Pink Floyd: Pulse

Lo recuerdo vívidamente, como si fuera ayer. Eran finales de julio de 1994
y, con la tierna edad de diez años, me planté en el Estadio Olímpico de Barcelona,
acompañado por mi padre, dispuesto a presenciar el segundo concierto de mi
vida. Vaya comienzo. El primero había sido sólo unas semanas antes, con Gary
Moore, Jack Bruce y Ginger Baker en directo en el viejo Palau d’Esports de
Montjuich. Ahora tocaba el turno de una de las bandas más grandes que ha dado
la música: PINK FLOYD.

Paseando por la pista del estadio en medio de la gente, me fijé en que había
de todo. Heavies, hippies que aún no habían procesado lo de que estábamos en
1994, curiosos, tipos de mediana edad y fans a muerte de la banda. Antes de
entrar al estadio compré una camiseta pirata de la gira, que aún debe estar
dando vueltas por casa reconvertida en trapo de cocina. La espera fue larga
y farragosa. Hasta las 21:30 que la cosa no se comenzó a animar, la tarde había
sido bastante poco entretenida. La negativa de los FLOYD a llevar teloneros
para que destrocen la atmósfera que desean crear con su público hizo que las
tres horas de espera desde la llegada al recinto hasta el inicio de la actuación
fueran eternas. Lo mejor de todo es que, por entonces, sólo había escuchado “The
Wall” y “A Momentary Lapse Of Reason”. Y creo que nisiquiera recordaba haberlos
escuchado. Había oído hablar del show de la banda y había estado atento durante
semanas a los noticiarios, que no paraban de ofrecer reportajes sobre el resto
de la gira europea, haciendo especial hincapié en las dimensiones y el numero
de focos del escenario. Para un niño de diez años, era suficiente como para
mearse de impaciencia. No ayudaba demasiado que la media hora previa al concierto
estuviera protagonizada por un sonido de riachuelo que escupían pacientemente
los altavoces del sistema de sonido cuadrafónico de la banda.

Y cuando me dí cuenta, ahí estaban. Comenzando con “Shine On You Crazy Diamond”,
intentaba procesar con todos mis sentidos lo que estaba viviendo. Una sensación
que he podido recuperar ampliamente viendo el nuevo DVD de la banda, “Pulse”.
Tras muchos años en los que parecía que nadie acababa de ponerse de acuerdo
para su edición, EMI finalmente ha puesto en circulación la versión DVD del
mítico film en directo de la gira de 1994. Para quienes ya lo poseíamos en
formato VHS, poder volver a ver la grabación con superior calidad y un montón
de extras es gratificante, como mínimo.

Casi del mismo modo que se desarrolló el show de Barcelona hace doce años,
se desarrolla el show en éste DVD. Grabado en octubre de 1994 durante una tanda
de una docena de shows en el Earls Court de Londres (aunque lo que podemos
ver es el resultado de una noche íntegra, no una mezcla de todos los conciertos), “Pulse”,
tanto en su versión CD como en su versión DVD, es una magnífica manera de recuperar
la historia de la banda y fusionarla con el material más actual. De hecho,
el verdadero punto a favor de éste DVD es que recoge la interpretación completa
en directo del disco “The Dark Side Of The Moon”, algo que sólo sucedió en
la segunda parte de la gira de la banda y no en todos los shows. Un servidor,
por ejemplo, no pudo ver como tocaron semejante obra de arte entera. Pero,
tal y como sucedió en la mayoría de shows de la banda, pudimos oír y ver un
set-list con gemas extrañas dentro de los shows de la banda, caso de “Astronomy
Domine”, “Hey You” u “On The Turning Away”. Curiosamente, ninguna de éstas
tres canciones sonaron en los shows de Earls Court, en pro de la interpretación
de “The Dark Side Of The Moon”.

Los shows ingleses de la banda tuvieron su pequeña ración de problemas. De
hecho, en una de las noches, una sección completa de asientos del recinto se
desmoronó, por lo que la banda tuvo que cancelar el show y recuperar la fecha
unos días más adelante. Anecdotas aparte (y teniendo en cuenta que no hubo
daños personales), la banda volvió a tomar una gran decisión: grabar el disco
y video en directo al final de la gira. Igual que sucedió con “Delicate Sound
Of Thunder” en la gira anterior, la banda esperó a estar lo más engrasada posible
para dar a luz el disco en directo. Y los resultados, como no, son inmejorables.

