Impellitteri: Pedal to The Metal

Cuando comenzaron a surgir noticias acerca de la edición de este “Pedal To
The Metal”, Chris Impelliteri decía que este disco iba a ir en la onda de nuevas
bandas como SLIPKNOT y similares. Hombre, si bien es cierto que esto no se parece
en nada a sus discos ochenteros, está claro que SLIPKNOT preferirían ser apuñalados
antes que permitir las vaciladas guitarreras que hace este hombre en su nuevo
disco. De hecho, este “Pedal To The Metal” es un disco que suena confuso en
algunos momentos, pese a que los riffs de Chris Impelliteri terminan por reconducirnos
hacia la idea principal de este disco: música para engrandecer la figura de
un guitarrista bajo la falsa premisa de que se trata de una banda en pleno derecho
de ser llamada como tal. No es que tenga nada contra ello, simplemente se trata
de un disco en el cual a algunos temas le faltan diez minutos más en el horno.
También se echa en falta un plato principal que destaque por encima del resto
del menú, aunque han estado cerca de ello con “The Kingdom Of Titus”.

Chris Impelliteri está abocado hoy en dia a trabajar exclusivamente para conseguir
un mínimo numero de ventas en Japón, que es donde más vende y donde se gana
los garbanzos. En Europa sigue siendo considerado una vieja gloria de discos
repetitivos y destinados a su lucimiento personal. Tampoco es que el hombre
haya querido despegarse jamás de esa imagen, y a fin de cuentas, por algo los
discos salen bajo el nombre IMPELLITTERI. De todas maneras, hay unos cuantos
temas que se salvan de la quema, como “Hurricane”, el mencionado “The Kingdom…”,
o el inicial “The Iceman Cometh”. El resto navegan en una marea sin dirección
definida, con buenas instrumentaciones, un buen vocalista (Curtis Skelton) y
un buen batería (el ex – BEAUTIFUL CREATURES Glen Sobel) pero con bastante carencia
de un gancho real que te obligue a quedarte mirando fijamente la caratula y
pensando “pero que pedazo de disco, por Dios”. Nisiquiera el intento de crítica
despiadada de “Punk” llega a buen puerto.

En resumidas cuentas, buen intento, pero creo que si firmara un disco con sonido
plenamente ochentero tendría mejor prensa. Al menos eso es por lo que se le
reconoce, junto con su innata habilidad para tocar rapido como el diablo. Que
haga uso de ello, pues.