Sanctity: Road To Bloodshed

La primera vez que oí hablar de SANCTITY, fue en una de las crónicas que nuestro colaborador neoyorkino Ken Pierce escribe en su página web y que de buen agrado tiende a prestarnos de vez en cuando. SANCTITY era una de las bandas que abrían la pasada edición del Gigantour de Dave Mustaine, y su misión no era otras que la de caldear el ambiente ante una multitud ansiosa a las descargas de los protagonistas del cartel de este festival itinerante. Una tarea nada fácil. Aún no habían publicado disco debut, y ya eran conocidos por los circuitos de conciertos norteamericanos en calidad de teloneros, entre otras bandas, de los emergentes DRAGONFORCE. El contrato discográfico no se ha hecho esperar, y siete años después de su nacimiento y un par de demos publicadas, debutan SANCTITY con este “Road To Bloodshed” bajo el amparo de Roadrunner. Que duda cabe que, aunque en la actualidad haya millones de bandas que se suben al carro del thrash/death metal muuuuy melódico, SANCTITY contarán con un soporte publicitario mucho mayor. Justo o no, eso dependerá de la opinión de cada uno.

El cuarteto de Asheville, a lo largo de las doce pistas que componen este disco de estreno, hacen uso de todos los recursos típicos de este género que en la actualidad tienen, desde mi punto de vista, a TRIVIUM como máximo exponente. Y cito a la banda de Matt Heafy como guía, porque se podría confundir a SANCTITY con cualquier banda etiquetada como metalcore, de esas que el vocalista de turno suelta mierdas por la boca en tesituras guturales, y se presta a la melodía en el estribillo en la mayoría de las ocasiones. No es así, y la comparación con TRIVIUM se puede considerar accidental,  ya que aunque la estructura de miembros sea igual (el vocalista también es guitarra, ¡y muy técnico!), y el sonido sea similar, ambas bandas nacieron al mismo tiempo. La diferencia está en que mientras SANCTITY publicaron su primera demo en el 2003, TRIVIUM debutaban con su impactante “Ember To Inferno”. Algo de relación más allá de la meramente musical tienen que tener ambas formaciones, cuando los primeros serán los teloneros de Heafy y compañía durante su gira europea con ANNIHILATOR.

Aún así, es de extrañar que temas como los speedicos “Brotherhood Of Destruction”, “Frontile” o el tema título pudieran pertenecer, salvando las distancias (no tan grandes, créanme), a cualquier disco de TRIVIUM, sobre todo a sus dos primeros, donde las influencias del thrash más clásico no ocupaban primer plano. Puede ser mera casualidad. SANCTITY expande el estilo con buenas formas a lo largo de todas las canciones, destacando las melodías de guitarras, el tecnicismo que imprimen en todos los solos y la robustez de la voz de su vocalista Jared MacEachern. Con más o menos fortuna, algunos temas sobresalen del resto, ya sea por poseer un estribillo pegadizo o contener múltiples cambios de ritmos que no rompen con la hilaridad del tema en cuestión. Aún dominando el terreno con una solvencia más que demostrada, les falta a SANCTITY ese algo tan especial que les haga diferenciar del resto para lograr adoptar una identidad propia. Siempre con furia y rabia acolchadas por múltiples melodías de guitarras que se doblan, se contraponen o saltan a primera línea de protagonismo, los cortes que aquí se incluyen, aún estando todo en el lugar correcto, producen sensación de monotonía por momentos. Temas como “Second” o “Laws Of Reason” solo hacen repetir todos los esquemas que predominan a lo largo y ancho de este “Road To Bloodshed”; potencia sónica, destreza técnica, voces melódicas en su mayoría con algunos gruñidos comedidos…Es un trabajo al que hay que darle tiempo, con cada escucha los cortes ganan enteros, y hasta se aprecian detalles a tener en cuenta, como los trabajados punteos de guitarra del tema cierre “Once Again”.

Hay que ser conscientes de que este es su disco debut, que les queda mucho camino por recorrer, experiencia y madurez que ganar con el tiempo. Pero como estreno, ya apuntan SANCTITY buenas maneras. Si no se quedan anclados, e intenta sacar a lucir un sonido que les diferencie del gran montante, pueden despuntar en cualquier momento. La primera piedra ya esta puesta, es sólida y está bien cimentada, aunque pueda parecer que hayan llegado tarde a la cita por pocos minutos.