La primera parte del show es una mezcla arbitraria de canciones de varias épocas
de la banda, con “Shine On You Crazy Diamond” reinando por encima de todas.
De todos modos, el material más nuevo y er, comercial (caso de “Learning To
Fly”, “Take It Back” o “Coming Back To Life”) cumple perfectamente dentro del
esquema del show. Es todo un espectáculo ver al percusionista Gary Wallis re-energizando
a la banda desde su “jaula” de instrumentos . Los coros del trio la-la-la de
Claudia Fontaine, Durga McBroom y Sam Brown son todo un apoyo para cualquiera
de las canciones y la precisión al bajo de Guy Pratt es sencillamente atolondrante.
Y es que el principal valor de las últimas dos giras de PINK FLOYD, además
del repertorio y el nombre, ha sido la banda de apoyo que han llevado. Desde
el guitarra Tim Renwick hasta el teclista Jon Carin, todos son un gran apoyo
para un show que, si dependiera sólo de David Gilmour, Nick Mason y Rick Wright,
sería bastante menos entretenido.

La interpretación de “The Dark Side Of The Moon” es , como era de esperar,
perfecta. Nota por nota, la banda replica el disco original. A nivel visual,
podemos observar el avion explosivo de “On The Run”, las baquetas luminosas
en “Time” y el gran espectáculo de luces que ofrecen canciones como “Any Colour
You Like” o “Eclipse”. El fin del show es merecedor del precio que valga la
entrada, sin más. “Wish You Were Here”, “Comfortably numb” y “Run Like Hell”,
todas de un golpe. Y sin vaselina. Otro ataque despiadado a todos tus sentidos
(y van…).

Dejando a un lado la porción del show, la versión en DVD de “Pulse” incluye
un buen montón de apetitosos extras. El más jugoso de todos ellos es la sección “Bootlegging
The bootleggers”, que aparece en el menú “features” del primer DVD. Allí se
recogen grabaciones en video casero de diferentes canciones interpretadas en
shows de la gira de “The Division Bell” y que, por un motivo u otro, no aparecen
en el set-list del concierto que muestra éste DVD. Temas como “What Do You
Want From Me?”, “Poles Apart” u “On The Turning Away” han sido sincronizados
con las grabaciones existentes de cada concierto, habitualmente de mucha mejor
calidad que el sonido de esas grabaciones, ya que está sacado directamente
de la mesa de sonido.

El otro punto fuerte son los “Screen Films”, todas esas pequeñas mini películas
que la banda utiliza a lo largo del show en temas como “Learning To Fly”, “High
Hopes”, o la mayoría de canciones de “The Dark Side Of The Moon”. Ahora las
podemos ver íntegramente, acompañadas de los fragmentos músicales con los que
van sincronizadas durante los shows en directo.

Entre lo más interesante de los extras, también encontramos el documental “Say
Goodbye To Life As We Know It”. Grabado principalmente durante la gira de “The
Division Bell”, nos muestra una cara muy escondida de PINK FLOYD. La de señores
que se saben divertir, que hacen muecas, y que suben a hombros de sus hijos
o su mujer. Parece una completa chorrada, pero para quienes PINK FLOYD eran
unos músicos hieráticos de expresión férrea, ver esas imágenes es casi como
la revelación del misterio de la santísima Trinidad. Por lo menos. Curiosamente,
en las imágenes en las que aparece el equipo de gira de la banda, hay una buena
ración de tomas grabadas durante la visita de la banda a España. El bajista
Guy Pratt y algunos roadies se ponen tibios de cerveza San Miguel en terrazas
que, probablemente, pertenecían a San Sebastián o Barcelona. Además de, como
no, destrozar habitaciones de hotel. Entretenidísimo.

Para los abiertamente anales, hay una sección en la que se pueden observar
los planos de escenario que terminaron dando forma al escenario de la gira.
Todo un documento para los que nunca tienen suficiente. Yo, de momento, y tras
cuatro horas de visionado, tengo suficiente.

Alucinante documento!