Yngwie Malmsteen: Relentless

Exactamente 2 años después de su anterior y pasable “Perpetual Flame”, el sueco del carácter imposible, Mr. Lars Yngwie Johann Lannerbach Malmsteen retoma su andadura discográfica con otro disco, “Relentless”, que sinceramente, mucho me temo pasará con más pena que gloria entre sus seguidores, y por supuesto, será un motivo más de queja de todos aquellos que no le soportan (que por desgracia, no son pocos).

Poco antes de sacar el citado “Perpetual Flame”, Yngwie se hacía con los servicios del mercenario Tim Ripper Owens (JUDAS PRIEST, ICED EARTH). Aplicando la lógica, todo parecería indicar que un segundo disco fruto de tal unión debería empezar a dar sus frutos, sin embargo mucho me temo que no es así. Y no me extraña nada pues el señor Ripper Owens sorprendía a la prensa hace no mucho haciendo unas declaraciones un tanto extrañas donde aseguraba no estar nada al corriente sobre el posible nuevo disco de Malmsteen. Vamos, que da la sensación de que Yngwie debió llamar a Owens 3 días antes de la grabación, le pagó el pertinente cheque y éste hizo todo lo que pudo en el estudio bajo las órdenes del sueco. Y eso sin duda, se nota. Quizá las cosas no fueron como un servidor las narra, pero visto lo visto, bien podría haber sido así. Ripper canta de forma totalmente desalmada, sin ganas, utilizando siempre el mismo fraseo vocal y acabando siempre con el agudo altísimo. Es que pilles el tema que pilles, el trabajo vocal es siempre idéntico, sin variación alguna. Y eso afecta a los temas que suenan prácticamente todos idénticos y calcados.

Por el bien de la carrera discográfica de Malmsteen, un buen cantante clásico de renombre y pedigrí debería ser fichado pero ya. Alguien que le plante cara al sueco y le obligue a dejarle libertad para expresarse y poder formar parte así del equipo de trabajo. Porque de otro modo, ocurren cosas como este “Relentless”, sin duda, uno de los discos más soporíferos de Malmsteen.

Los temas no poseen gancho alguno. Por supuesto que hay algún buen riff por aquí y alguna buena idea en forma de arreglo por allá, pero en líneas generales “Relentless” aburre por su repetición de esquemas de forma indiscriminada. De los temas instrumentales poca cosa se salva de la quema. Definitivamente, a Yngwie se le acaban las ideas. Todos los cortes sin voz de este disco son prácticamente calcados y se echa en falta esa pizca de magia que el sueco siempre supo imprimir en sus cortes instrumentales. Aquí, lo que encontrarás, son ejercicios de guitarra con bases de acompañamiento de fondo, prácticamente idénticas unas de otras.

Por si fuera poco, la producción del disco deja mucho que desear, figurando seguramente entre las más flojas y lineales de la carrera de Yngwie. Me considero acérrimo de los discos de este señor –por lo menos del 75% de ellos- pero todo tiene un límite y no por el mero hecho de que “Relentless” suene, efectivamente, a Yngwie Malmsteen, ya basta.