores del entorno de KING’S X no se cansaran nunca de consumir temas con verdadero tiento en las melodías y de conseguido sentimiento. En este colorido jardín bien se las gastan la citada “Beautiful Skies” o “Thankful”, composiciones sembradas y tratadas con paciencia, delicadeza y en total armonía con otras plantas con carácter robusto, dígase las iniciales “Ride” y “Stalker” o el tema cierre “Pretty Good” (¿seguro que no un tema que se quedó fuera en algún disco de KING’S X? De todas formas, bienvenido sea.)

Puede Ty Tabor respirar tranquilo por un tiempo. No por mucho; su enfermedad pronto empezará a inundar todo su cuerpo y necesitará del calmante de turno con urgencia. Doug Pinnick seguramente se encontrará en una fase bien avanzada, y es posible que su cabeza esté plagada de ritmos funk para un próximo disco con su banda prioritaria. Falta Jerry Gaskill por cuenta propia, aunque no existen noticias de una continuación a corto plazo, de aquella descarada genuflexión al cuarteto de Liverpool llamada “Come Somewhere”. Todo es cuestión de esperar…