Great White: Rising

La historia verá a Great White como una de esas bandas malditas, tanto por el concierto en el que murió tanta gente calcinada por la pirotecnia como, en estas tierras, por el bochornoso incidente del play back en Madrid, del que salieron por patas. Una lástima, pues en sus recientes venidas se han marcado conciertos excepcionales y han paseado su madurez discográfica actual con un estilo y posibilidades enormes.

Sinceramente, muy poco me esperaba del presente disco, pero tras escucharlo varias veces hay que rendirse ante los escualos, “Rising” es templado, melódico, con todos sus ingredientes clásicos que siempre les han caracterizado y repleto de cortes de enorme calidad.

Rusell brilla con luz propia en unos temas muy centrados en el buen hacer de la composición, canciones como “Last Chance” o “Loveless” han quedado tan desnudas como sinceras, siempre manteniendo esos coros elegantes que en directo suenan a gloria. Ésta última tiene un deje sureño muy conseguido y el solo de Kendall bebe absolutamente de los 70.

Quizá el disco adolezca de algo de linealidad y le falta un poco el aura macarrilla de sus inicios, pero ya en la primera escucha los temas enganchan y mucho. Siguiendo con la onda 70era hay la genial “Down On the Level”, totalmente influenciada por los Led Zeppelin más inspirados. No hay que olvidar que los White les llegaron a dedicar todo un disco tributo. Atención al riff y al estribillo, son todo un logro. Probablemente lo mejor del disco, adornado por un final en el que Desbrow hace de Bonham.

El inicio del compacto tampoco es nada desdeñable con ese “Situation” representando a la banda en un estado de gracia importante. “All or Nothing” es puro hard rock melódico con guitarras y cadencias muy AC/DC. En “I Don»t Mind” tienes una buena muestra de cómo consiguen sonar con estilo adentrándose en el AOR, puro feeling con colchón de teclados

Más anecdóticas son “My Sanctuary”, una balada correcta y la versión de la Stoniana “Lets Spend The Night Together”, otro detalle más de cómo les gusta versionar temas clásicos y meterle su personalidad propia.

Toda una sorpresa, pues esperar algo hoy en día de unos clásicos como los Great White parecía absurdo o innecesario. Quizá eche de menos algo más de sentimiento blues en algún momento pero es innegable que han sabido sacar adelante una obra más que inspirada. Si todavía no les has visto sobre escena, hazte un favor y prueba cuando vengan. Sobretodo Kendall y Russell son un dúo que funciona de maravilla, y por lo visto también en el estudio.